No recuerdo

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Me subí al auto con una mueca extraña y me abroché el cinturón. Arrancamos al poco.

-¿Nol ya está en casa?-se giró Jorge a mirarme y luego volvió su vista a la carretera.

Aún estaba tocando mi cuello suavemente y pude notar su mirada por el espejo.

Cómo inquietante.

-Me regañó se podría decir, me llamó antes y empezó a soltar mamadas, así que colgué-dije sin más.

Abrió la boca sorprendido y asentí, dándole a entender de qué era cierto lo que le decía.

-Primero, te emborrachas después de darme una lección de autocontrol y luego le cuelgas a tu manager, estás demasiado suelta-soltó una carcajada.

Me acomodé en el asiento y suspiré.

-No te rías, fue su culpa que yo me tuviera que alojar en otro sitio anoche, lo bueno sería que no se queje-susurré dejando mi cabeza caer y miro las calles que llegaban a mí destino.

-Son las casi tres de la tarde, va a matarte-dijo burlándose y giré mi cabeza.

Aún sentía la molestia por lo que bajé el compartimento del techo, en mi lado y deslicé, dejando al descubierto el espejo.

Volví a notar su mirada nerviosa.

No entiendo el porqué de la tensión.

Ladeé mi cabeza y retiré mi cabello, palpando de nuevo levemente hasta dar con el dolor.

Vi algo y entrecerré los ojos.

-Danna, ya estamos llega...-no lo dejé acabar porque casi grité.

-No mames-dije alto y me acerqué.

Vi un chupón de tamaño mediano y que precisamente no tenía el menor color, estaba enrojecido.

-Jorge, yo...¿quién?-pregunté casi sin aire, mirándolo.

Tenía más miedo por si era alguno de sus amigos.

Pero solo había un chico.

Apretó su mandibula, tomandose unos segundos para pensar y yo me ansiaba más.

-Yo...-dijo apenas inaudible pero lo oí.

Tragué saliva y mi cabeza volvió a dar vueltas.

-Pero tú y yo...-dije sin acabar la frase esperando que lo pillara.

-Tú y yo, ¿qué? no nos enrollamos...-río y sentí mucho alivio.-Pero no sería porque tú no quisieras...-dijo juguetón.

Cada vez iba peor la cosa.

-No creo que me fuera a acostar contigo...-miré la ventana, evitando el contacto visual.

-Bueno, no era yo la que comenzó con que le gustaban mis labios-susurró entrando en la calle donde vivía.

-Yo no dije eso, Jorge no me acuerdo-dije para que parara de hablar.

No vuelvo a beber.

-No te acuerdas y precisamente por eso no acepté a acostarme contigo-dijo sincero.

En ese momento, me quedé tranquila. Es buena persona, no podía haber hecho eso.

Le creía.

-Gracias por eso, de verdad.-le sonreí -entonces solo nos...liamos?-pregunté curiosa, cerrando solo un ojo mientras hacía una mueca.

Asintió animado y estacionó poco después. Quitando las llaves.

-Con lengua-añadió.-Estabas bastante receptiva-rió, mirándome fijamente.

No sé si quería saber más.

-Lo peor es que no me acuerdo de nada y ni si quiera, cuando jugamos al juego ese-suspiré desesperada.

-Eso siempre podemos arreglarlo-mordió su labio inferior y toqué mi ropa para que no se notara mi nerviosismo-Y por si te preocupa, no hiciste nada malo en el juego, solo...-hizo una mueca-afirmaste que alguna vez me has desnudado con la mirada.

Nada de fiestas. Ya.

-Jorge, no, no, no-me tapé la cara de la vergüenza y se me pasó por la cabeza, largarme pero no iba a hacerlo.

No de nuevo.

-Hey, no vengas de vergonzosa ahora...-quitó una de mis manos y lo miré.

-Y, ¿te crees eso que salió de mi boca, estando ebria?-dije respirando profundo-

Claro que era cierto pero tenía que borrarle esa confesión de la cabeza.

-Si, y si no, respóndeme ahora la pregunta-dijo acercándose más a mí y con mi mano más próxima a la puerta, busqué el manillar e intenté abrir pero había cerrado.

Shit.

Desplazó su mirada a mi mano.

-Fui más listo, respóndeme-relamió sus labios.

No sé si decirle la verdad y así, me voy.

-Si, lo he pensado-salió de mi boca al fin y pude apreciar como se dibujó una sonrisa en su rostro.-¿Puedes abrir?-susurré.

Negó con la cabeza.

-Y, ¿el chupetón, que vas a hacer?-lo miró de reojo.

-Cubrirmelo y más en las grabaciones-dije con fastidio.

Nadie se podía enterar de esto. No de que fue Jorge, simplemente de que tenía un chupetón.

Ajá, tarde.

Asintió y le dio al seguro. Abrí mi puerta pero antes de salir, me jaló rápido hasta juntar nuestros labios.

Me quedé con mis ojos abiertos y cuando empezó a mover sus labios, solo me mantuve estática.

-Es enser...-quise decir pero intensificó el beso y mi conciencia no hizo nada más que seguirlo.

De igual manera, ya llegaba tarde.

Comencé a mover mis labios igual y metí mi lengua primero. Ganandome un jadeo bajito por su parte al no esperarselo.

Eso me incitó a que el ritmo subiera y cuando lo hizo suficiente, ambos nos separamos a la vez.

-Ten buena tarde y nos vemos...-se quedó mirando mis labios igual que yo los suyos y dejó un beso rápido en estos.

Desde luego serían buenas tardes.

La pendeja de ahí dentro de mi cabeza, volvió a sonar.

-Y tú...-pude decir no se ni cómo y salí, cerrando la puerta pero vi que bajaba la ventanilla.

-Procura taparlo bien, ya sabes...-rió desde adentro y se despidió, yéndose.

Lo vi alejarse.

Te quedaste sola pero con buena sensación.

Sonreí y me metí adentro, llegando a casa.

Vi a Nol con el laptop en el sofá y ni se molestó en mirarme.

Me preparo mentalmente para la discusión de luego.

Tampoco dije nada pero si cubrí mi cuello.

Por si acaso.

Entré en la habitación y tomaría una ducha, pensando en ese beso.

Que no me quitaba de la cabeza.

Suspiros llenos de ti - JordannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora