Capítulo 32: Hogar

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🇲🇽México🇲🇽

— Anyi, el foco de la sala no sirve, ¿tenemos un respuesto?— preguntó Dian, iba llegando del sitio mencionado a la cocina, luego de ver que el objeto aludido dejó de realizar correctamente su función.

— Ese era el respuesto— contestó Anyara, quien estaba arriba de una silla ordenando las especias en una repisa.

— ¿Y el repuesto del repuesto?

— Sigues con tus referencias a películas, Lía— la mencionada por Dian se encontraba sentada en la mesa ayudando a Anyara a escribir nuevas etiquetas con el nombre de las especias.

Lía sonrió orgullosa.

— Por supuesto, mis experiencias de vida son las de las películas. Ajenas, y lo mejor, ficticias. Bueno, voy tarde al hospital, tengo una cita. Terminé con esto, Anyara— la chica se levantó de la silla y señaló unos papelitos blancos nombrados con marcador. Su cabello se sacudió y desprendió un suave aroma a shampoo.

— ¿Te pasó algo?— Anyi se giró a verla con preocupación, igual que Dian, sólo que la azabache aparentaba un semblante digno de expresar luego de recibir la peor noticia, como si Lía le hubiera dicho que se iba a morir en una hora. Tal vez los dramas de Juan Pablo se le habían pegado.

— No, iré al dentista. Son las tristes muelas del juicio, supongo que pronto me las sacarán. Probablemente sólo quiera llorar todo el tiempo, pero tranquilas. Uy, ¡y suerte con el viaje! Empujen a L al agua de mi parte.

— ¡Te escuché!— gritó L desde la sala.

— Nos vemos, Li— habló Anyara, bajándose de un salto de la silla para abrazar rápidamente a su amiga—. Suerte con tu consulta.

— Adiós— se despidió Dian, imitando el gesto de despedida y afecto—. Treinta pesos a que sí empujo a L.

— Cincuenta a que la empujas y se ahoga por no saber nadar.

— Trato.

— Trato.

Lía y Dian estrecharon las manos. Anyara palmeó su frente, pero terminó riendo un poco.

— Claro, síganse burlando de que no sé nadar— Michelle apareció en la cocina, se veía como si no hubiera dormido en toda la noche. Aunque eso era lo que había pasado en realidad—. Dian, ¿tienes el foco?

La chica bufó.

— No, no hay. Tendré que ir a comprar uno.

— Bien.

Desde hace dos semanas que Anyara había vuelto, ahora estaban a días de volver a viajar, y esta vez para encontrarse con los chicos en Cancún.

Las cosas habían marchado bien, pero no de manera general.

Anyara estaba contenta, desde que volvió de Colombia nadie la podía despojar del buen humor. Michelle estaba como siempre, o al menos eso quería aparentar, porque por dentro se prendían fuegos artificiales cada que recordaba que vería de nuevo a Simón. Y Dian, por su parte... estaba bien, tal vez no del todo concentrada en el ahora pero se defendía.

La mente de la azabache parecía tener alas y volar y volver cada que se le antojara. Estaba distraída, y algo de culpabilidad se engendraba en su interior por ocultarle cosas a Villa y a sus amigas. La manera en la que lograba librarse de ello, era recordando los motivos de sus acciones. A veces no era suficiente, pero necesitaba dejar de sentirse así de alguna manera u otra.

El saber que en días volvería a ver y oír a Juan Pablo en vivo y en directo era un alivio, pero también causaba estrés, porque todo sería más complicado en cuanto él la viera de la misma manera, sin pantallas que ocultara sus verdaderas emociones.

Ángel Mío: Nada Es EternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora