GYM 彡 yoonmin.

17.

Mensaje

Yoongi:
¿Aún puedo escuchar la nueva
canción?

Namjoon:
¿Estarás de idiota?

Yoongi:
Depende, ¿Estará Jimin ahí?

Namjoon:
Adiós.

YoonGi:
¡Es broma, joder! Soportaré
si está ahí, pero dime,
¿Estará ahí?

Namjoon:
Jin lo invita todos los
días, así que supongo.

Yoongi:
¿Estás seguro?

Namjoon:
¿Qué importa? ¿Vendrás?
En unas horas íbamos a
hacer un ensayo.

Yoongi:
Los veo ahí en un rato, dile a
Jin que quiero un smoothie.

Namjoon:
Sigue muy molesto, llegaste
hace apenas poco y ya
arruinaste su amistad.

Yoongi:
Bien. Los veo ahí, pero en serio,
quiero mi smoothie.

Visto 07:04.

Camino hasta la zona de mascotas del supermercado y busco algún juguete para perros durante quince minutos hasta que me decidí por algo que parece un hueso hecho de nudos con pelotas de tenis a los extremos, ¿Al perro de Jin les gustan los juguetes? Mierda, ¿Cómo se llamaba su perro?

¡Joder! Tenía el nombre raro... ¿Jjing? Cómo sea, le preguntaré a Nam discretamente.

Pago mis pocas compras y dejo todo en el auto mientras conduzco a casa para tomar un baño rápido y ponerme la chamarra rosa que Jin me regaló hace unos años. Incluso cuando ya es vieja, me queda bien. Me pongo unos jeans rotos de rodillas y termino de vestirme tranquilamente.

Camino hasta la casa de Nam con un six-pack en las manos y una sonrisa discreta.

Miro hacia la casa de enfrente, donde se supone que vive Jimin. Las luces están apagadas y no parece haber movimiento cerca, por lo que sonrío y toco el timbre.

Me costó encontrar el timbre ya que nunca lo había tocado, pero es una pequeña bolita de metal.

—¡Jimin! —escucho la voz de Jin al otro la de la puerta.

Mi sonrisa se borró al escuchar que Jin esperaba a Jimin. Y la sonrisa de Jin se esfumó al verme a mí en el umbral.

—Ho... —antes de que pueda terminar de hablar, la puerta está cerrada frente en mi cara.

—Vamos, Jin. Es la primera vez que usa el timbre, no podemos dejarlo fuera —la voz de Nam se escucha opaca dentro.

La puerta se abre nuevamente y Nam se hace a un lado para que pueda pasar, lo cual hago casi enseguida. Dejándole casi de un golpe el six-pack a Nam en las manos y siguiendo a Jin a la cocina, pero antes, regreso a Nam con timidez.

—¿C-Cómo se llama su perro?

Nam me mira con desaprobación y luego niega con la cabeza.

—Jjanggu, Yoongi. Pero...

—Gracias —interrumpo.

Camino a la cocina con el juguete de perro en mis manos y sonrío un poco al ver que Jin está sirviendo dos vasos de smoothie.

—Jin... —hablo, pero me ignora—. Sé que me pasé el otro día contigo.

Me acerco a él y veo que el smoothie tiene un color verde, lo cual me asusta, pero lo ignoro y me pongo a un lado suyo.

—Le traje un regalo a Jjanggu —digo.

Finalmente me mira con cara dudosa. Se cruza de brazos frente a mí y puedo ver que se pintó un poco los labios. Solo lucho internamente para no sentirme incómodo.

Le entrego el pequeño hueso y ambos miramos al piso cuando el pequeño perro blanco ladra al ver el juguete.

—Le gusta —sonrío al ver como muerde una de las pelotas.

Jin empieza a jugar con el perro y yo miro atrás, donde Nam nos mira con una sonrisa mientras se recarga en el marco de la puerta.

—¿En serio lo sientes? —pregunta Jin, volviendo todo nuevamente serio y algo incómodo para mi.

Asiento con la cabeza con las mejillas un poco rosas.

—Son de mis amigos más importantes, jamás quise lastimarte. Creí que estos años lo había superado, cuando volví y te vi... —suspiro—. Honestamente sólo vi a un viejo amigo al que extrañaba.

—¿Y por qué con Jimin...?

—Es diferente —interrumpo—. A ti te aprecio, te conozco, te quiero. Te conozco desde hace mucho, conozco tus secretos al igual que tú los míos. Sí, admito que me porte mal, pero él es solo un niño. Deberías verlo en la escuela, se pone sensible hasta con que le pisen el pie —exagero—. Se sintió mal. Pero es un niñito, necesita madurar. Honestamente no me importa lo que él diga, me importas tú. Tu eres mi amigo... ¿Cierto?

Mis manos comienzan a sudar cuando me ve de pies a cabeza y reconoce la sudadera. Tal vez sea homofóbico, pero a él le debo mucho. Me defendió de los mismos gays e incluso estuvo cuando terminé con Soonhi. Tal vez no soporte la idea de cómo se relaciona con algunos chicos, pero él es diferente conmigo, porque soy su amigo.

—Seguro —acepta suspirando y cerrando los ojos.

Yo le sonrío con los dientes y río un poco cuando finge una escena dramática y se lanza a abrazarme, incluso cuando él es mucho más alto que yo, se encoje un poco.

—Toma tu smoothie —dice al separarse.

Toma uno de los dos vasos y me lo entrega. Ambos levantamos los vasos al aire y exclamamos.

—¡Amigos del mundo, bendigan este smoothie!

Tomo el smoothie que es bastante espeso, pero sabe a piña y azúcar, lo cual sabe bien y tomo hasta la mitad.

—Tendré mi propio local de smoothies, todos lo van a amar.

Río un poco y luego Nam me da una palmada en la espalda.

—Vamos a mostrarte esa canción.

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