Laito lloraba al principio.
Laito odiaba que ella estuviera cerca.
Laito se acostumbró a eso.
Laito encontró a alguien que curaría sus heridas.
Laito perdió a esa persona.
¿Acaso volverá a ser feliz alguna vez?
♥ Trama original, por favor usa tu pro...
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El salón del club de música al fin estaba vacío, bueno, a excepción de dos rubios y un chico de sombrero.
–Eh, tú, estrellita-chan~— le llamó el de ojos verdes.
–¡Oye, no soy una chica, Sombrerito-kun!–respondió molesto Kou.
–Cierren esas chillonas bocas– reclamó el mayor de los tres desde su rincón favorito del salón.–dejen dormir.
–A tí nadie te llamó, sube el volumen a tus audífonos y duérmete~–le dijo Laito.– Como sea, estrellita-chan, ¿No estás arto de tener a todas las chicas para tí?
–¿Me reclamas? – contestó el idol– si desde que yo llegué aquí este club más que de una academia respetable, parecía el club de un anime echi.
–Pues cuando llegaste se convirtió en un hentai. Pero ese no es el punto, te hice una pregunta seria, estrellita -chan.
–No lo sé, ¿Es algo malo al fin tener a las mujeres que yo quiero y ser yo quien las atrae?
–No me refiero a eso, bueno, en cierta forma si, justo ese es el problema, ser atractivo, ser deseable, que tu cuerpo las acerque –Laito hizo una pausa cuando llegaron imágenes crudas a su mente – ser solo un objeto sexual.... ser solo eso.....un trozo de carne para satisfacer los instintos animales de alguien..... Alguien que se supone debería cuidarte..... Alguien que debiera darte amor.....
Kou también cambió su semblante, sabía lo que eso se sentía, ser hermoso y delicado desde niño había sido su peor pesadilla.
–Lo sé es horrible esa sensación, y esa necesita de aceptación que ahora tienes.....– dió un suspiro y se levantó de la silla donde estaba, no podía abrir su corazón y verse débil ante él. –¿Por qué me preguntas eso Sakamaki?– dijo con actitud retadora.
–No lo sé, solo quería ver qué tan hombre eras – el ojiverde también se incorporó.
–Pues, me voy, tengo clase y en el salón me esperan tus chicas. Adiós, pequeñas zorras–Kou salió por la puerta con su actitud de siempre.
Raito cerró la caja del piano con la mirada perdida.
–Oye, ¿Estás bien?– le preguntó su hermano mayor apareciendo tras él.
–Te dije que no hablaba contigo –respondió.
–Está bien, no te quejes de mi después entonces–el rubio volvió a su rincón.
–Solo conozco a alguien que puede hacerme sentir bien.....
El castaño azotó la tapa de las teclas y salió del lugar.
