╭┈─────── ೄྀ💍Parte 3👶🏻 ˊˎ-
╰┈─➤La vida de casados (y de no casados) es realmente normal.
Todos son románticos a su modo y cada pareja hace sus propias reglas, adaptándolas a su forma de vida.
Pero no solo son sus aventuras de casados, también su...
De: El primer encuentro, tan breve como el verano.
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Kihyun correteaba por la orilla de la playa cuando las olas se acercaban de nuevo, y corría tras ellas cuando regresaban al mar. Teuk lo miraba divertido, tomándole fotos y vídeos, deleitándose con las risas que su pequeño emitia. Cuando Kihyun se aferró a su pierna, le acarició su cabellito revuelto y mojado no solo por el sudor, sino por el agua salada y la humedad del ambiente.
— ¿Seguro no te quieres meter?
— No, papi, nada más en la pithina'. ¿Puedo seguir jugando?
Jung sonrió suavemente, acariciando la mejilla regordeta de su ya no tan bebé.
— Claro que sí, estaré sentado bajo la sombrilla, ¿vale? Cualquier cosa estaré allí, —señaló donde estaba Kangin recostado leyendo— con papi Kang.
— Es que necesito mith palitaz
— Vale, vamos.
Ki le tomó de la mano y caminaron hasta llegar con Kangin. El pequeño fue hasta donde estaba su maletita, sacando su juego de palitas para construir en la arena. Dejó que su papá Jung le colocara más bloqueador solar y espero un ratito sentado al lado de su papá Kangin, comiendo trocitos de sandía. Un gorrito de paja y una camisa blanca holgada bastaron para que lo dejaran alejarse por la playa, con la vista encima de ambos padres sobre el menor.
El pequeño se sentó donde había poca sombra por parte de las hojas de las palmeras, en el suelo había arena y tras de él muy poco pasto con algunas flores. La arena humeda se sintió en sus manitos cuando comenzó a escavar con sus palitas de plástico y metiéndola en una de sus cubetas para comenzar a formar lo que sería un castillo o bueno, ya vería que saldría.
Por otro lado, llevó su mano para sujetar un poco su sombrero que era agitado por el aire veraniego que venía por la zona del océano. Su falda larga, holgada y transparente dejaba a la vista la piel que estaba bronceada de un canela muy suave. La mirada de la mujer recayó en el par que descansaba y de vez en cuando desviaba la vista hacía sus celulares o un libro.
— ¡JungSoo-ah, Kangin-ah!
Los mencionados, al escuchar su nombre, giraron su vista del lado contrario a donde estaba su hijo y sonrieron al verla.
