GYM 彡 yoonmin.

28.

En los últimos minutos de receso salí al comedor, aunque para mí no eso no era común.

Había más estudiantes en los pasillos que en el comedor, la mayoría me miraba extraño. Tal vez por la ropa sudada, tal vez porque casi nadie me conocía.

Vi a Jimin, estaba sentado solo y sin comida hasta el fondo del comedor. No había nadie con él, solo tenía puesto unos audífonos y un pequeño moñito azul cielo con puntitos blancos en la cabeza, el cual se quitó inmediatamente después de verme.

Tiró el moño al suelo y salió casi corriendo y llorando después de verme. Media cafetería lo observaba. Tal vez porque finalmente usaba ropa normal.

Me hizo sentir incómodo el hecho de que todos lo miraran, susurraran y rieran de él. Yo sufrí un tipo de acoso emocional en la preparatoria también, y no es muy agradable. Así que me convertí en el abusador, aunque en esos tiempos -por suerte- no habían gays en la escuela.

El director me contó que Taehyung había sido expulsado por dos días por su comportamiento, me pidió una disculpa y luego se retiró de mi oficina.

Finalmente es jueves y ya tenía a los elegidos para el equipo, por lo que llamé a todos los grupos al gimnasio después de la escuela.

—Solo diré que entre los elegidos, hay algunos que puse simplemente para completar el equipo.

Me miran con odio y yo con una sonrisa burlona.

—Escogeré a quince. Jugarán un partido, cinco contra cinco. Los perdedores del primer juego tendrán que jugar contra el tercer equipo y dos del equipo que pierda estarán fuera, ¿Entendido? —explico rápidamente mientras tomo un balón—. En una hilera, hombres y mujeres, rápido.

En menos de quince segundos ya todos están formados, así que voy por la lista y una pluma.

—Diré a los quince que entraron —apunto los nombres conforme comienzo a decirlos.

Por estos días y lo que ha pasado, los que más destacan en el equipo son Yoon Donghae, Choi Seungho, Jeon Jungkook y Park Jimin. Y difícilmente recuerdo el nombre de los otros.

He puesto a cada uno de ellos en un diferente equipo y, aunque Jimin había jugado relativamente bien, su equipo perdió en ambos partidos. Ganándose bromas sobre el porqué perdieron (sus gustos).

Lo que me hizo sentir mal por un momento, a pesar de estar tan retorcido, era que Jimin realmente tenía cierto talento para el básquet.

—Ambas chicas se quedarán —sentencio y los chicos me miran con tristeza en la cara—. Para el equipo femenil —me rasco la sien—. Queda un lugar para el equipo varonil.

Los chicos parecen animarse, enderezando la espalda y sonriendo entre sí. Excepto Jimin, quien mira a Donghae. Pero Yoon solo se la ha pasado hablando con algunas chicas y chicos, ignorando a Jimin de la misma manera que yo desearía empezar a hacer.

—Park, queda como alero.

Jimin hace una mueca y asiente con la cabeza mientras camina hasta el resto del equipo.

—¡Joder! —grita el pelirrojo que no entró al equipo.

—Los que no entraron, retírense. Ya —ordeno mientras voy por una libreta y anoto el nombre de los doce jugadores del equipo femenil y varonil.

Cuando levanto la mirada ya sólo quedan los veinticuatro estudiantes seleccionados sentados en las gradas sin decir nada.

—Bien, mañana los quiero aquí para darles sus posiciones y para comenzar a practicar. Vendrán a diario después de la escuela a excepción de los miércoles. Ya están en el equipo, si se quieren retirar bajarán sus calificaciones por falta de compromiso, ¿Entendido? —digo fuerte y todos asienten con la cabeza.

La campana suena y yo guardo la libreta.

—No pueden llegar tarde, mañana jugaremos un partido para designar el número del jugador. Si llegan tarde serán los últimos —digo sin mirarlos—. Ya pueden irse —finalizo.

Sus tenis rechinan en el piso mientras salen, algunos murmurando y otros casi corriendo.

Por alguna razón siento que Jimin se quedará o que estará en la puerta observándome. Pero cuando volteo la cancha ha quedado vacía.

Es extraño, me pasa un escalofrío por la espalda y me hace sentir incómodo.

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