Gracias

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Se hicieron los ocho minutos más largos de mi vida.

El tipo no se largaba y presentía que ni siquiera se había movido de su sitio.

-Que te vayas-le respondí cortante sin escuchar lo que seguía diciendo.

-¿Porque te cierras?-preguntó incrédulo.

Tenía la poca vergüenza de hacer esa pregunta.

-Entiende que no quiero escucharte, ni a ti ni tus explicaciones absurdas de algo que no va a pasar-recargué mi cabeza en la puerta.

-Soy el prestigio de una empresa que crece cada día más y para la que tú trabajas-recalcó ese "tú"-podriamos hacer...buen equipo.

Bufé y toqué mi bolso.

Quería salir porque no debía porque temerle. Había un montón de gente allá fuera, no estaba sola tampoco.

Aún así, agarré el celular y le escribí a Jorge.

"Jorge"

"Porfavor, contesta"

"No puedo salir del baño, está aquí él"

Mientras, lo oía de fondo y me hacía mal.

"Ven, te ruego"

Vamos Jorge, contestame.

-Sal, tampoco te haré nada malo- sugirió y no lo haría hasta que Jorge diera señales de vida.

De pronto sentí la vibración que indicaba una nueva notificación.

"No jodas que ese capullo está ahí dentro contigo"

Quería que me tragara la tierra ahora mismo.

"Si está, no se larga y llevo más de diez minutos encerrada en uno de los baños"

La situación era demasiado comprometida y más cuando sabía que era alguien importante.

Dejó de estar en línea y debía prepararme para eso porque de seguro entraría hecho una furia, pero no soportaba la idea de estar más tiempo ahi.

Quité el cerrojo y abrí la puerta lentamente.

-Al fin te dejas ver, ya era hora-dijo firme y me alejé de él, con algo de pavor en mis ojos.

-Dejame salir-le advertí queriendo rodearle para ir al lado de la puerta pero no hizo caso y se acercó a mí.

Quise apartarlo con mis brazos pero solo retrocedí y oí el golpe de la puerta chocar contra la pared.

-Cabron, apártate de ella-le señaló con el dedo y no se demoró para agarrar impulso en cuanto esté se dio la vuelta y estampanó el puño en su rostro.

Solté un leve grito por la escena y puse una mano en mi pecho.

-Jorge déjalo, olvídate de él-dije con la intención de que no fuera a peor.

Le atizó varios golpes y tiré de la camiseta de Jorge pero no respondía.

Comencé a lloriquear un poco ante la situación y fue entonces cuando me miró.

-Estas bien, ¿tu?-suspiro agitado y esta vez fui yo la que presencié como Simón lo jalaba hacia abajo para ponerse encima y ser Jorge el que recibía golpes una y otra vez.

Cubrí mi rostro ante eso y salí para que alguien nos ayudara.

En cuanto Miguel y Aron vieron mi cara, sabían lo que sucedía y el porqué Jorge se había marchado así porque si de la mesa.

Corrieron hasta el baño y al verlos, con Jorge de nuevo encima, lo trataron de retirar sujetándolo por los hombros.

-Espero que para la próxima, pienses lo que vas a preguntar antes en vez de meterte en asuntos donde no te llaman y acosando a gente, tarado de mierda-dijo exhausto y mi corazón iba a mil.

Dejamos a Simón solo, en lo que trataba de levantarse y salimos.

La gente que aún estaba ahí se empezó a preocupar y es que lo miré, dándome cuenta de que tenía sangre saliendo de la nariz y algun que otro golpe.

Diego abrió los ojos y nos retiró a un lado.

-¿Que es esto?-habló malhumorado-chicos, estos celos de pareja que no existe, tienen que acabar.

Nos miró a ambos y yo asentí mientras que Jorge camino queriendo marcharse de ahi.

Fui detrás de él pero Diego me sujetó del brazo.

-Iros, yo me ocupo de los chicos y demás pero que no ocurra más, ya sancionaremos al tipo de otra forma por eso-suspiré cansada y fui detrás.

Toqué el hombro de Jorge y movió su cabeza, en forma de negación.

-Increible como incubren eso, solo por ser alguien importante-rechistó-te acosó, ojalá haber llegado antes.

Pasó su mano por la frente.

-Te tengo que curar eso, ven-susurré para llevarlo a casa.

Saqué el botiquín una vez que había logrado que se sentara en el sofá.

-Jorge deja de pensar en eso, estoy bien-insistí dejándolo sobre la mesa del living y me agaché, poniéndome enfrente de él.

Sería la primera vez que hago esto.

Jamás utilicé el botiquín.

-Danna no puedo, imagínate que no llego-hizo una mueca de tristeza pero con cierto reflejo de rabia-da asco.

Lo abrí con ambas manos y le indiqué que separara sus piernas para posicionarme en medio.

Una vez que lo hizo, tomé una gasa y alcohol para echar un poco rebajado.

-Esto te va a escocer...-rei bajito para entretenerlo y solo se mantuvo quieto mientras se lo aplicaba en la herida de la nariz.

Noté su mueca de dolor y traté de hacerlo lo más suave posible.

-¿Ya?...-dijo rápido.

Lo impaciente. Él mismo fue a darse de madrazos.

-Jorge no muevas la cabeza-fruncí el ceño y coloqué su cabeza, agarrandole del mentón.

Hice lo mismo con la otra herida más arriba, en su frente.

Cada vez que limpiaba la sangre, notaba que no paraba de mirarme.

Solo le sonreía algo tímida cuando lo pillaba haciéndolo.

-Vas a desconcentrarme...-mordí mi labio y al terminar, retiré todo a un lado, queriendo echarle de una crema especial.

Noté que entrelazó su mano con una de las mías, que estaban encima de su rodilla y lo miré.

-Hey-habló suave-gracias por curarme-sonrió de esa manera que hacía que se te encogiera el alma.

Miré hacia abajo.

-Gracias a ti por sacarme de esa, defenderme más bien-acaricié su mano con mi pulgar y me acerqué a sus labios, de forma que se juntaran en un beso rápido.

-No te mereces que nadie te trate así...-dijo a centímetros de mi y nuestras respiraciones se entrecortaban por la cercanía.

En ese momento, un impulso se apoderó de mí.

-Quedate esta noche, no te dejaré ir ya a estas horas-me quedé embobada con sus labios y él retiró un mechón de mi cabello, detrás de mi oreja.

-Si tú lo pides, yo me quedo...-dejó caer su frente en la mía y cerró los ojos al igual que yo.

Solo había silencio y nosotros éramos los dueños de este.

Suspiros llenos de ti - JordannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora