GYM 彡 yoonmin.

21.

—Abre la maldita puerta —digo una vez que intento abrir, pero Jimin ha puesto seguro.

—N-No... —lo dice con miedo, lo sé.

Golpeo la puerta con el puño y escucho un sollozo desde adentro.

—¡En algún momento tendrás que salir! —digo golpeando otra vez.

—¡Y cuando lo haga no va a hacerme nada! —grita en un sollozo.

—Puedes apostar a que lo haré, ¡Maldito marica!

—Si me vuelve a hacer algo... —su voz se escucha cerca de la puerta—. Le diré a Seokjin y a Namjoon... Los perderá para siempre, eso tiene que ser un límite, ¿No? —ríe un poco.

Retrocedo unos pasos.

—No les dirás nada... —digo, sabiendo que no había pensado en ellos.

—Puede apostar a que lo haré —me imita y su risa cínica crece—. No solo perderá a sus amigos, también su empleo, señor Min.

—¡Abre la maldita puerta! —digo, recuperando toda furia y golpeando con la palma la puerta.

Jimin abre la puerta de un golpe, pero yo no avanzo.

—Listo —dice y me sonríe.

Se ha limpiado la sangre y acomodado la ropa.

—Creí... Creí que iba a hacer algo, ¿No era así? —dice fingiendo inocencia—. ¿Golpearme? ¿Eso era, profesor?

Aprieto mis puños, pero no soy capaz de dar un solo paso hacia él. Jin y Nam son mis amigos, no puedo perderlos tan rápido.

—No les dirás nada... —digo casi como pregunta.

—Tal vez —mueve sus caderas y se acerca al escritorio, sentándose en la orilla y acomodándose la camisa—. ¿Tae volverá a los entrenamientos?

—Apesta en balonces-

—Lo hará, genial —sonríe como niña—. ¿Y yo estaré en el equipo femenil?

—Hijo de...

—¿Lo estaré? ¡Maravilloso! —se está burlando demasiado, y no sé si podré contenerme más.

—Señor Park —digo, intentando recuperar mi papel de autoridad.

—Nos vemos mañana, profesor —sonríe con descaro y sale de la oficina.

Salgo casi después de él, pero yendo al gimnasio donde, sin ponerme los guantes, comienzo a golpear un saco de boxeo. Mis nudillos están morados por golpear a Jimin, pero comenzaron a empeorar después de no parar en casi una hora de golpear el saco. Me dolía abrir las manos, pero ignoraba el dolor para ir a bañarme nuevamente.

Me tienes acorralado, Park Jimin. Disfrútalo, porque pronto cambiaremos de papeles.

Lo veo entrar al gimnasio con unos shorts rojos algo ajustados y arriba de la rodilla. Pero no puedo arriesgarme a molestarlo. Viene junto a Donghae, que no parece tener muchas heridas, solo un pequeño moretón en la barbilla. Y Jimin pareció usar algo mágico, ya que solo se ve un moretón en su ojo y una pequeña línea del labio roto.

—Empezaremos con quince vueltas a la cancha, ¡Ya! —exclamo dando una palmada y viendo a todos avanzar.

Jimin solo se la pasa con Taehyung y Donghae, me mira como si nada hubiera pasado. Cuando comienzan a encestar me detengo a observar a Jimin, quién me mira con reto y una pequeña sonrisa.

Lanza el balón y encesta sin rozar el aro.

—¿Quién lo diría, Mochi? —dice Donghae, dándole un beso en la mejilla.

Estoy apunto de decir que se separen, cuando una balón golpea la cabeza de Jimin por detrás y a su vez, provoca que Jimin golpeara con su cabeza la boca de Donghae.

—¡Perdón! —grita con inocencia fingida Seungho, quién me mira con una sonrisa cómplice, la cual no puedo evitar contagiarme.

—¡Basta, Seungho! —grita Donghae, acercándose al otro.

Donghae es considerablemente más alto que Seungho, pero este no se inmuta ante el mayor.

—¿O qué? —reta—. Él es un hombrecito, que se la metas no significa que seas el 'hombre' de la relación, o... ¿Es que sólo así te sientes hombre? —dice riendo.

Escucho algunas risitas de otros compañeros, y aunque sé que debo intervenir, no hago nada. Solo miro a Jimin, pero él no me mira a mí, solo ve la escena.

—Estás muerto —dice.

Lo empuja hasta que cae al suelo y se lanza sobre él, pero Seungho es más rápido y se quita, dejando a Donghae aturdido por un momento.

—Ya, basta —digo cuando siento la mirada de Jimin sobre mí.

De alguna manera terminan dando vueltas en el piso, pero nadie se acomoda para dar algún golpe. Ninguno se detiene cuando lo digo así que opto por separarlos con brusquedad.

—Ambos, a la dirección.

—Donghae no hizo nada... —susurra Jimin.

Lo miro y ahora vuelve a actuar con timidez, se acaricia el brazo y, aunque traiga camisa con manga larga sé que se acaricia los moretones que le dejé.

—Él empezó la pelea —digo completamente confundido.

Tomo a ambos de la parte de atrás de la camisa y los guío hasta la puerta.

—Tranquilo, Mochi —dice Donghae mientras sale.

.