Teen Wolf: ONE - SHOTS IV

8. Starrish

Stiles Stilinski viajaba fin de semana por medio desde la universidad hasta Beacon Hill.

Cada vez que lo hacía, pasaba gran parte de su estadía en la estación de policía para acompañar a su padre.

Todos los oficiales tenían gran aprecio por el joven ya que lo conocían desde muy pequeño.

Jordan era más joven pero recordaba cada una de las veces que había visto a Stiles en la estación. No sólo por el hecho de que solía meterse en problemas si no por su belleza.

Cuando terminó la secundaria, Jordan decidió pedirle una cita al joven Stilinski pero jamás había podido hacerlo.

Tenía miedo que su relación con su jefe se arruinara. Apreciaba mucho al Sheriff y no quería ser despedido. Por eso había decidido hablar primero con el Sheriff antes de avanzar con Stiles.

— Sheriff ¿Puedo hablar con usted un momento?

— Claro, pasa hijo.

— Yo… Me gustaría invitar a salir a Stiles este fin de semana.

— ¡Oh! No esperaba esto. No debes preguntarme a mi, si Stiles quieres pues claro que pueden.

— Yo no quiero que esto interfiera en nuestra relación de trabajo.

— Jordan hazlo. Eso sí, lástima a mi hijo y no vivirás para contarlo.

El joven Policía no tuvo que esperar mucho ya que pocas horas después, mientras caminaba por las góndolas del supermercado se encontró con Stiles. El castaño arrastraba un carrito y revisaba los ingredientes de los alimentos que metía en él.

— ¡Stiles!

— Oh ¡Hola Jordan! 

— ¿Qué haces?

— Intentó llenar la despensa de mi padre de comida saludable. 

— Es una misión imposible.

— Lo es ¿Vos qué haces acá?

— Lo mismo.

— Bueno, vos tenes suerte como sobrenatural no tendrás problemas de colesterol jamás.

— Me gusta cuidarme de todas formas.

— Ojalá pudiera hacerle entender eso a mi padre.

— Yo quería preguntarte algo.

— Decime, te escucho.

— ¿Te gustaría acompañarme a cenar el domingo? Cómo una cita.

— ¡Oh! Claro, me encantaría. — Sorprendido por el pedido de Jordan, las mejillas del joven comenzaron a tornarse levemente rojizas.

— ¿En serio? Eso es genial, entonces pasaré a buscarte a las siete.

— ¿No quieres que nos encontremos ahí?

— No, quiero hacerlo bien.

— Está bien, te estaré esperando.

Espero que les guste.
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