Dulce sensación

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Cerré la puerta al entrar y decidí sacar algo de la maleta para poder estar más cómoda.

Después de ponerme otros jeans y meter los bordes de mi camiseta por dentro de estos, salí hasta el baño prendiendo la luz. Me recogí el cabello en un moño desordenado mientras me miraba al espejo.

-Danna cuando salgas, estoy en la cocina-oí como alzaba la voz y sonreí, desviando mi mirada a donde provenía la voz.

-De acuerdo, dame dos minutos-dije de la misma manera y al acabar, apagué la luz.

Busqué con la mirada la cocina en lo que andaba por el pasillo pero no oí nada.

-¿Jorge no estabas acá?-hice una mueca extraña yendo al interior pero no estaba y me giré, dando un leve salto al verlo parado detrás de la puerta-¿Que coño haces?-puse una mano en mi pecho, respirando aún entrecortadamente.

Soltó una risa ligera mientras me miraba y caminó unos pasos hasta mover su brazo derecho hacia adelante, dejando ver un ramo de rosas.

Tragué duro por no esperarmelo para nada y abrí los ojos.

-Espero el susto haya valido la pena pero las ventajas de que haya una floristería al lado de un súper, tienes sus consecuencias, ¿sabes?-notaba como su mano temblaba y toqué su brazo.

-Es precioso el detalle...-sonreí sincera y tomé el ramo con cuidado, dejándolo sobre uno de mis brazos-Gracias de verdad, el hecho de que sean rosas lo hace más especial...-susurré acercando mi cabeza para olerlas y cerré los ojos ante eso.

-Me gustaron y creo que era el momento de dártelas, así como una bienvenida por estos dos días que vas a estar acá-oí que hablaba y abrí los ojos, abriendo mi brazo libre para darle un abrazo.

Me correspondió fuerte y acaricié su espalda despacio.

-Mirame...-oí que habló y levanté la mirada-¿Cómo puedes ser tan hermosa?-sonrió ampliamente y rozó mis labios-Lo mucho que quiero besarte...-dejé mis labios entrebiertos y suspiré.

-Tú que me ves con buenos ojos...-respondí algo nerviosa y al no esperar, tomé la iniciativa de empezar un beso lento.

Me siguió cuando metió su lengua casi de inmediato y sus manos rodearon mi cintura para apegarme más a él, haciendonos quedar lo suficientemente cerca.

-Lo bien que besas...-murmuró y sonreí incoscientemente, queriendo dejar todo e irnos a una de las salas para besarnos y acabar como fuera pero me controlé.

-Sabes bien que tendré más tiempo luego de seguir demostrandotelo pero ahora vayamos a comer algo o no podré parar...-dije rápido sin dejar de mover mis labios y profundicé el beso por última vez antes de separarnos a la vez.

-Si tienes razón-se dio la vuelta para tomar las bolsas y dejarlas encima de la mesa.

-¿Tienes un vaso al menos largo para meter en agua las rosas?-lo miré y cuando lo vi abrir un cajón, dándome justo el que necesitaba, lo agarré poniendo cada una allá dentro para echarle un poco de agua-

Las aparté a una esquina y sacudí mis manos.

-Bien, ¿que es lo que tenemos?-dije mirando ya lo que había sacado.-Aparte del sushi claro.

Esparcí las cosas y se me ocurrió algo.

-Creo que deberíamos tal vez algo de carne y partir algunas verduras, para guarnición-tomé lo que había dicho.

-Está bien, pero mmm...¿que tal si hacemos esto como una cita?-noté como me rodeaba por detrás y mordí mi labio.

Me inquieté por esa palabra pero mi estómago me delataba con ese cosquilleo y miré a Jorge de reojo.

-Bueno, está bien pero entonces no se nos debe de quemar nada-reí dando un beso rápido en sus labios-dale, pásame un cuchillo que voy partiendo algo de esto, mientras puedes poner la carne ya en el fuego.

-A sus órdenes-dijo con tono burlón y sujeté el cuchillo cuando me lo pasó.

Estuvimos un rato dándonos instrucciones el uno al otro, procurando de que todo saliera bien.

Suspiré echando todo al mismo pote y achiné los ojos pensando.

-Dime que trajiste algo de beber-dije haciendo un puchero.

-¿Por quien me tomas? Claro que si-me acerque a él, sacando lo que había en la última bolsa, abriendo la boca al ver una botella de vino que no estaba nada mal.

-Ni te cortaste, este está bien...-le di una vuelta para mirarlo y sentí que me lo quitó de las manos para sacarle el corcho.

-Quise también encontrar el mejor que hubiera, ¿quieres un poco?-me guiñó un ojo y asentí, apoyándome en la encimera.

-Desde luego que si, ¿porque me hace pensar que todo esto ya lo tenías preparado?-me crucé de brazos, ladeando la cabeza.

Sacó dos copas echando el vino en estas y podía notar esa sonrisa ladina que se formaba en su rostro cuando le pregunté.

-¿Que pasa si quería?-me la pasó y extendí mi brazo para cogerla.

-Nada solo que, hacemos una carrera y propones que me quede aquí, luego que compremos comida y me sales con que puede ser una cita-moví la copa lentamente-

Rió a carcajadas y le dio un toque a mi copa con la suya.

-Dejemos el misterio en el aire mejor...-sonrió ampliamente-chin chin....-dijo con superioridad y negué con la cabeza divertida.

-Chin chin...-repetí haciendo lo mismo y tomé un sorbo.

Esperamos a que todo estuviera listo y Jorge se encargó de poner la mesa, con algunas velas.

Abri la nevera buscando alguna salsa que podríamos usar cuando vi un recipiente algo familiar y leí lo que ponía.

-Jorge, no sabía que guardabas helado del establecimiento al fue fuimos-lo saqué sonriendo.

Lo vi entrar de nuevo en la cocina.

-Si me gustó la verdad, por eso el otro día me acerqué-susurró vigilando la comida-podemos tomar de postre si quieres y...esto ya estaría-

Desvíe mi mirada y apagué el fuego.

-Está bien, lo pondré para el living-salí agarrándolo para caminar hasta el sitio donde cenariamos, lo dejé junto a la botella y sentí que me seguía-

-Yo saldré a la terraza a fumar un momento-pasó por mi lado con el mechero de la mano y quise acompañarlo-

Sonreí por todo lo que estaba pasando hasta ahora y me apoyé en la barandilla, viendo cómo anochecía.

Suspiros llenos de ti - JordannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora