Domingo

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Sonó varias veces el celular y levanté el brazo incoscientemente, buscando el botón para bloquearlo.

Me estiré lentamente y abrí los ojos por la luz que se colaba entre la persiana, buscando encontrarme con la persona que quería al lado pero el vacío de la cama y mi sonrisa se borra automáticamente.

Recordé lo de ayer y el que no tengo ropa interior debajo, así que me siento en la cama, desperezandome.

Oí la ducha algo a lo lejos y me calmé mentalmente porque al menos no estaba sola, me levanté con cuidado y tropecé al caminar.

-¿Que es esto?-susurré agachandome un poco, mirando una bolsa y la abrí, encontrando mi bolso y todo lo que había dejado en el camerino ayer en grabación.

Pensé en cómo pudo traerlo y solo se me ocurrió una forma de agradecerle.

Caminé hasta el baño donde salía el vapor entre la puerta y la abrí con cuidado, de no hacer ruido.

Me acerqué y corrí una de las puertas sin despegar ojo del hombre a quien tenía enfrente.

Adelanté un pie e hice igual con el otro, volviendo a cerrar todo para evitar que saliera el agua y lo abracé por detrás al estar de espaldas y apoyado contra la pared.

-Mmm, buenos días-presioné mi mejilla contra su brazo y levanté la mirada

No pensé que se sobresaltara pero lo hizo y me sonrió ampliamente.

-Muy buenos dias, no te escuché entrar...-conservaba esa voz ronca de recién levantado y levantó mi mentón, buscando mis labios con urgencia.

-Soy buena para el silencio-dije como pude entre el beso, mordiendo sus labios.

-No lo demostraste ayer.

Correspondí el beso suavemente, dejando que se movieran nuestros labios al ritmo, necesitando eso desde que me levanté y no estaba ahí.

Tocó mi mejilla a medida que incrementaba la intensidad y me coloqué entre él y los azulejos.

Fue poner una mano en su cuello que se separó para bajar hasta mis pechos, besando cada uno de ellos antes de seguir hasta mi abdomen y separar las piernas con uno de sus pies, alcanzando una entre sus brazos.

-No tenías que venir a darme las gracias para hacer esto-veía como el agua le caía por el cabello al quedar justo debajo de la ducha y gemí en el momento que se hundió en mi, dándome el calor que sentí ayer en aquella mesa.

Salí con una sonrisa y alcancé la toalla que estaba colgada del gancho al lado de la ducha.

-Esa era la mía-oí por detrás y me envolví con ella, girando la cabeza.

-¿No te enseñaron a que las damas tienen que tener preferencia?-río guiñándole el ojo mientras recogía mi cabello en un moño.

Lo vi tomar otra en el cajón del lado del lavabo y me resistí el quedarme mirando su cuerpo que me estaba enloqueciendo mal.

Hice esto más veces pero pareciera que se me hubiera quitado todos los tapujos con él en solo cinco acostones, y podía ser raro pero me generaba más confianza de la que llegaba poder a sentir en la primera vez.

-¿Te apetece algo de comer?-me miró a través del espejo mientras se secaba el cabello hasta dejarlo más despeinado de lo habitual-Nos entretuvimos ahí dentro.

Los nervios no me dejan pensar pero sacudí la cabeza.

-Está bien pero...-muerdo mi labio, avergonzada-No tengo ropa interior a causa de usted-dije divertida, señalándole y fui hasta el living para tomar la camiseta que aún seguía en el suelo.

Suspiros llenos de ti - JordannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora