capítulo VIII: ¿Aleix?

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Foto de como yo veo a Alice.

ALICE

Me encuentro ubicando la llave de mi apartamento, pero me tenso por completo cuando siento una mano sujetarme con firmeza haciendo que suelte un jadeo de dolor, la persona me obliga a voltearme y me siento completamente confusa cuando veo de quien se trata... Es el chico misterioso.

<¿¡Qué putas mierdas hace aquí!?>

Si lo supiese no tendría la cara que tengo pedazo imbécil.

<Bueno no me insultes bonita, en fin. ¿Le vas a preguntar o que?>

Trago grueso por que realmente me da recuerdos de mi niñez.

-¿Q-qué haces... aquí- tartamudeo.

-¿¡QUIÉN COÑO ERA CON EL QUE ESTABAS AYER¡?- me grita.

Un momento, ¿está celoso?.

<pues claro, o qué. ¿Ahora la gente va gritando porque sí?>

Pero ¿por qué? Nosotros no somos nada serio y yo ni siquiera tengo intenciones con Julio, lo veo como un amigo nada más.

Vale, ¿pero por qué esta siendo así de gilipollas? En vez de preguntarme tranquilamente viene aquí a gritármelo sin ningún derecho. Siento mis mejillas arder de la impotencia.

-¿Para qué lo quieres saber? - pregunto y noto como se tensa y su rabia sube al igual que la mía.

-¿Por qué me preguntas lo obvio? - ríe sarcásticamente.

-Por qué no tienes derecho a preguntarme cosas así- suelto sinceramente y veo como me evalúa para notar si estoy de broma.

<cariño no estoy de broma, así que deja tus celos porque odio a la gente así>

-Si tengo el derecho para preguntarte cosas así - dice aún molesto.

-No, ¿sabes por qué? -niega- Pues porque no tenemos una relación ni la vamos a tener lo "nuestro" desde un principio fue y será sólo sexo, porque eso es lo que busco yo. No busco un chico que me cele ni mucho menos que me "proteja" yo sola me protejo, es así y siempre será así por que en la vida solo te tienes a ti mismo y si tu quieres a la chica que te necesita esa no soy yo- le aclaro tranquila.

-¿¡NO PUEDES ESTAR DICIENDO ESO!? - vuelve al enfado de antes, y eso solo hace que me ponga nerviosa.

<Por dios, que lo supere y ya>

-Sí, sí puedo. Tu estás haciéndote una idea equivocada y yo te la estoy aclarando- digo, no pienso discutir con él.

-¿Entonces lo "nuestro" nunca te ha importado? - dice triste.

-Oh dios, pero si ni siquiera me se tu nombre. No seas ridículo - digo.

-Aleix- me dice.

-¿Qué? - pregunto atontada.

-Mi nombre es Aleix- me aclara.

-Bueno Aleix, me da igual cual sea tu nombre eso no va a cambiar las cosas - soy sincera.

-Joder Alice - gruñe desesperado.

-Ni joder ni nada, yo no siento nada por ti y tu tampoco así que deja las tonterías- le digo.

-Alice... - susurra.

-¿Qué? - suelto molesta.

-Estoy enamorado de ti- me dice dejándome en shock.

No no no, él no puede, no, joder. ¿Por qué tienen que complicarse las cosas así?

-No - niego, por que realmente me niego a aceptar lo que me ha dicho.

-Sí Alice- dice dando un paso hacia mí cortando la distancia que había entre nosotros- Estoy jodidamente enamorado de ti, lo peor es que yo sé que tú no sientes eso. No sé el porqué te aferras y no te permites ser feliz y dejarte llevar. - siento un nudo en la garganta- Alice, eres preciosa inteligente y única, se que no te enamoraras de mí pero agradezco haber podido pasar tiempo contigo. - me acaricia una mejilla y me sonríe triste.

-Solo prométeme una cosa- susurra y noto su voz rota, asiento.

-Prométeme que cuando te enamores te arriesgarás, le contarás tus miedos, le enseñaras todo de ti, serás tu misma, pero, lo más importante, te permitirás ser feliz al lado de esa persona que tendrá la suerte de tenerte a tu lado- no aguanto más y rompo en llanto por las palabras de Aleix, me pega a su cuerpo en un abrazo cálido.

-Siempre seré tu chico misterioso- me dice al oído, y eso me hace sonreír.

-Ya no eres tan misterioso- bromeó.

-¿Cómo qué no? - dice imitando estar ofendido con una mano en el pecho.

-Ahora ya sé que te llamas Aleix - digo con la voz aún temblorosa, pero ya con la respiración tranquila.

-Sólo sabes eso de mí, preciosa, una pena que te pierdas este bombón- ríe a la vez que yo, y me guiña un ojo.

-¿Qué bombón? - hago que busco con la mirada en el pasillo.

-Me dueles Alice... - dice aún en burla.

-Oh sí pobrecito- bromeó dándole un golpe en el hombro derecho.

-Bueno mi bella dama nuestro romance se ha acabado, pero no creas que me iré de tu vida tan fácil- pasa su pulgar por mi mejilla y me sonríe.

-Qué remedio chico misterioso- bufo.

-Adiós Alice- me guiña un ojo antes de irse.

Me adentro en mi apartamento un poco abrumada con lo que acaba de suceder. ¿De verdad conseguiré confiar de nuevo en otra persona?
¿Y si nunca lo consigo? ¿Y si esa persona al contárselo se va de mi vida? Es por ese miedo, que no me permito acostumbrarme al calor de una persona, a un lugar al que ir los dos. No, desgraciadamente temo confiar de nuevo y que resulte ser igual que ejem.

Me preparo para ir a mi lugar favorito (la biblioteca) para despejar mis pensamientos, porque me conozco y si sigo así me meteré en la cama a sollozar como hacía la antigua Alice.

Recojo mis lentes, mi mochila, mi celular, me recojo el cabello en un moño despreocupado dejando que algunos cabellos se suelten. Voy con unos vaqueros ceñidos y un jersey azul claro bastante suelto y cómodo justo lo que necesito. Después de evaluar mi aspecto me dirijo a la biblioteca.

¿Podremos amarnos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora