Capítulo 2 "La pelea del bar"

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No me acordaba de Jason. En verdad, casi lo tenía olvidado. No se merecía ni siquiera que perdiese un segundo de mi vida en pensar en ese cretino.
Pero en parte Richard acababa de recordármelo ahora. Sinceramte fue un capullo conmigo. ¿Como pudo hacerme eso? Si yo lo quería y lo trate siempre súper bien, no entiendo cómo pudo acostarse con ella.

En fin. Jason es pasado. No quiero pensar en el.

- ¿Estas bien Sara? - me pregunto Carol - Se que Richard te ha recordado al cacas de tu ex...

- No te preocupes Carol, estoy bien.

Pasamos bastante rato hablando entre amigas, risas y chismes del insti.

- Oye ¿Y si jugamos una partida de billar? Venga la que pierda paga la próxima ronda.

- Si claro, os voy a machacar, el problema es que tenemos que esperar , está ocupado... - señaló Marta hacia la mesa de billar en la que estaban un grupo de chicos jugando desde hace rato.

Nos acercamos y cuando llegamos, dos de ellos se pusieron delante de nosotras, mientras los otros dos seguían jugando sin notar nuestra presencia.

- Oye ¿Podéis dejarnos jugar un rato? Lleváis mucho tiempo y queremos jugar también - pregunto Carol.

- ¿Y si no queremos dejar de jugar que vas hacer tú bombón? - respondió el chico mientras le tocaba la cara a Carol, que se quedó bloqueada sin saber que hacer.

Golpee su mano apartandola de la cara de mi amiga.

- Quita tu mano de ahí. No la toques. - dije enfadada. Levantó su mano para darme un bofetón, al cual instintivamente cerré los ojos.
Cuando los volví abrir, había un chico sujetándole el brazo evitando que me pegase.

- Yo que tú no haría eso - dijo aquel chaval.

- ¿Y si lo hago que, vas a pegarme? - mirándole fijamente a los ojos.

Tal como termino esa frase, le giro el brazo por detrás de la espalda y llevándolo medio inclinado, lo saco del local.

El otro chico, en cuanto se levantó, le dio un puñetazo en la cara, el que parecía que no se había movido ni un solo milímetro de su sitio. Agachó la cabeza mientras sonreía. Pasó su dedo por la boca y cuando vio la sangre su gesto cambio. Cogió al chico por el cuello de la camiseta y le dió un puñetazo tirándolo al suelo. En el suelo, siguió golpeándolo hasta que Richard lo cogió y separó del chaval.

El chaval corrió con sus otros amigos, mientras Richard metía al desconocido hacia dentro. Lo llevo dentro del almacén. Richard se asomó por el marco de la puerta y nos pidió que nos hiciéramos cargo del bar un momento.

Así que Carol y Marta se metieron en la barra como habían hecho ya varias veces. Y yo me acerque al almacén a ver cómo estaba el chico.

Cuando entré estaba de espaldas a mi, cambiándose de camiseta y pude ver en su espalda cada uno de sus músculos bien definidos.
Se giró, se terminó de vestir sin apartar su mirada de mis ojos. Y pude apreciar como de su labio brotaba un poco de sangre del puñetazo de aquel imbécil.

Richard salió del vestuario y llevaba gasas y alcohol en la mano.

- Sara, ¿que haces aquí? ¿Has dejado solas a esas dos locas a cargo de mi bar? - pregunto mientras me daba las cosas - Curale tu, ahora vuelvo.

- No pero no me dejes aq... - salió cerrando tras de sí la puerta.

Me dejó sola con ese chico que no conocía de nada. Al girarme me seguía mirando levantando una ceja.

- Dame eso, me curare yo mismo.

- No te preocupes, se cómo hacerlo, lo he hecho muchas veces con el. - afirme - Que menos podría hacer.

Sonrió y se sentó encima de la mesa con las piernas abiertas. Me acerqué a él y apoye el alcohol a un lado de la mesa. Me coloque en frente de el, entre sus piernas sin tocarle. Y abrí el paquete de gasas, la empape en alcohol y limpie suavemente su herida.

- ¿Duele?

- No, no es lo primera vez.

- Osea, que te pasa a menudo quieres decirme ¿no?

- No, pero no es la primera vez.

Se hizo un silencio un poco incómodo. Seguí limpiandole la herida. Podía sentir el olor de su perfume tan cerca de mi. Me fascinó su aroma.

- Me llamo Sara, gracias por defenderme de aquel tipo, aunque podía arreglarmelas sola.

- Si, seguro... - sonrió.

- ¿No lo crees? - pregunté.

- ¿Sinceramente? - me miró fijamente a los ojos, tenia unos ojos preciosos, azules como el cielo - No. ¿Que hubieras hecho con un tipo así tú sola?

- Me las hubiese apañado yo sola, no me hacía falta un intento de héroe que me protegiese.

- ¿Así que eso soy, un intento de héroe eh? - sonrió.

Una chica morena, entro rápidamente en el almacén, apartándome de aquel chico y abrazándolo con fuerza. El no me quitaba la mirada de encima. Deje las gasas en la mesa y salí de allí.

- ¿Estas bien? - preguntaron las chicas.

- Si, estoy bien.

- ¿Y Mike? ¿Esta bien? - pregunto Richard.

- ¿Quién?

- Mike, el chico al que estabas curando.

- Ah si, creo que sí, ha entrado una chica y los he dejado solos, parece que se conocían. Ella se hará cargo, me imagino.

- Si, es Monika, su novia, se hará cargo de él.

En ese momento salieron ambos del almacén. Se despidieron de Richard. Mike sin apartarme la vista salio por la puerta agarrando a la chica por encima del hombro.

- Madre mía... Cómo está el Mike amiga - resopló Marta.

- ¡Marta! - protesté.

- Es verdad tía, que guapo es. - respondió Carol.

- Menudo par de salidas. - me reí. - Anda, vamos a echar esa partida que teníamos pendiente.

...

Me enamoré de ÉL (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora