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—¡Yoon

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—¡Yoon...! —Jin cierra la puerta en mi cara y yo miro a los lados, confundido—. ¡¿Qué le hiciste a mi amigo?! ¡Llamaré a la policía, lo juro! —grita y yo río, mordiendo mi lengua y viendo al suelo unos segundos.

—¿No te gusta? —pregunto, tomando un pequeño semi-rizo ahora rosado de mi frente—. Si quieres puedo cambiarlo.

—¡No! —grita, abriendo la puerta de golpe—. ¡Uno, tocaste el timbre! ¡Dos, tu cabello es rosa! ¡Tres, sí viniste!

—¡Uno, lo sé, aún me siento extraño haciéndolo! ¡Dos, no me digas, creí que era naranja! !Tres, deja de gritarme!

—¡Tú también estás gritando! —toma mis hombros y me abraza con fuerza, haciéndome entrar a la casa y pasando sus dedos entre mi cabello cuando se separa de mí—. ¡Me encanta!

Río un poco más y saco su celular de mi bolsillo trasero, entregándoselo y pasando mi mano por mi cabello.

—¡Te amo más! Creí que lo había perdido en el parque o en algún bar —dice mientras abraza a su celular con sus manos contra su pecho.

—Estaba en el baño —informo mientras limpio mis manos en su camisa—. Estabas viendo porno gay en mi baño, ¿Verdad?

Me da un golpe en la cabeza con el celular, haciendo sonar un sonido duro y opaco. Haciéndome también, acariciar donde me golpeó con una pequeña mueca en el rostro.

—No tengo porque buscarlo en mi celular, seguramente en tu casa hay muchas películas de porno gay —sonríe con fastidio y yo abro mi boca, golpeándolo en el pecho.

—Solo hetero o lésbico —por ahora... ¿En serio pensé eso?—. Lo lamento —sonrío con igual fastidio.

Veo a Cry Baby caminar por el pasillo y chocar tiernamente contra un mueble, así que quito a Jin de mi paso y agarro al gato, acariciando su cabeza y dejando un pequeño beso en su orejita blanca.

—No te mentiré, te extrañé más que a Jin —le digo y acaricio con fuerza debajo de su barbilla—. Te quiero más a ti.

—Lastima que él a ti no —dice Jin, caminando a mí para quitarme al gato.

—¡Me dijiste que viniera para ver a tu gato y luego me lo quitas! —me cruzo de brazos—. Creí que solo actuabas como mujer en la cama, indecisa.

—¡Yoongi! —grita con las mejillas rosas—. Te diría lo mismo, pero ni siquiera te imagino con un chico... Y mucho menos como pasivo.

—No hablemos de eso ahora, por favor —sonrío pequeño y me muerdo el labio inferior al darme cuenta de que antes lo hubiera golpeado (literalmente) y ahora solo me molesta un poco que me imagine como pasivo—. Pero definitivamente tengo que hablar algo contigo —me animo a decir, casi sintiendo como si en ese momento lo estuviera diciendo sin rodeos—. Es importante para mí.

—Oh bien, ¿Por qué no ahora? —pregunta, señalando la sala.

—Nam deberá estar llegando dentro de poco —digo, acariciando al gato una ultima vez y acercándome a la puerta—. Podemos salir el sábado, ¿Te parece? —pregunto, girándome un poco para verlo.

Le sonrío, y cuando regreso mi vista a la puerta esta choca con toda la parte izquierda de mi cara, haciéndome retroceder por el golpe y viendo como alguien termina por abrir la puerta desde afuera.

—¡Yoongi, perdón! —grita Haneul, entrando y acercándose para verme.

—No importa, está bien —digo, sintiendo como mi piel palpita un poco donde me golpeé.

—¿Qué haces aquí? —pregunta Nam con demasiada naturalidad después de entrar.

—Vino a darme mi celular, lo olvidé en su casa —dice Jin antes de que yo pueda hablar.

—Oh, está bien —sonríe un poco y camina a su esposa, que está a un lado mío—. Iré a preparar la cena —le da un beso en la sien—. Nos vemos luego —me dice a mí y pasa por mi lado, golpeando mi hombro con el suyo.

Aunque no sé si a propósito o por accidente, ya que el pasillo de la entrada es pequeño y Nam no es alguien que provoque o fastidie por orgullo... como yo.

—Nos... vemos —digo, aunque ya entró a la cocina—. Me gusta tu cabello —le digo a Han, viendo su cabello morado e intentando que no se vuelva incómodo.

—Lo mismo digo —dice, tocando ligeramente mi cabello—. Creí que para ti el rosa solo era para las chicas.

Sonrío un poco y rasco mi nunca sin poder evitar pensar en Jimin y la vez que dijo que me vería bonito con el cabello rosa y que era algo unisex como teñirse el cabello.

Nunca me gustó tener la atención de los demás, no me fijo en que me acepten. Pero cuando salí a la calle esta tarde para venir a la casa de Nam, algunas personas me miraron extrañados o con una ligera sonrisa, no importaba por lo que fuera. Me sentía bonito, por más extraño que suene.

—Es lindo el color, no me avergüenza usarlo —digo, y sonrío hasta mostrar los dientes.

—Es suficiente, llamaré a la policía —dice Jin y yo volteo a ver como baja al gato y comienza a marcar un número en la pantalla de su celular.

—¿En serio está llamando a la...? —pregunta Haneul.

—¡Hola! —dice alegre al teléfono y me mira con una sonrisa burlona—. ¡Suga se tiñó de rosa el cabello! —grita, despegando su celular de la oreja y entonces logro ver un poco la pantalla. Realmente ha llamado a alguien, pero no al ciento doce, ya que veo muchos números. Y hasta donde logro ver, parecía el numero de Soonhi—. Lo sé —contesta a la persona del otro lado de la línea.

Continua hablando y comenzando a caminar a la sala.

—¡Dile a Soonhi que la veré mañana en el boliche! —grito mientras me vuelvo a girar hacia la puerta—. Debo irme, Han. Me alegra verte, pasó algo de tiempo.

 Me alegra verte, pasó algo de tiempo

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GYM 彡 yoonmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora