Cap 8. Un regalo mejorado.

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Jungkook entró al taller, ya habían pasado los días de plazo y su amigo Roger no le había hablado aún. En su casa ya tenía el auto nuevo, así que ya era hora de entregarle a Jimin el auto reparado, aunque ya anticipaba su respuesta.

- Roger.

- ¡Oh! Jk, amigo, creí que tendría un par de día más.

- ¿Aún te falta mucho?

- En realidad el carro está listo, solo que...

- ¿Dónde están los asientos?

- No están.

Dijo su amigo saliendo del otro lado del auto. Estaba colocando el otro retrovisor.

- Eso es lo que estoy viendo.

- Logré conseguir varias piezas en oferta, así que el dinero que ahorré lo ocupé para tapizar los asientos.

Roger reía y Jungkook también lo hizo.

- No cobraré la mano de obra, con eso alcanzará.

- Amigo, no tenías que hacer eso...

- Ya está hecho...

Jungkook revisó la pintura perfecta de color negro.

- Quedó fenomenal.

- Un par de días más y quedará como nuevo.

- Gracias, sabía que podía confiar en ti.

- Así como yo confíe en que esa noche regresarías por mi hija en el incendio, y lo hiciste.

- Vamos, no hablemos de esa horrible noche.

Su amigo se empezó a reír.

- Este auto quedará mejor que cualquiera que te hayas comprado.

- Lo importante es que sea seguro.

- Si, si, como tú digas.

Jungkook no tenía intenciones de acelerar las cosas con Jimin. Iba a ir tan lento, aunque a veces sintiera que no avanzaba.

No tenía prisa.

El Omega tenía su aroma ahora permanente y él parecía aceptarlo con tranquilidad, eso era algo que su alfa había tomado como una pequeña aceptación.

Así fue como les había advertido a todos los alfas de la comisaría que no se acercaran a él.

- Lo pintaste.

- Le hicieron unos arreglos.

Jimin se asomó adentro, el aroma a café había desaparecido y estaba reemplazado ahora por uno de vinyl nuevo.

- ¿Qué tantos arreglos?

- No muchos. Vamos, te lo llevaré a tu departamento.

- Woo, woo, alto allí.

Jimin abrió la puerta y revisó el tablero.

- Le cambiaron hasta el volante.

Miró los alrededores durante un rato, luego salió molesto con los brazos hecho un nudo en su pecho.

- Ese no era el trato.

- No puedes echarte para atrás.

El alfa se acercó y Jimin se hizo a un lado.

- Vamos.

El alfa cerró la puerta y Jimin se agachó para reclamarle, pero el alfa parecía más serio.

Alfa GuardianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora