63.- Remolque

12.6K 836 366
                                    

Jane

Travis entra sin siquiera tocar la puerta, pero no me importa. Me seco las lágrimas mientras me siento mejor en el mueble acolchado de mi ventana y no levanto mi mirada. Escucho sus pasos acercándose a mí y se coloca de cuclillas frente a mí, tomando mis manos.

—Gafitas, mírame —dice con suavidad y levanto mi mirada a sus ojos.

—Lo siento.

—¿Por qué te disculpas? —no hay reproche en su voz y me doy cuenta que está con mucha cautela.

—Por hacerte pasar un mal rato —aparto la mirada y muerdo mi labio interior, tratando de controlar mis lágrimas—. Al parecer solo te traigo malos ratos.

—Jane, eso no es verdad —una de sus manos va a mi mejilla y acaricia mi piel fría, por estar junto a la ventana—. Sí, al parecer necesito un premio por soportar tus cambios de humor, pero los polvos son fantásticos, así que no me quejo.

Me río por su broma y él sonríe aliviado al mirarme hacerlo.

—Claro, por supuesto que es lo que más amas de nuestra relación —le sigo la broma.

—No voy a negarlo —su sonrisa se esfuma lentamente y me mira con cautela otra vez—. ¿Cómo estás, Gafitas?

Suspiro y sostengo su mano por encima de mi mejilla.

—Abrumada… pero siento que hice algo bien. No fui grosera, eso es importante.

—No te culparía si lo hubieras sido.

—Pero yo sí —digo con honestidad—. He trabajado duro, y ni ella, ni Kylie o mis supuestos amigos harán que tire todo eso por la borda.

—¿Y los vas a perdonar? —pregunta, con curiosidad.

Me encojo de hombros.

—Depende, es decir… mi madre siempre será mi madre y algún día tendré que dejar todo esto atrás —digo—. Pero… quiero la verdad, Travis. Y quiero que ella también sabe sus heridas. Ha Sido muy hipócrita de su parte hacerme ir a un psicólogo por un año y medio, buscando resultados de un día para el otro, cuando la verdad es que ella nunca ha ido a ver uno por toda la mierda por la que pasó. Además… quiero saber que pasó con papá.

Travis asiente y se coloca a mi lado. Pongo mi cabeza en su hombro y entrelaza sus dedos con los míos.

—Y… ¿Qué pasará con Kylie y los demás?

—No lo sé. Solo… no quiero vivir con rencor en mi corazón, pero también depende de ellos, no solo de mí. Ya me he disculpado, ahora les toca a ellos.

—No te presiones —dice—. No tienes que perdonarlos si no quieres.

Asiento y suspiro, apretando mi mano y mirando a algún punto muerto en mi habitación.

—Eres la única persona que me entiende —murmuro y decido continuar cuando él no dice nada—. No sé que hubiera pasado si no hubieras vuelto —me separó de él y levanto la barbilla para verlo mejor, él me devuelve la mirada, sus ojos verdes brillando—. Gracias, Travis.

No responde nada, solo siento sus labios sobre los míos y cierro mis ojos, sosteniéndome de su camiseta en un puño mientras él me empuja hacia atrás, mi espalda contra el acolchado del sofá y él se coloca sobre mí.

Separa sus labios de los míos, dejando de besarme y une su frente con la mía, acariciando mi cintura sobre mi jersey color melocotón.

—¿Tienes alguna idea de… lo mucho que te amo? —pregunta y yo asiento.

Mi Mejor Amigo (AD #1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora