27.- Ojos Grises

19.5K 1.2K 425
                                    

Jane

—Odio estar en tacones —me quejo mientras intento caminar en ellos, paseandome de un lado a otro en la sala de estar.

Travis está arrimado en contra el marco de la puerta, comiendo una hamburguesa que pidió hace unos minutos mientras esperamos a que mamá esté lista.

—Te ves bien —dice con la boca llena y da un sorbo a su soda—. Te ves sexy.

Pongo los ojos en blanco y sigo practicando mi paso. Como soy una mujer precavida, ya tengo mis zapatos bajos en mi bolso para cuando me canse. Amo los tacones, me gustaría usarlos todo el tiempo, pero soy muy mala caminando en ellos.

—Esto duele —me desplomo en el sillón y hago un puchero.

Travis termina de comer y s e limpia la boca con una servilleta antes de venir y sentarse a mi lado. Instintivamente apoyo mi cabeza en su hombro y me atrae en un abrazo. Me da miedo ser la novia melosa, pero es como si no pudiera alejarme de él, y a Travis parece gustarle mi atención excesiva.

—No tienes que usarlos —me dice y acaricia mi brazo desnudo.

—Si tengo —me quejo—. En serio odio que mamá sea amiga de la madre de Jessica.

—Pues… podemos quedarnos poco tiempo —me dice y lo miro, levantando mi barbilla un poco—. Quisiera salir contigo.

—¿Donde? —sonrío y me estiro para darle un beso en la mejilla.

Travis se sonroja un poco y sonríe de vuelta.

—Quería llevarte a algún restaurante, pero ya vamos a cenar. Así que no tengo idea, solo quiero salir contigo.

Siento el calor en mi cara y le doy un abrazo, sentandome sobre él y ambas de mis piernas a su lado derecho. Sus manos en mi cintura, rozando suavemente mi piel con las yemas de sus dedos. Escondo mi cabeza en la curvatura de su hombro, aspirando su aroma a lavanda y ropa limpia mientras cierro los ojos, permitiéndome disfrutar de este momento.

—Te amo —murmuro en voz muy baja, es como si no pudiera parar de decirlo.

—También te amo, Gafitas —el suspira y acaricia mi cabello atado en una coleta alta—. Y hablando de Gafitas, ¿y tus gafas?

Me separo de él y pestañeo un par de veces.

—Lentes de contacto, bebé.

El sonríe.

—¿Y mi regalo?

Tomó la abertura de mi vestido y lo levanto un poco.

—Debajo de mi vestido —me río al ver su expresión entre caliente y sorprendido—. Bueno, en si era un regalo para mí, solo que tu lo vas a ver.

Sonríe y vuelve a abrazarme contra su cuerpo. No puedo creer la calma que me recorre, nunca me he sentido de esta manera, mucho menos este último año. Tan en paz, tal en calma conmigo misma. Se que no llevamos saliendo ni una semana y que me di cuenta de mis sentimientos hace muy poco, pero en serio me siento feliz. Muy feliz. Por primera vez siento que hay esperanzas en un futuro para mí. Para nosotros.

No puedo evitar mirarlo en ese traje y vernos en un futuro juntos, no quiero sonar melosa, pero es lo que quiero. Y él también. No hay nada que nos pueda separar a partir de ahora.

Me permito cerrar los ojos mientras siento como me aprieta un poco más a él, disfrutando la calidez de su cuerpo. Apoya su barbilla en mi cabeza, no sin darme un beso en mi frente primero y yo pongo una de mis manos en su pecho, por encima de su corazón.

Mi Mejor Amigo (AD #1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora