Be Brave-Levi Ackerman

52; Levi Ackerman

Me desplacé con cuidado cubriendo mi rostro con la capucha del abrigo para no alertar a los soldados. Me había costado muchísimo entrar a Mitras sin ser vista. Tenía que buscar una oportunidad de ver a Armin y Mikasa, estaban dentro de la instalación, la cual estaba cerrada por los insistentes disturbios y gritos de los ciudadanos, todos querían que liberaran a Eren, que fuera él quien nos guiara.
Recorrí la calle principal y aún habían restos de polvo y escombros, me colé entre la gente que exigía y gritaba por Eren, y aguarde unos segundos mientras pensaba que hacer.

—¡Eren Jaëgar debe ser quien nos guíe!—

—¡Es la salvación de nuestra raza!—

Que escandalosos, al principio lo odiaban.

—¿Qué pasó con las vidas que se perdieron?—

Me preguntaba lo mismo.

—¡Entreguen sus corazones!—con esa simple frase el alboroto se afianzó y aparté a manotazos quienes intentaron empujarme para tener una mejor vista. Pensé que derribarían la reja, pero primero una explosión hizo temblar el suelo.

Por instinto, me lancé hacia atrás y me cubrí lo más que pude, el humo brotaba del centro de la instalación
y algunos soldados salían heridos por las puertas centrales.

—¡Mikasa!—grité su nombre cuando la vi salir apoyada de Armin y escalé la reja para posteriormente saltarla e ir a su posición. Nadie repararía en qué estaba aquí con semejante caos.

—(T/N)—me recibieron y ayudé a Armin a sentarse afuera para que ambos respiraran aire puro.

—¿Qué pasó?—

—Hubo una explosión en la oficina del generalísimo Zackley—tosió un poco.

—Lo más seguro es que esté muerto...—murmuré—¿Esto es un golpe de estado entre nosotros mismos?—

La situación se estaba complicando.

—No pudimos hablar con Eren, nos negaron el permiso antes de que esto pasara—

—Pero si Zackley ya no está, es su oportunidad—Armin pensaba lo mismo que yo.

—No sabemos dónde está—agregó Mikasa.

—Créeme, que después de esto, lo sabremos—no quería decirlo en voz alta, pero sabía que Eren tenía que estar involucrado en esto. Eliminar a la cadena de mando principal parecía haber sido el primer movimiento.

—Knox tu...te están buscando—el rubio se veía preocupado.

—Está bien, no van a reparar en mi aún, Hange debe estar por llegar, seguiremos sus órdenes—ambos asintieron y un nuevo escándalo se desató.

—¡Eren Jaëgar ha escapado!— ay no.

Esto confirmaba que efectivamente, la cadena de mando se había roto.

—¿Qué?—Armin murmuró y localicé a Hange llegar.

—¡Comandante!—llamé su atención y un ligero gesto de alivio inundó sus ojos.

—Canija, te están buscando por todos los muros—tomó mis hombros—No sé que está pasando, pero hay sospechas de que entre nuestras filas hay soldados que apoyan las ideas de Eren, y que lo ayudaron a escapar—

—¿Desde cuando tanto patriotismo?—murmuré cansada de todo esto.

—Debemos ir a ver a los voluntarios de Marley, ir descartando posibles traidores—asentimos.

Ayude a Armin a levantarse y localizamos caballos en las cuadrillas del ejército, tomamos a los animales, y aprovechamos el caos para salir de Mitras sin que nadie nos detuviera. Me causaba desconfianza todas las caras de los nuevos soldados, temí por unos segundos que el enemigo también estuviera infiltrado.