XVIII

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Gabriel

Hoy encontré en el fondo de mi cajón los pétalos de la rosa que me regalaste. Dijiste que no solo los hombres debían regalar flores, que las cosas y acciones ya no estaban atadas al género como antiguamente.

Tú me hacías ver el mundo de manera distinta.

Contigo descubrí que el silencio dice mucho, que con una mirada las palabras no son necesarias, que es posible tocar las estrellas y que las personas somos pequeños universos, y que es por eso que a veces ni siquiera logramos conocernos bien a nosotros mismos.

Pero ahora debo dejar eso atrás. Ahora Irene es quien camina conmigo de la mano, ahora es ella quien busca mi mirada y es ella quien comparte mi silencio.

Pese a ello, de alguna forma sigues siendo tú quien pinta estrellas en mi universo. Incluso cuando no hablamos, incluso cuando casi no te veo.

De gris y coloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora