PSYCHO ━━ park jimin

treinta y siete

psycho     capítulo treinta y siete

          JIMIN RETUVO A HeeSook en su sitio abrazándola fuertemente cuando la rubia hizo ademán de saltar encima del niño que tomó su teléfono y salió corriendo.

          —¡Suéltame o te juro que después de masacrarlo te masacraré a ti también! —HeeSook gritó furiosa, removiéndose con fuerza en su lugar para que JiMin la dejara ir.

          Pero JiMin era más fuerte que ella.

          —No puedes matar a un niño, HeeSook; él sólo está jugando y siente curiosidad sobre tu teléfono. —JiMin trató de razonar mientras hablaba con esfuerzo por la excesiva fuerza que estaba utilizando en mantener a HeeSook en su lugar.

          —Me importa una mierda. Recupera mi teléfono o serás tú con quien me desquite. —HeeSook amenazó a JiMin mientras este soltaba un suspiro cansado.

          Resulta que el servicio comunitario era visitar un orfanato y entretener a los niños allí, pero se estaba haciendo difícil cuando HeeSook quería matar a cada minuto a cada niño que se le acercara para que le leyera un cuento.

          Mientras que JiMin estaba de lo más contento cantándole a un grupo de niños canciones infantiles con una guitarra.

          HeeSook había estado jugando con su teléfono cuando un niño de al menos 8 años se acercó a ella y le preguntó qué hacía, la rubia lo ignoró por lo que el niño tomó su teléfono y salió corriendo entre risas de una manera adorable para cualquiera.

          Menos para Kang HeeSooK.

          La rubia estaba dispuesta a arrancarle el brazo al pobre niño con tal de recuperar su preciado teléfono.

          —De acuerdo, iré por tu teléfono, pero trata de no matar a nadie mientras esperas, ¿de acuerdo? —JiMin soltó a HeeSook y la tomó de los hombros para mirarla a los ojos seriamente.

          —Sí, sí, sí. Sólo recupera mi teléfono de ese mocoso. —HeeSook soltó un bufido y desvió su mirada a un lado para no devolverle la mirada a JiMin a los ojos.

          Pero JiMin hizo que ella lo viera a los ojos.

          —HeeSook, promételo. Sé que es difícil para ti sentir empatía por las vidas de los demás, pero esto es diferente; es una oportunidad para mejorar y ser una mejor persona, vivir en paz contigo misma. No lo arruines.

          HeeSook escuchó con atención las palabras de JiMin, el pelinegro notando como la rubia vacilaba en su lugar.

         —Agh, como sea.

          JiMin sonrió victorioso cuando HeeSook asintió, besando la frente de la rubia rápidamente antes de salir corriendo en busca del niño con el teléfono de la susodicha.

          HeeSook se quedó estática en su lugar, para luego tocar su frente con incredulidad.

          —Este idiota... ¿Cómo se atreve a besar mi frente como si nada? Él sabe perfectamente que odio las muestras de afecto, ugh. —HeeSook se quejó con evidente enojo, pasando su mano furiosamente por su frente.

          Pero lo que la rubia no notó era que sus mejillas se habían colorado suavemente de un rojo claro.

          Y, entonces, la psicópata antisocial comenzaba a caer de verdad por el lindo chico con problemas de ira y personalidad.

          Qué interesante era la vida.