capítulo XVI: bienvenido

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ALICE

Eliot se marcho hace dos horas para preparar sus maletas, recoger sus pertenencias, para así poder venir aquí. Yo por otra parte, cuando se fue me dirigí a hacerle una copia de las llaves.

Aún no me creo que el valla a vivir conmigo, ¿en qué momento?, lo tendré que ver día tras día.

<como si eso te doliese>

En realidad estoy emocionada, voy a poder fastidiarlo, ya que al estar en el mismo sitio todos los días será más fácil.

Estoy terminando de limpiar y recoger un poco el piso, no es que estuviese muy sucio pero por si acaso.

Me dejo llevar al compás de la bachata que suena por todo el lugar, muevo libremente mis caderas con la escoba aún en mano.

Unos golpes en la puerta principal me hacen parar mi show matutino. Al abrir el que espera afuera es Eliot, lleva dos maletas y tres bolsas.

Me hago a un lado para dejarle pasar dentro, con un gesto de mano le dirijo para mostrarle su nueva habitación. Puesto que es la de invitados no esta muy decorada, a la derecha tiene una cama del mismo tamaño que la mía, el resto de la habitación es de las mismas proporciones que la que ocupó yo a diferencia que está tiene un balcón pequeño, con algunas plantas.

-Es bonita- dice por primera vez Eliot y asiento.

-Si, era la de invitados pero ahora es tuya - aclaro con una sonrisa - Ah, toma estas son las llaves - se las doy en la mano que me ofrece.

-Bien, ¿donde dejo las cosas? - me pregunta.

-Esa puerta de allí es el armario- señaló la puerta con mi dedo- Y esa otra es el baño- señaló esta vez la de al lado.

-Vale, voy a colocar las cosas ¿pedimos algo para comer? - pregunta moviendo las maletas dentro de la habitación.

-No tranquilo, ya la hago yo- le hago saber y asiente.

Salgo cerrando la puerta para ir a preparar la comida. Enciendo de nuevo la música mientras corto a tiras los ingredientes para las fajitas.

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ELIOT

Término de colocar todo en su sitio, cojo una toalla, unos boxers y mi pantalón de pijama. Enciendo la ducha, me des visto, entro para poder ducharme en mi "nueva casa". Río al mero pensamiento de que estoy viviendo con Alice, me divertiré mucho este tiempo.

Al terminar de vestirme con mi pantalón gris de pijama sin nada arriba, salgo inundando mis fosas nasales de un delicioso olor.

No puedo evitar la sonrisa que se me dibuja en el rostro con la imagen que tengo, Alice esta en su pijama corto de seda azul cielo, con un moño azabache algo desordenado y se mueve de esquina a esquina de la cocina siguiendo el ritmo de la música.

Voltea a mírame y creo que la veo ruborizarse, oh sí, se ha puesto roja. Esta incluso más guapa con ese tono rojo en sus mejillas.

-¿Que haces ahí? - me pregunta.

Me acerco a la isla de la cocina sentándome en uno de los taburetes apoyando mis codos en el mármol.

-Esperar a que termines tu baile para poder comer- digo divertido.

-Si tuviéramos que esperar a que terminará mi baile no comeríamos nunca- dice soltando una carcajada.

Dios, creo que es el mejor sonido que he escuchado nunca. Sus ojos se achinan, sus mejillas se vuelven rojizas, su sonrisa es la más preciosa que he visto y sus labios carnosos se alzan.

¿Podremos amarnos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora