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Ester

Si a alguien no le duele nuestro dolor, entonces debemos dejarlo ir.

Cuando queremos a alguien no nos gusta verlos tristes, apagados, sufriendo, mucho menos si es por nuestra culpa. Y es así cómo nos damos cuenta de que la otra persona, incluso viéndonos sumidos en el dolor, no lo daría todo por vernos sonreír.

Tú decidiste hacerme daño, tú no pensaste en cuánto me dolería no saber qué sucedió, qué cambió. Y espero que cada vez que me ves, cada vez que paso y tus ojos no se alejan de mí, pienses en tu decisión, en tu egoísmo, y te duela tanto como a mí, para que así te des cuenta de que soy humana, de que tengo sentimientos y tú me hiciste daño. Para que no vayas por la vida haciéndole lo mismo a otras personas.

De momento yo me estoy sintiendo mejor, porque sé que no vale la pena sufrir por ti.

De gris y coloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora