GYM 彡 yoonmin.

30.

—¿Qué? —contesto de mala gana la llamada.

—Basta de juegos Yoongi —me dice mi mamá—. Sabemos que volviste a Seúl, la pobre Soonhi está sufriendo mucho, ¡Todo por tu culpa!

—¡Ella fue la que me mintió, lo sabía! —le grito.

—¡No es algo que se decida, es algo natur...! —cuelgo y luego apago el celular para meterlo a mi bolsillo.

Salgo del auto y voy a componer un poco a mi estudio en el sótano. Lo he montado cuando regresé y sólo he tocado el piano dos veces desde entonces. Ni siquiera estoy tocando una canción, solo mezclo ritmos y sonidos hasta que tengo una melodía que seguir una y otra vez.

—¡Joder, Yoongi! —grita alguien desde arriba, pero no distingo quién. Apenas lo escuché por el ruido.

—¡Voy! —grito mientras detengo la grabación y corro escaleras arriba.

Distingo la silueta de Nam y Jin en el umbral, por lo que quito el seguro de la puerta y abro sonriendo.

—¿Ves? Si pones seguro evitarás que entre sin tu permiso —sonrío con descaro y ambos entran mirándome ligeramente molestos—. No es por nada, pero, ¿Qué hacen aquí?

—Te estuvimos llamando desde hace dos horas —dice Jin que se ha acostado en el sillón de la sala.

Saco el celular de mi bolsillo y lo enciendo, recibiendo las notificaciones de llamadas perdidas por parte de ambos y de mamá.

—Perdón, apagué el celular —digo con una mueca.

—¿Fue... Fue por Soonhi? —pregunta Nam algo preocupado.

—No, no... Espera, ¿La han visto?

—No, pero me habías dicho que la viste el otro día, ¿No? —pregunta Nam.

—¿Viste a Soonhi? —Jin se levanta con algo de brusquedad.

—Sí, ella...

—¿Le pediste disculpas? ¿Aclaraste todo? ¿Volvieron? —pregunta rápidamente.

—Por supuesto que no. Ella es la que me tiene que aclarar todo y no, ni en mil años —digo mirándolo con el mismo enojo con el que comienza a mirarme.

Nam pone los ojos en blanco y niega con la cabeza.

—¿Habrá algún día en el que no estén peleando? —Nam se acaricia la sien y cierra los ojos con fuerza.

—Sólo díganme por qué me estuvieron llamando —digo y empujo a Jin al sillón para sentarme a su lado.

—¡BTS dará un concierto en Incheon este domingo! —dice Nam mientras mueve las manos de forma extraña.

Me quedo neutro, simplemente mirando el rostro de ambos intercaladamente.

—¿Es otra de tus estúpidas bromas? Porque si es así, el día en que llamen diciendo que uno se está muriendo yo no pienso...

—¡No es broma, idiota! —grita Nam, con una sonrisa grande, comenzando a saltar por la sala y Jin siguiendo sus pasos.

—Voy por mis llaves... —comento poniéndome de pie.

—¿Qué? —dicen ambos al unísono, viéndome incrédulos.

—Yoongi, tenemos que festejar, si volverás a huir, hazlo mañana —se queja Jin con un puchero.

Tomo las llaves de la barra y camino hasta la puerta.

—¡Vámonos al bar, idiotas, tenemos que festejar bien! —grito, escuchando sus pasos detrás mío hasta el auto.

Todos subimos rápidamente y yo pongo música a todo volumen en el disco que Nam me regaló.

—Los dejaré después de un rato, necesito coger —comento mientras río y acelero.

—¡Yoongi! —grita Nam y me golpea el hombro.

—Fue una broma, idiota —no lo era, conozco un viejo antro en las calles de Gyeonggi.

Comenzamos a imitar los sonidos de los instrumentos de la canción, pero cuando pasamos por el parque central, yo guardo silencio aunque los chicos no lo noten, sólo siguen cantando y bailando.

Veo a Jimin y Donghae, están comiendo un helado y platicando animadamente entre ellos, para luego terminar en un beso pequeño. Jimin trae puesto unos jeans negros, una polera blanca y una chamarra de Adidas. Él no ha roto su palabra. Donghae, por otro lado, sí.

—Yoongi, acabas de pasarte el bar... —la voz de Nam me distrae y agito un poco la cabeza, bajando el volumen de la canción y mirando atrás.

—Me declaro culpable de que la música me atrapara —todos reímos levemente, pero sé que Nam no me cree, lo sé.

Doy vuelta en U y me estacionó a una calle del bar. Desde aquí no se puede ver el parque, pero es en lo que menos pienso cuando un par de chicas se ríen mientras entran al bar.

—Demonios —me quejo golpeando el hombro de Nam—. No puedo divertirme porque eres papa casada.

—¿Y yo estoy pintado o qué? —me pregunta Jin mientras caminamos al bar.

—Dudo mucho que haya algún gay ahí dentro... Y sabes cómo terminaría si lo hubiera.

—¿Con nosotros tres echados de por vida del bar, yo molesto contigo y el otro gay en el hospital? —pregunta fingiendo pensar.

—Solo si me fastidia o se sobrepasa contigo —aclaro, aunque el simple hecho de su existencia ya me fastidia.

—¿Y que hay de mí? —pregunta Nam—. ¿Y si se sobrepasa conmigo?

—Solo puedo cuidar uno a la vez —me encojo de hombros mientras entramos al bar—. Además, ¿Qué gay se interesaría en ti, Namjoon?

—¿Qué gay lo haría en ti, Yoongi? —me regresa el golpe y luego pide una ronda.

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Con BTS me refiero al dúo que hacen Jin y Nam uwu