Al sol

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Nos besamos hasta que vimos que era conveniente volver con los demás.

-No sé como terminará esto-hice un nudo para colocarme la parte de arriba del traje de baño blanco-Pero creo que acabarás por volverme loca con estas cosas.

Estábamos cansados y aunque la mayor parte del tiempo estuvimos en el agua, se podía distinguir el sudor de la humedad.

-Es mucho mejor eso que pensar en lo que puede pasar-echó su cabello para atrás y empezamos a caminar.

Pero no duró mucho cuando comenzó a reír y giré la cabeza.

-¿Que te ríes?-reí yo por impulso pero no sabía.

-Mejor que no te vean la espalda ni el trasero.

Lo miré con pavor y empecé a dar vueltas sobre mi misma.

-¿Que tengo?-traté de verme pero era difícil cuando el sol me enfocaba directamente en la cara.

-Solo estas algo roja toda tu por atrás-rió tomando mi brazo para que no siguiera mirando.

-No fue culpa mía, si preguntan eres tú el responsable-dije como si nada.

No sabía que nos habíamos ido tan lejos cuando al fin vimos las toallas pero sin las chicas, que estaban tomando algo en el chiringuito de al lado.

-Ahora que estás aquí y se ve que se te da tan bien eso de hacer fotos, quiero que me hagas-sonreí, agachandome para volver a cubrirme con la camisa-Por supuesto no quiero que me digan cangrejo, sin saber, por las redes sociales.

Reímos los dos y sacó su celular.

-Haré lo que pueda pero tengo buena mano y pulso para esto-se colocó algo lejos de mi.

-Le robaré la gorra a Claudia un segundo-dije alcanzandola.

Me la puse, y me arrodillé.

-Dame una pose-susurró antes de apretar la cámara y lo hice, sonriendo un poco-Listo.

-Espera-suspiró divertido-Quiero que sonrías más, salieron bien.

Tomamos varias con la gorra y las lentes de sol, tanto que gastamos una hora cuando ocupé yo el lugar de fotógrafa.

-Estais aquí-dijo Claudia-Tenemos reserva en un restaurante ahora, ya recojamos esto.

Acabamos yendonos todos a comer a un sitio que nos había recomendado Diego en otra playa, más poblada.

-Creo que deberías hablar con él-Georgina me miró cuando estábamos en la barra del restaurante-Ayer en la fiesta me dijo que estaba preocupado, no quería cagarla y se sintió culpable de que no salieras de la habitación.

Lo miré disimuladamente, si se notaba algo triste pero por lo demás sabía guardar las apariencias.

-No sé-la miré, esperando a que el barman sirviera las bebidas de todos en una bandeja-¿Segura que quiere hablar conmigo?

Y no se lo podía creer.

-¿Que te estoy diciendo?-preguntó retóricamente-Claro que si, ya ve yo me encargo de esto.

Esta tía tenía la labia justa para convencerte.

Fui a la mesa despacio y me posicioné detrás de él, tocando sus hombros para llamar su atención.

-¿Podemos hablar un segundito?

Me miró, estando de acuerdo y se levantó, disculpándose con todos.

Jorge me dio una mirada de que estaba haciendo lo correcto y eso fue un apoyo más.

-Si es por lo que dije, lo siento de verdad-habló primero y le cedí la palabra.

-Tranquilo, ya pasó y estamos bien-me referí a Jorge y yo.

Parece que eso lo dejó más relajado.

-Te juro que no quería hacer el lío que se formó y que acabaras así-si se notaba decepcionado.

¿Como así? Sin eso, yo no hubiera tomado y eso no nos hubiera permitido tener el sexo que hubo por mi parte, tampoco hay que mirar solo lo negativo.

-No le des más vueltas-terminé por decir-Pasó, solo que no sé qué versión tienes tú sobre los hechos.

Me miró, como si solo pudiera existir una historia.

-Pues que te llamó por qué sentía algo por ti pero te pusiste a gritarle, yéndote sin explicaciones.

Increíble lo que podía decir ese tipo.

-Me llamó con lo mismo de siempre, que quería intentarlo cuando me ha visto con Jorge y no pude evitar ponerme a gritarle si es de lo más insistente que hay-volvió mi cara de hartura.

-Comprensible, pasa de él-acarició mi brazo-Ahora ya lo sé, perdón otra vez-me abrazó y yo igual.

-Sabes que te quiero igualmente, no podría enfadarme-sonreí al separarme y regresamos a la mesa.

Me senté en medio de las chicas, diciéndoles que todo estaba bien.

Estaba enfrente de Jorge pero él estaba hablando con unos de los otros amigos de Diego y no entendía nada pero estaban riendo.

Me gustaba verlo así, feliz y con esa sonrisa que le caracterizaba, tan amigable con todos como siempre.

-Pero es que realmente uno, bueno todos-comenzó a decir el chico dos puestos más allá que yo-¿Cuándo vais a ser novios ustedes dos?

Reí cuando lo decía por Georgina y Diego. No sé quién de los dos se puso mar rojo.

-Vamos si-gritaron unos cuantos.

-Igual es el chico quién tiene que dar el primer paso-dijo Jorge mirando a Diego.

Yo seguía comiendo por qué estos apuros siempre los viví, aunque disfrutaban viéndolos.

-No estás para hablar-contraatacó y todos abuchearon, siendo ahora nosotros el foco de atención.

-¿Al menos os habréis acostado, no?-preguntó el que mejor me había caído.

Las reacciones de Jorge eran para verlas, estaba avergonzado y de por sí, me miraba a mí para saber mi respuesta y yo justo hacia lo mismo.

-Si se miran así es que sí-oí murmullos.

Quería que respondiera, está bien.

-¿Esto os vale?-retiré un mechón de cabello, dejando ver el chupón de antes y algunos abrieron los ojos por el tamaño y otros solo le tiraron encima para darle palmadas en la espalda.

-Eres algo salvaje, tío-reí y él quedó embobado, no sé creía que iba a decir eso y yo tampoco.

-Dejadlo ya, es algo normal-respondió Georgina-Pareceis personas sin cerebro, si fuera al revés sería diferente.

Todos callaron.

-Tranquila-le puse la mano encima de la suya, por debajo de la mesa-No pasa nada-dije casi en su oído y eso hizo que se destensara.

Daba gusto tener amigas así, que fueran detectores de comentarios fuera de lugar y mentalizar en cambiarlos pero no había nada malo, no me lo había parecido.

Después de eso, regresamos al hotel. Algunos quisieron dormir un rato, otros se fueron a pasear o a utilizar el gym.

Yo por mi parte, fui de las que se quedaron en los jardines exteriores, queriendo pasear un rato.

-Pensé que te habías quedado dentro descansando-gritaron y con los arbustos no veía.

Me asomé a ver que provenía del recinto de la piscina y lo vi apoyado en el borde de esta.

-Y yo pensando que estarías en el gym-seguí la broma y me quedé en la verja, por fuera.

-Demasiado calor como para meterte en ese cocedero, ¿Te quedas?-sacudió su cabello y me miró con necesidad.

-De acuerdo pero esto te lo descuento de tú hora-bromeé.

Suspiros llenos de ti - JordannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora