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A media película Hoseok ya estaba dormido

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A media película Hoseok ya estaba dormido.

—Oye, ¿Qué tienes? —le susurro a Jimin.

Está en la orilla del asiento, con las manos sobre las braceras y su cuerpo inclinado hacia la pantalla, casi pareciera que quiere meterse a la película.

—Jimin... —le susurro, acercándome él. Pero no me escucha o sólo me ignora—. Oye... —toco su pierna con la punta de mis dedos.

Estoy por quitar la mano al asustarme con un ruido fuerte proveniente de la película, pero la mano de Jimin toma la mía con fuerza, sin despegar su vista de la pantalla. Miro la pantalla para ver qué sucedió, y veo a la protagonista correr por los pasillos de su casa, y algunas cosas haciendo ruidos extraños. La típica película paranormal. Todos en la sala gritan (incluso Jimin y yo) cuando algo invisible la tira y jala de los pies.

—¿Yoongi? —miro a Hoseok y al instante veo que se ha despertado por los gritos, su rostro expresa confusión y sueño, pero no es eso lo que me llama la atención, es lo que él está viendo.

Mira la pierna de Jimin, a donde miro instintivamente yo y veo la mano de Jimin y mía entrelazada con fuerza. Quito mi mano rápidamente y niego viendo a Hoseok.

—Él me tomó la mano —aseguro—. Se asustó.

—Como sea —pone los ojos en blanco—. Asegúrate de no volver a interrumpir mi siesta.

—Ah, claro. Yo le digo al público que no se asuste. Tu siesta es muuuuucho más importante que la estúpida película que pagaron por ver —susurro sarcástico.

—Gracias, Yoongi —me sonríe y se acurruca en el asiento—. Por eso te amo.

Pongo los ojos en blanco y me dejo caer en el asiento con los brazos cruzados por el resto de la película. Para cuando termina, mojo mis dedos con un poco de refresco y le salpico la cara a Hoseok para despertarlo.

—Te odio —murmura.

—Me amas.

—Voy al baño, tengo que limpiarme la cara —dice de mala gana, limpiándose la cara con la camiseta.

—Te esperamos en la dulcería —le digo mientras caminamos fuera de la sala.

—¿Por qué nos me esperan fuera del baño?

—Huele peor que mis estudiantes después de entrenar. En serio, apestan —aseguro.

—Uhhh, si yo fuera tú, Jimin, ya lo tendría en el piso —comenta y se aleja trotando al baño.

—Idiota —murmuro y camino con Jimin a un lado hasta la dulcería—. ¿Te gusta el terror? Parecías muy entretenido.

—No recuerdo la última vez que vine al cine. No me gusta el terror, me causa malos sueños, p-pero... no sé, quería disfrutar.

—Oh... ¿Y dices no ser un niño? La película no dio miedo —me encojo de hombros, fingiendo desinterés.

—Claro que lo dio, no puedo creer que la protagonista entrara al baño, ¿Qué no se dio cuenta que ahí empezó todo lo malo? —se queja y muerde su labio inferior.

—Creo que es la primera vez que hablas por mas de diez segundos sin t-t-tar-tartamudear —me burlo al final y río.

Jimin hace una mueca y sólo se gira a ver a los demás comprar sus dulces y palomitas.

—¿Quieres uno?

—¿Un qué? —pregunta bajito.

—Un dulce —señalo los que vio antes de entrar a la sala—. Le saqué tres mil wons a Hoseok cuando se quedó dormido.

Jimin me mira sorprendido, pero niega y se recarga en la orilla de la vitrina, donde no hay nadie atendiendo.

—Está mal, es dinero robado.

—Ay, no es como que tú te puedas quejar de qué está mal y qué no —digo y me recargo a un lado suyo.

—Buen punto —cierra los ojos con fuerza y niega con la cabeza—. Igual no quiero los dulces.

Pongo los ojos en blanco y me acerco al mostrador, donde hay una chica rubia esperando algún cliente. Pido los dulces que Jimin estaba viendo, una barra de chocolate y unas gomitas para luego regresar con él, que me mira con el semblante serio y los brazos cruzados.

—¿Ves? Hasta me sobró —le muestro el dinero y luego lo guardo en mi bolsillo—. Toma.

Le entrego los dulces que vio y luego yo como de las gomitas en forma de ositos que compré.

—Ya vamo... ¡Yo quiero dulces! —grita Hoseok a lo que yo meto todas las gomitas que puedo a mi boca para que no me las quite y luego las regreso a la bolsa.

—Toma, agarra las que quieras —ofrezco, pero él me pega en la mano y las gomitas salen volando al suelo—. ¡Oye, yo pagué por ellas! Me debes muchos wons.

Hoseok pone los ojos en blanco mientras saca su billetera y yo miro a Jimin con una sonrisa victoriosa después de que Hoseok me da el dinero.

—Ya vámonos —les digo y comienzo a caminar.

—Perdón —susurra Jimin y volteo a verlo.

Está mirando al señor de la limpieza y el desastre que hicimos por tirar las gomitas, pero el señor lo mira de mala forma y yo tomo a Jimin del brazo para atraerlo a mí y a Hoseok. Quiero decir "para algo trabaja" pero sé que Jimin se molestará, así que me ahorro la discusión.

—Iré en el asiento trasero, quiero dormir más —dice Hoseok y corre al auto.

Caminamos al auto y yo lo enciendo después de escuchar como la puerta trasera se abre. Así que volteo después de no escuchar como se cierra.

—Perdón pequeño, tendrás que ir en frente... Y no puedes quejarte, pagué tu boleto —dice Hoseok, que está acostado a lo largo de los asientos.

Jimin aprieta los labios y le sonríe antes de cerrar la puerta y abrir la del copiloto, pero antes de que se suba, levanto una mano para detenerlo y le sonrío como cómplice. Avanzo de golpe, freno en seco a los pocos segundos y en seguida escucho el cuerpo de Hoseok chocar contra el respaldo de mi asiento y después caer al suelo del auto.

—¡Puta madre, Yoongi!

La carcajada de Jimin y mía opacan todo el silencio del estacionamiento. ni siquiera me callo cuando Hoseok me golpea detrás de la cabeza. Después de varios segundos, Jimin termina de subirse y cerrar la puerta detrás suyo.

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GYM 彡 yoonmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora