🪕Villa🪕
Días habían pasado desde que Dian le había hecho esa pregunta referente a su futuro, días desde que una duda obtuvo cuerpo e importancia en su mente, y no se lo había contado a nadie, ni siquiera a ella. Sin embargo, sabía que podía ser muy transparente a veces, y en esta ocasión no sería distinta, pronto sus amigos harían preguntas sobre su comportamiento apartado y pensamientos remotos. En parte se alegraba, necesitaba que alguien le diera su opinión, pero no quería ser él quien la pidiera.
— Tierra llamando a Papo, tierra llamando a Papo— decía Simón mientras Martín le lanzaba la segunda bola de papel al ojiverde. Villa ni se había inmutado.
Nada.
— ¡Juan Pablo!— lo llamó Isaza.
Fue expulsado de las profundidadez de su zona de reflexión con ese llamado. Sacudió la cabeza y se volvió a sus amigos y a Susana, quien los acompañana en aquella reunión para terminar con los arreglos de la canción.
— ¿Qué pasa?
— Pasa que llevas cinco minutos subiéndote el cierre de la chamarra— contestó el del sombrero.
— Se le fue el internet— comentó Martín.
— Sólo pensaba.
— Lo notamos— dijo Simón.
— ¿Pasó algo malo?— preguntó Su, preocupada.
— Oh no. Todo bien. Hay que seguir.
Trató de ahuyentar aquello que lo atormentaba. Resultó, pero fue temporal. Terminando aquella reunión, las dudas regresaron apresuradas y decididas a fastidiarlo más. Se despidió de todos, él fue el último en salir del departamento de Isaza.
— ¡Villa!— lo llamó su tocayo a sus espaldas. Volteó a verlo. El chico se había inclinado y mantenía sus manos en sus rodillas con la respiración agitada—. No vayas tan rápido.
— Pero si a penas di un paso fuera de tu apartamento.
— No metas mi condición física en esto. Necesitamos hablar— respondió incorporándose.
— ¿Sobre?
— Usted.
Villa frunció el ceño, confundido.
— ¿Sobre mí?
— No se haga, estuvo raro todo el rato. Hasta Susana y los Vargas me pidieron que te preguntara qué pasaba, aunque ya lo iba a hacer de igual forma. Supongo que saben que no les responderías a ellos con la verdad. No le fallaré al pueblo en mi misión.
El ojiverde agradeció internamente, pero de todas maneras, no sabía si sería buena idea decirle a Isaza. Le tenía mucha confianza a su amigo y no sentía vergüenza cuando le contaba de sus problemas, pero a veces seguía sintiéndose incómodo hablando de ciertos temas y situaciones. Como en esta ocasión.
— Oh, no es nada importante— se limitó a decir.
— Debe serlo para que te tenga así. Y bueno, si tampoco quieres contarlo, está bien, pero quería ayudar.
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Ángel Mío: Nada Es Eterno
Fiksi PenggemarTras recibir una importante noticia, la vulnerabilidad se renueva en Dian y distintas cosas en su vida empiezan a cambiar sin piedad. Sus amigos y relación con Juan Pablo no son la excepción. Porque siempre llega algo... ¿mejor? SEGUNDA TEMPORADA de...