PSYCHO ━━ park jimin

diecisiete

psycho     capítulo diecisiete

          JIMIN SE SENTÓ en el asiento de cuero frente a su terapeuta, listo para su cita semanal en el consultorio psicológico.

          Después de haber pasado meses en el centro juvenil, donde los demás adolescentes reclusas no lo recibieron con la bienvenida más cálida o lo trataron de la mejor manera del mundo, salió de allí con problemas de ira.

          Su representante lo notó y lo obligó a ir a un psicólogo y un psiquiatra para que luego fuera diagnosticado con Trastorno Intermitente Explosivo, un trastorno donde la persona sufría problemas de ira, enojándose por cualquier mínima cosa que lo hiciera frustrarse.

          JiMin presintió que algo así sucedería; lo que vivió en ese centro juvenil fue un infierno en carne viva y lo dejó jodido, en el sentido de que estaba traumado de por vida y más nunca volvería a ser el mismo.

          Por lo que agradeció profundamente lograr salir de allí y que se demostrara su inocencia, pero aun así eso no evitó que le guardara un profundo rencor y odio a todas las personas de su alrededor en ese momento que lo juzgaron sin esperar a un juicio justo y lo enviaron a ese infierno.

          En parte lo entendía, una acusación de violación era fuerte; siempre se le creía a la víctima primero sin importar qué.

           Pero se suponía que era su jodida familia, su propia sangre y amigos, aquellos que lo conocían perfectamente en el mundo y los que sabían que él no era capaz de hacer una atrocidad como esa.

          Pero, incluso así, todos le dieron la espalda.

          —Así que, JiMin, ¿cómo ha estado tu semana? —La terapeuta del pelinegro, una mujer en sus 40 años, preguntó, ofreciéndole a su paciente una sonrisa amable que el contrario trató de devolver sin mucho esfuerzo.

           JiMin suspiró y bajó su mirada al suelo por un momento.

           —Hace apenas unas horas azoté a una compañera de carrera contra la puerta de un cubículo en el baño y la ahorqué. —JiMin respondió, su mirada en el suelo, sintiéndose completamente avergonzado y culpable de sus actos.

          La terapeuta alzó las cejas sorprendida, no esperando para nada aquella esa respuesta del hermoso pelinegro de labios abultados.

          Normalmente, JiMin le respondía contándole las actividades que hacía con sus mejores amigos y como siempre luchaba para ignorar las miradas y los comentarios despectivos que recibía todos los días de sus compañeros de carrera por su acusación de violación en el pasado.

          Pero, eso, era completamente nuevo.

          —¿Puedes explicar cómo sucedió todo? Y, recuerda, JiMin, no estoy aquí para juzgarte. —La terapeuta volvió a sonreír hacia el pelinegro de modo alentador.

          JiMin tragó saliva nerviosamente.

          —Bueno, antes de eso estaba siendo molestado por el mismo chico de siempre, y ella me siguió hasta los baños... Comenzó a retarme y tentarme a defenderme; ella rápidamente se había dado cuenta de mis problemas de ira y eso me hizo sentir débil y desnudo ante ella, así que sólo... reaccioné sin pensar.

         JiMin se esforzó en mirar a cualquier lado menos al rostro de su terapeuta, mordiendo su labio inferior fuertemente.

         La terapeuta del pelinegro observó los movimientos del susodicho cuidadosamente, comenzando a anotar en su libreta.

          —Mmm, tendré que aumentar la dosis de tus antipsicóticos para tu trastorno de personalidad.