GYM 彡 yoonmin.

18.

No paro de tararear la canción de I Need U de camino a la escuela.

Saber que estoy bien con mis amigos me hace sentir que tengo un soporte, un apoyo. No puedo evitar no sonreír, incluso cuando veo al grupo A, de hecho, me animan un poco más. Son el mejor grupo hasta ahora.

—Muy bien, chicos —todos sonríen aunque yo mantengo mi postura seria ante ellos—. Créanme que la mayoría se quedará en el equipo.

Los murmullos y sonrisa empiezan entre ellos y yo solo los miro serio, con los brazos cruzados hasta que todos se callan.

—Será mejor si siguen practicando. Pueden ser mejores que otros grupos, pero no sabemos cómo son en otras escuelas —todos asienten con la cabeza felices—. Pueden retirarse ya —digo cuando termina la clase.

Enseguida todos se ponen a caminar a la salida con una grande sonrisa en la cara.

No he hecho ejercicio en la mañana ni ayer, por lo que mi cuerpo se siente tenso. Así que voy a la caminadora y comienzo a correr un poco.

Después de veinte minutos de correr, mi camisa está empapada de sudor. Por lo que la quito, viendo el estampado militar con manchas de sudor. Levanto algunas pesas con música a todo volumen en mis audífonos y aprovecho de que no hay nadie para poder cantar bajito las canciones.

No duro bastante haciendo ejercicio pectoral cuando mi cuerpo se cansa demasiado. Veo mi reflejo por uno de los espejos del gimnasio y noto que mi cuerpo está más relajado y demasiado sudado. Mi pelo está pegado a mi frente por el sudor y mi cabello teñido ya está más opaco.

"Purple swag" comienza a sonar en mi celular y reconozco el tono al instante: Hoseok.

Rechazo la llamada y lanzo el celular a mi maleta la cual tomo y llevo a mi oficina, cerrando la puerta y dejando la maleta en el sillón.

Las persianas están cerradas, así que antes de entrar al baño ya me saqué los shorts negros y una vez dentro me despojo de la única prenda que me queda; lanzándola con desinterés a un rincón. Abrí el agua y la pongo a temperatura ambiente, metiéndole debajo de ella a los pocos segundos. Relajo mi cuerpo bajo el agua mientras me enjabono. El jabón huele a algún tipo de flor exótica.

Aún cuando termino de bañarme me quedo sentado en el piso, solo dejando que el agua caiga sobre mí.

Salgo del baño con sólo una toalla envuelta en la cadera y algunas gotas de agua cayendo de mi cabello. Noto que mi celular tiene 6 llamadas perdidas, todas de Hoseok. Justo cuando tomo el celular, vuelve a entrar otra llamada de él.

—¿Qué quieres? —pregunto, dejando que todo mi buen ánimo se vaya.

—Yoongi, entiende. Tampoco fue fácil para ella.

—No quiero escucharte, ni como la defiendes.

—¡Eres mi amigo, pero la dejaste como un cabrón!

—¡Hoseok!

—Yoongi, sé que no era parte del plan, sé que te lo ocultó. Pero era porque ambos era felices, ¿Realmente quieres ese futuro? ¡Existen muchas otras opciones antes de salir corriendo como un cobarde!

—¡Pues me importa una mierda! —grito furioso por su actitud—. Sí, la quiero. Y sé que me fui y la dejé como un cobarde —admito—. Pero me ocultó algo que literalmente era mi futuro, ¡Lo era y es, Hoseok!

—¡Yoongi, ella también sufrió! ¡Más que tú! Tu puedes irte con cualquier otra y asunto resuelto, pero ella aún yendo con alguien más...

—Su vida ya no es mi problema —digo frío con los ojos rojos y dolor en el pecho.

—¡Escúchate a ti mismo, Yoongi! ¡La amas pero la rechazas! ¡Estás enfermo!

—¡Púdrete! —le grito al celular y lo lanzo al sillón con brusquedad, hasta que rebota y cae al piso.

Odio que pueda molestarme tan fácilmente, odio que no pueda controlarlo. Pero no es mi culpa, ella causó demasiado dolor y felicidad en mí. Los recuerdos suelen como medicina para una herida. Duele pero te hace mejorar después; y cuando menos me doy cuenta mis ojos están rojos y acumulando lágrimas.

Quiero golpear algo pero me acabo de bañar y lo que menos quiero es volver a sudar.

El celular vuelve a sonar y cuelgo. Vuelve a llamar y juro bloquear el número.

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