DÍA 1: TOMANDOSE DE LAS MANOS

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Una vez más la noche era testigo de una aplastante victoria por parte del "doble negro", los subordinados celebraban en la barra de aquel bar y había un ambiente festivo, el mismísimo jefe de la mafia portuaria había ido a felicitarlos e invitar los tragos. Sin embargo los compañeros se veian muy desentendidos de aquel festejo y después de una hora más de felicitaciones y conversaciones cortas con los demás miembros de la mafia, Dazai le hizo una seña a su compañero dirigiendolo a la salida del bar cerca del puerto que en ocasiones frecuentaban los subordinados.

--¿Qué ocurre? Estaban por traer el vino, Dazai.-- Se quejaba sutilmente el pelirrojo al salir del bar.

--Pero te puedo apostar a que era uno barato, uno que todo el mundo tiene en casa, chibi.-- Le decia el castaño mirandolo y sonriendole divertido caminando hacia el frente.

Hoy por fin pondría a prueba los consejos que le habia dado Odasaku, claro que cambiaría un poco el contexto en el que se lo habia puesto su amigo. Odasaku le dijo que lo invitara a una cita, que pasara a recojerle y le tuviera un presente listo, pero para ser sinceros ni el ni Chuya eran del tipo de persona que pediría una cita de manera formal, todo su mundo vivía muy rápido y todo debía ser espontaneo, además sabía que si le pedía una cita al pelirrojo este lo mandaría al diablo, y justo por eso decidió que lo haría de la unica forma en la que sabía hacerlo. Molestando un poco al pelirrojo.

--Oye Chuya, ¿puedes por favor quitarte ese estupido sombrero? Acorta más mi campo periferico y no alcanzo a verte del todo bien.-- Dijo simulando educación pero mantenía ese tono burlón que solía usar para irritar a su compañero. Sin embargo aunque por fuera aparentaba normalidad, se estaba muriendo de nervios por lo próximo que haría: darle un regalo a Chuya. Vería como se las arreglaba para darle el regalo sin tartamudear o caer desmayado por tantos nervios.

--¡Oye idiota, todavia tengo un año para crecer!-- Le grito el pelirrojo a la cara pero aun asi se quito el sombrero.

Caminaban tranquilamente por el puerto, desde ya hace un rato que Dazai dejo de hacer comentarios burlones hacerca de la estatura del otro y el pelirrojo dejo de empujarlo o pegarle puñetazos de vez en cuando. Ahora solo caminaban por el puerto contemplando el cielo estrellado y disfrutando del sereno de la noche, un leve viento rosaba su cara y el silencio más acogedor que ninguno de los dos pudo tener en mucho tiempo, era tranquilizador.

--Oye Chuya ¿Tu qué opinas de los vinos franceses?¿Te gustan o te desagradan?-- Pregunto el castaño sin el tono burlón que lo caracterizaba, le estaba preguntando eso de manera genuina y por el mismo motivo el pelirrojo se extraño de una pregunta tan extraña, pero aún así decidio contestar la incógnita de su compañero.

--Siendo sincero, creo que me gustan. Los vinos franceses tienen tantos matices, hay algunos espesos, otros que cuando los sirves tienen una espuma exquisita; hay licores muy fuertes y algo amargos y otros que son dulces y suaves, pero todos esos vinos son exquisitos al paladar.-- El pelirrojo se solto hablando acerca del vino pero cuando acabo su "explicación" noto como el castaño estaba atento a todo lo que el decia, asi que sin pensarlo mucho le cuestiono el también. --¿Por qué lo preguntas?

--Oh bueno es que no sabia si la elección que hize de este "Olga Raffault Chinon" seria del refinado paladar y gusto de Chibi.-- Agrego el castaño casual sacando de su abrigo una botella de ese exquisito vino tinto del que habia escuchado era uno de los más deleitables al paladar de los someliers. Al pelirrojo se le iluminaron los ojos y casi voló a la mano del castaño tomando la botella rapidamente, esta acción al más alto le causo gracia. --Me alegra que te guste, así los 4000 yenes que pagué son bien recibidos.

--¿Qué quieres que haga por ti esta vez, Dazai? ¡No volveré a ese distrito a que los perros me ataquen, de una vez te abiso!-- Reclamo el pelirrojo sosteniendo la botella recelosamente entre sus brazos.

--Una sola cosa, chibi.-- Dijo el castaño de manera relajada.-- Camina un rato más conmigo y el vino sera tuyo. Lo prometo

Esto se le hacia muy extraño al pelirrojo pero decidio seguirle con la botella en manos. El silencio pacifico regreso al ambiente y en cuanto llegaron al final del puerto se quedaron parados frente al mar observando la gran luna que se mostraba ante sus ojos. El castaño disimuladamente tomo la mano del pelirrojo y este no lo aparto, sino que hasta se sonrojo y reafirmo el agarre volteando para otro lado.

Esa noche ambos supieron como se sentia la calidez que brindaba un ser querido. Era un sentimiento hermoso el estar acompañado por la persona que te gusta. Esa calidez era el unico atisbo de luz en ese mundo oscuro y lleno de sangre.

Publicado: 01/08/2021

30 DÍAS SOUKOKU (OTP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora