╭┈─────── ೄྀ💍Parte 3👶🏻 ˊˎ-
╰┈─➤La vida de casados (y de no casados) es realmente normal.
Todos son románticos a su modo y cada pareja hace sus propias reglas, adaptándolas a su forma de vida.
Pero no solo son sus aventuras de casados, también su...
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"Tengo que impartir unas clases en la Facultad de Artes, así que no podré llevar conmigo a mi Seokkie... es que a veces se pone a llorar y así distrae a los alumnos, además de que todos quieren estarlo cargando porque es muy lindo, ¿verdad, Conejito? Llegaré en la noche, así que cuida muy bien de Seokkie. Le das de desayunar, lo bañas, cambias y le das sus papillas... si necesitas ayuda me llamas, ¿vale?"
Todo aquello le había dicho Hae la noche anterior mientras estaban acurrucados en la cama. Hyuk, por supuesto, le había respondido que no había nada de que preocuparse, "no es como si fuese la primera vez que me quedé con Seokkkie", Hae asintió confiado.
A la mañana siguiente, se levantó temprano, calentó la mamila para dejarla lista y salió de cada dejando un besito en las mejillas regordetas de Hoseok y uno en los labios de Hyuk, quien lo despidió adormilado.
No pasó ni siquiera media hora y el llanto de su pequeño hijo se escucho por todo el departamento. Suspiró cansado y tomó la mamila. Encontró al pequeño en su cuna, pataleando y llorando con fuerza. Según Kyu (quien llevaba el control de todos los bebés), lloraba así no tanto por el hambre, sino más bien porque el aroma de Hae en específico se iba alejando hasta desaparecer. Kyu les había explicado que a diferencia de los adultos, los bebés (en especial los cachorros propios) tenían la habilidad de poder captar el aroma original de sus padres. Así que el aroma a Naranjas se dejaba de intensificar en cuanto Hae se retiraba de la casa y Seokkie lloraba.
Lo tomó en sus brazos y habló con ternura, le acercó la mamila y su hijo la tomó cok fuerza en sus manitas. Los ojos brillantes lo observaron y Hyuk le sonrió. No le importaba lo que dijeran los demás, para él; Seokkie tenía cierto parecido tanto con él como con su pececito.
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Después de un buen baño caliente, el pequeño Lee estaba vestido con unos shorts oscuros a juego con sus calcetines, una camisa blanca y su cabellito castaño revuelto. Succionaba su chupete y miraba a su Appa Hyuk revisar el refrigerador en busca de algo. Hyuk hizo una mueca al ver que ya no había más leche de fresa y que, además, faltaba mucha comida. Negó suave y cerró la puerta.
