Gabriel
A veces nuestros errores y malas decisiones terminan por hacer daño a quienes queremos. A veces esos errores no se pueden arreglar y tenemos que vivir cada día sabiendo que no hay manera de recuperar lo que perdimos.
Sabía que amaba a Ester, no sé en qué momento exacto me enamoré, pero sabía que era un sentimiento fuerte, y me asusté. Creí que había logrado olvidarla gracias a Irene, pero cuando volví a verla recordé todo lo que me hacía adorarla. Ester, tan mágica, tan especial y única. Ester, la mujer de mi vida.
Le rompí el corazón, le hice daño a la persona que más amo, y saber que sufrió por mi culpa me tortura a cada momento. Ella, que cada vez que me veía cansado o estresado por la universidad, buscaba la forma de mejorar mi día. Me cantaba canciones mientras me acariciaba el cabello y luego acababa dándome palabras de apoyo. Y yo, que a cambio le había devuelto tristeza.
El no haberme aclarado, el no haber pensado en nadie más que en mí, también me llevó a hacerle daño a Irene. Irene, tan preocupada, tan dulce, tan paciente, que solo quería recibir de vuelta todo el amor que daba, y yo, que solo le di migajas por estar guardando mi corazón para alguien que me había dedicado a perder. Irene, guardándose toda la tristeza porque me quería, porque no quería alejarse de mí, pero que tuvo que hacerlo por su bien.
Sé que me merezco estar solo, sé que mis acciones tuvieron consecuencias y que debo rebobinar la cinta y analizar todo lo que hice mal. Sé que estoy volviendo al gris, los colores hace tiempo comenzaron a desteñirse, pero está bien, es una lección de vida que debo aprender.
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De gris y colores
Short Story"Mientras yo te entregaba mi corazón en cada beso, y con cada caricia quería demostrarte que podía cuidarte, tú pensabas en alejarte de mí, dejando todo atrás como si yo no significara nada, como si mis sentimientos no tuvieran importancia" -Ester...