Make up pt 1.

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-Te la montaste buena aquí-me miró de reojo en lo que tomaba la última pieza de sushi para llevarla a su boca.

-Si, la verdad es que se me da bien organizar, "mini" fiestas-hice las comillas con los dedos-Aunque sea con una sola persona.

Tocó sus labios en una mueca de arrepentimiento en sus ojos.

-Perdón por eso, fue mi culpa.

Quedé sentada en la cama.

-Vaya, primer paso es reconocerlo-empiné la botella por última vez.

-Con la botella de vino andas más suelta tú-rió quitandomela de las manos, despacio-Y es buena marca, pocas bromas.

Apoyé los brazos atrás de mi cuerpo.

-Mejor ahogar las penas con dinero que sin él-lo miré, algo flipando por verme en este estado-Ahora habla, te dejé entrar por algo.

Se puso a mí lado y tocó sus rodillas.

-Quiero que me digas cómo fue esa noche-dijo con algo más de sinceridad-¿Por qué si no querías darle bola, fuiste detrás?

Hice un círculo imaginario en las sábanas, por qué en parte tenía razón y respiré profundo.

-Miguel es una persona genial y me ayudó mucho durante mi estancia hace un año pero es alguien que quiere todo y lo quiere completo-hablé clara-¿A quién no le gusta algo serio?

Jorgé dudó pero no le di importancia.

-A la mayoría si, pero si te comprometes a no poner sentimientos, que a veces suelen aparecer solos okey, pero uno de los dos puso el límite-mordí mi labio-En el caso de que no sea recíproco, se debe parar y aplicar la madurez por el bien de ambos.

-Ajá.

-Y él no lo hacía ni lo hizo, cuando empezó esto nuestro dejó de hablarme en ese plan-intenté recordar-Se relacionaba más con su novia, cordialidad en el trabajo más que nada y lejos de ahí, no existía.

-Espera, ¿Te hablaba de esa forma aún estando con novia?

-Novia que yo le aconsejé-recalqué-Pero tampoco, seguía siendo muy cariñoso y le advertí que eso ella lo podía malinterpretar, cosa completamente normal de pensar.

Asintió, entendiendome.

-Pero no sé qué le dio esa noche, me preocupó por qué no me especificó-bajé la mirada-Y fui, me puse como una loca a gritarle que parara con el tema y que cada uno siguiera por su lado, su vida amorosa.

Me levanté quedando enfrente.

-Es fuerte procesar esto ahora, más calmado-rio avergonzado-Pero si vuelve a molestarte, quiero que me lo digas e iré yo mismo a hacerle la próxima visita.

-Eso quería explicarte antes, que él no olvide es mi problema pero que no me arrastre cuando yo estoy bien...-tragué duro-contigo.

Dije en seco y volvió a sonar el timbre.

-¿Esperas a alguien?

Sonreí algo pícara.

-Si, otra ansiosa copa de vino-me tambaleé un poco y abrí la puerta-Pase.

Extendí la mano y el mismo chico entró, llevándose lo demás para dejar la botella en el mueble al lado del espejo enorme, ubicado frente a la cama.

-Muchas gracias de nuevo, no molestaré más-cerré de portazo cuando deje suelta la puerta.

-Creo que no deberías beber mas, estás en ese punto de alegría y no es recomendable-no lo quise oír.

Aparté el brazo cuando hizo intento de quitármela.

-¿Ahora eres médico?-levanté la barbilla por la altura.

Escondí la botella detrás de mí espalda mientras seguía tratando de agarrarla.

-No, soy mayor que tú y sé lo que digo, déjame-coló su mano por detrás pero tocó mi trasero en vez de la botella y lo miré de reojo.

Ni tan descarado, lo hizo adrede.

-¿Cuánto? ¿Tres años o cuatro?

Subí el brazo rápido para distraer y reí juguetona.

-Esto ya lo hicimos antes en una escena, no seas necia-seguía queriendo seguirme el ritmo, pero tenía habilidad.

Suspiró frustrado por la maniobra continua de no atrapar la botella y se acercó más a mí cuello.

-Hasta en la escena se podía notar lo torpe que eres, quiero tomar otro sorbo.

Lo sentí muy cerca, casi lo rozaba con sus labios.

-No lo entiendes, te quiero cuidar y esto no es el mejor camino ni actitud-clavó las palabras en mí.

No sé si eso me apretó una clase de botón de las emociones que por un momento pensé en lo que estaba haciendo y yo no era así.

Nunca ponía remedio con alcohol a los problemas y estaba teniendo una actitud de mierda, no la quería.

Arrebató la botella de mi mano y sentí como chocaba contra la pared, ahora con las muñecas sujetas por él.

-Haz el favor de no ser una chica rebelde, al menos así-susurró a mi oído.

Podía estar borracha pero las sensaciones se notaban el doble y me acaloraba enseguida.

Sentí una nalgada de pronto y olvidé por completo en que momento esto se volvió un juego o lo que él vino a hacer aquí.

No quería arreglar las cosas, al menos no hablando como gente normal, si no teniendo sexo.

-No me has visto a mí rebelde como es debido-dije con la boca seca, sin saber que más pronunciar.

Lo oí jadear detrás de mí y apretó el agarre.

-Quiero que me demuestres todo, desatate conmigo como con nadie-se apegó a mí y podía notarlo, más que evidente, lo caliente que estaba.

-Mierda-maldije, jadeando-Pero jamás te atrevas a volver a cuestionarme.

Apagué mi trasero a su entrepierna.

-Repite conmigo que nunca...-mordí el labio, suplicante.

Sentía el impulso de ir a más sin pavor, si quería así una especia de reconciliación, la iba a tener.

-Nunca más-lo oí respirar con dificultad-Te voy a cuestiona-r...-gimió cuando comencé a mover mi trasero en círculos.

-Perdonado, ahora suéltame-hablé brsuca.

Lo hizo pero despacio.

-Entonces vas a conocerme aquí-me di la vuelta, poniendo una mano en su pecho, haciéndolo caminar despacio.

-Quiero mucho-no apartó la mirada de mis labios, dandose contra la cama y cayó en esta.

-Se acabó por esta noche la Danna que tienes en la cabeza a la hora de tener sexo-subí mi camiseta para tirarla-La que es tímida o quiere llevar las cosas con calma.

Se sentó en la cama para poder divisarme mejor y podía llegar a salivar cuando me miraba como si fuera la novena maravilla del mundo.

-Nos hemos acostado, sí-abri sus piernas y me coloque en medio, sobando sus hombros en un masaje suave-Pero nunca te he follado.

Suspiros llenos de ti - JordannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora