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Capítulo 17 - Sospechas

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CAPÍTULO 17 - SOSPECHAS

M I D A S

Cuando le conté lo que quería que hiciese a mi mano derecha se quedó confuso. No hizo preguntas pero sé perfectamente que las tiene.

Es normal.

No cualquiera hace investigar a su expareja de la cual todavía está enamorado.

Cuando baje las escaleras del penthouse de Aura ella se encontraba desayunando, pero eso no fue lo que me sorprendió sino la sonrisa que me dio y el "Buenos días".

Me dijo que entrara a la cocina y que me hiciera lo que quisiera de desayuno. Desayunamos juntos aunque fue un poco raro, después de estar tantos años sin vernos que de repente desayunáramos juntos era como ver un elefante volando.

Por desgracia después de desayunar me dijo que tenía que hacer cosas y se fue de la casa no sin antes decirme que hiciera lo que quisiese.

Era el día siguiente y me encontraba en el despacho de la casa que había alquilado aquí, revisando las cuentas. No había hablado con Aura desde ayer cuando se fue y aunque no me guste admitirlo la echaba de menos. Echaba de menos todo aquello que teníamos siendo unos adolescentes.

Seguía mirando las cosas y pasándolas al ordenador cuando tocaron a la puerta del despacho.

— Pase — levanto la vista cuando mi pelirrojo mejor amigo entró por la puerta.

— Amigo me tienes olvidado — me levanto y le choco la mano

— No te tengo olvidado Key, si el otro día salimos a comer por ahí — me defiendo.

Key se sienta en la silla delante mía.

— ¿Con el otro día te refieres hace una semana? — frunzo el ceño y miro el calendario.

— Mierda — Me llevo la mano a la barbilla.

— Sí, mierda. Además de que ya viene Navidad, Zey y yo queríamos invitaros a todos a casa en nochebuena. Sé que a lo mejor es un poquito incómodo pero queremos pasarlas en familia — me invita.

Miro de nuevo el calendario y me fijo de que nochebuena es dentro de una semana.

— Por supuesto que estaré — le aseguro.

— Eso espero — saca el móvil y contesta un mensaje que le llega — Ya he avisado a Zey. Por cierto — me mira recriminatorio — no quería preguntar , pero... he escuchado una conversación antes y espero que sea mentira.

Frunzo el ceño — Si me dices qué conversación has escuchado pues te digo — me cruzo de brazos.

— He escuchado a tu mano derecha de ahora dar órdenes de rastrear y pinchar un teléfono móvil— me tenso cuando habla —Espero que no te estés metiendo en mierdas con otras mafias.

— Puedes tranquilizarte Key que no es nada de eso — sigo con las cuentas.

De repente su teléfono empieza a sonar y el identificador de llamadas indica que es su mujer.

— Atiende a la parienta — bromeo.

Key se ríe y sale de mi despacho para atender la llamada.

Sigo haciendo trabajo cuando me sale una notificación en el ordenador del teléfono de Aura. Está recibiendo una llamada de un número oculto.

Rápidamente mando rastrear la llamada.

En mi ordenador aparece el mapa del mundo con un círculo rojo el cual poco a poco se va cerrando haciendo más pequeño a la vez que se va haciendo zoom al mapa del mundo.

Pero de un momento a otro para y se queda un círculo que abarca desde New York hasta la mitad del océano.

Mierda, no ha dado tiempo. Aura había cortado la llamada.

Pero hay que mirar el lado positivo. Algo es algo.

Mi cabeza trabaja a mil por hora, mil cosas se me pasan en la cabeza, espero y deseo que no sea lo que o pienso, porque no podría sobrellevarlo.

Espero que no esté con otro hombre, porque juro por Dios que le mataría.

Para despejarme de todo salgo de mi casa y voy a la puerta trasera , la cual da al patio.

Una vez el aire me da en la cara respiro hondo intentando despejar mi mente de mierda que ella misma crea.

Hay que ser positivos, puede ser un amigo.

O un nuevo negocio.

No le dices te amo a un futuro negocio.

A lo mejor eran palabras en clave porque se traen un negocio muy gordo de droga o armas.

Me llevo las manos a la cabeza y las paso por mi pelo despeinándolo en el acto. Me encamino hacia un banco y mirando al cielo cierro los ojos, pero rápidamente mi mente refleja momentos de nosotros juntos. Su sonrisa, nosotros en la cabaña donde follamos por primera vez, cuando bailamos una canción en la playa, andando felices por el instituto... Sus ojos, sus labios carnosos, sus caderas, sus piernas, sus tetas...

Dios.

Abro los ojos y muy a mi pesar una llamada entra en mi teléfono. Debo de seguir trabajando...

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