Capítulo 6 "Nuevo hogar"

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No me había dado ni cuenta de que mis mejillas habían empezado a tomar un color rojizo. ¿Porque me pasaba eso?

- Tía, te está mirando, no deja de mirarte. - dijo Carol.

- No digas tonterías, va con su novia de la mano, ¿Como va a mirarme?

- Compruébalo tú misma

Mire hacia el de nuevo y es verdad no dejaba de mirarme. Nuestras miradas volvieron a cruzarse, esta vez le vi sonreír perfectamente. Tenía una sonrisa hermosa. Volví la cara quitándole la vista. No quería que se diese cuenta que estaba embobada mirándole. Enseguida volvió Richard.

- Perdonad chicas, es un viejo amigo. - se disculpó - Hacia mucho tiempo que no venía por aqui.

- No te preocupes Richard, está bien.

- ¿Y eso? ¿Porque no venía? - se interesó Marta.

- Ha estado durante mucho tiempo viviendo fuera. Ahora ha vuelto a la ciudad a pasar una temporada.

- ¿Y de que os conocéis? - pregunto mientras me daba una patada por debajo de la mesa.

- Es un viejo amigo. Nos conocemos desde niños, siempre estábamos juntos. Hasta que... - Richard hizo una pausa, parece que le dolía hablar del tema.

- Si no quieres, no lo digas Richard no tienes que contarnos nada. - intenté relajarlo un poco.

- No está bien, simplemente su madre se lo llevó fuera. Y mantuvimos el contacto por teléfono aunque no era lo mismo que tenerlo aquí.

- Bueno no te preocupes, ahora ha vuelto o eso parece, podéis retomar la relación de antes. - expliqué.

- Si eso voy hacer, Mike es una gran persona y un buen amigo.

Terminamos de comer. Y decidimos echar un billar a ver quién pagaba la comida. Siempre lo hacíamos así, el equipo perdedor pagaba la comida de todos. Aunque muchas veces se sabía quien iba a perder. Richard era muy bueno en esto y siempre ganaba, así que la que iba con el, ganaba siempre.  Sólo ha perdido un par de veces y creo que lo hace adrede para pagar de vez en cuando alguna.

Como bien dije, Richard ganó y Carol también ya que iban juntos. Nos toca pagar esta vez. Marta me dio el dinero y me acerqué a la barra a pagar la comida.
Estaba esperando apoyada a que la camarera terminara de atender cuando alguien se acercó por mi izquierda.

- ¿Estas bien? - pregunto esa voz extraña pero a la vez no se me hacía desconocida. Me giré y para mí sorpresa era el.

- ¿Porque no iba a estarlo? A mi no me pasó nada. - respondí - ¿Y tú qué tal? Veo que llevas mejor la herida...

- Si bueno, no es la primera vez. Se curará rápido, es solo un rasguño.

- Oye... El otro día no lo decía en serio, en realidad... - mi voz temblaba ¿Porque? - Gracias por defenderme de ese tipo.

- No te preocupes, es lo menos que podía hacer. No me gusta que gente así se meta con nadie y mucho menos con niñas.

- ¿Niñas? ¿Perdona? - sus palabras me dolieron, no era una niña, era mayor de edad, ¿de qué iba este tío? - No hacía falta que me defendieras, podría habermelas apañado yo sola.

- Si, seguro que si. Se veía que tenías controlada la situación.

- ¿Pero tú quien te crees que eres?

- Mike, encantado ¿Y tú eres? - se apoyó en la barra con un brazo, extendiéndome la mano y con una sonrisa en su rostro.

- Mira chaval - me giré hacia el - te he dado las gracias por educación porque así me han enseñado y el otro día no empezamos con buen pie. No porque me parezcas un héroe ni nada por el estilo. Y no, no te voy a decir mi nombre porque tú y yo no nos vamos a ver más. Ademas si lo llego a saber no te agradezco nada - volví a girarme y me di cuenta de que el no me quitaba la vista de encima.

Mi teléfono y el suyo sonaron a la vez. Era un WhatsApp de mamá.

"Ven a casa a las 20h. Óscar ha preparado una cena para conocer a su hijo. No llegues tarde. Te quiero." Mamá.

- Cobrame por favor, tengo que irme.

- Estaba yo primero.

- Pero tengo prisa bonita, llego tarde a una cena.

- Yo también tengo prisa. Me están esperando.

- No te preocupes seguro que tu novio te espera cinco minutos más.

¿De qué iba este chico? Me sacaba de mis casillas. Tenía ganas de abofetearle toda la cara por hablarme así. No me conocía de nada y no me iba a conocer nunca como para tener esa confianza conmigo. Al final pague yo primero, me despedí de las chicas y de Richard y me fui corriendo al coche. Si llegaba tarde mi madre me mataría, no le gusta nada la impuntualidad. Y últimamente ella y yo parece que íbamos de la mano a todos los sitios.

Me monte en el coche y por el retrovisor vi como Mike se montaba en su moto y se ponía el casco. Pensándolo bien tenía ese puntillo de chico malo que a todas nos volvía locas. ¿Que estoy diciendo?

Conduje un buen rato por las calles guiándome por el GPS. Detuve el coche en un semáforo en rojo y al mirar por la ventana no lo podía creer, Mike estaba al lado mío en su moto parado en el mismo semáforo.

- ¿Me estás siguiendo? ¿Que clase de loco eres? - pregunté.

- No te sigo bonita, este es el camino para llegar a mi casa.

- Seguro que si.

El semáforo se puso en verde y arrancó la moto a toda velocidad. Me quedé parada un instante. Hasta que seguí con mi marcha.
Por fin había llegado. La casa era preciosa. Muy bien iluminada, paredes marrones de madera, mucha vegetación bien cuidada. Garaje amplio para los coches, una entrada muy bonita y... ¿Una moto? ¿De quién es esa moto? Si ninguno de nosotros tenía una moto. Oh madre mía, es del hijo de Óscar seguro. Lo que me faltaba era la última en llegar a la cena. Bueno aparqué el coche y bajé hasta llegar a la puerta. Respire profundamente antes de llamar al timbre. Tenía que relajarme. En verdad ese estúpido de Mike me sacaba de mis casillas. Menos mal que ya no lo vería más.

...

Me enamoré de ÉL (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora