Be Brave-Levi Ackerman

32: "War"

En el exterior de las murallas, donde los inocentes se reducen a cenizas arrasados por la llama abrasadora que simboliza el existir de los titanes, a miles de millas de lo que en algún momento llamé hogar, camino con la cabeza en alto junto a los que están y los que no, el frío calará en lo más profundo de mi ser y me congelará hasta los huesos. Un soldado de mi propia fe, estaré lista para pelear...

Y creer.

(...)

El primer rayo de sol que irrumpió en el cielo no fue necesario para despertarme, pues a duras penas había logrado pegar un ojo en toda la noche. Estaba ligeramente estresada por lo que vendría dentro de unas horas y mi posible enfrentamiento definitivo contra Kenny Ackerman. En mi desvelo había reflexionado sobre mi desempeño en la legión; y no había llegado a las mejores conclusiones, era solo un soldado más luchando por un lado objetivo que no lo sentía propio. Me senté en aquella camilla entrelazando mis dedos en mi regazo; tenía que activarme y no anteponer sentimientos personales en esta operación, por más que quisiera huir de lo que me harían revivir. Inconscientemente mi cabeza viajaría a aquellos años de sufrimiento y ser presa de recuerdos era peor que ser atormentado por el futuro.

Me bajé de la camilla siendo consciente de que aún veía cosas extrañas que ya había decidido ignorar. Eran ligeros estragos del veneno que aún hacía efecto en mi cuerpo. Podía soportarlo sin mucha novedad.
Abandoné luego de dos días aquel cuarto frío al que llamaban enfermería y me recibió el largo pasillo que recorría casi a diario; buscaría mi uniforme y me alistaría lo antes posible, no había manera de evitar la ida a ese lugar por lo que no tenia caso retrasarlo a propósito. Abrí la puerta de lo que fue mi habitación y allí encontré lo que buscaba, me cambié con rapidez acomodando las correas que soportaban el equipo y cuando me aseguré de que estuvieran en su sitio me dirigí al Arsenal con los equipos. El posible enfrentamiento sería contra un humano por lo que consideré llevar un rifle o algo de largo alcance.
Estaba solo el lugar, sin mucho apuro elegí el arma y me terminé de acomodar con el resto de equipamiento de la legión.
Alisté mi caballo dándome el lujo de acariciar la crin para calmarlo, así estuve por unos minutos hasta que recordé lo que tenía pendiente y procedí a ensillarlo. No pude evitar mirar la ventana que daba hacía afuera y por mi mente cruzó la imagen de mi huyendo a enfrentar mis recuerdos yo sola, probablemente lo que más me hacia ruido de que regresáramos a ese lugar, era que me vieran temblar ante un simple escenario que seguro ya no era ni la mitad de lo que fue hace dos años. Empecé a escuchar cierto movimiento y decidí aguardar pacientemente hasta que el resto del escuadrón llegara.
Por órdenes de Erwin solo nos acompañaría Hanji con dos de sus subordinados, y todo el escuadrón de Levi menos Eren por cautela.
Tuve que cerrar los ojos unos instantes al presentarse alucinaciones corpóreas, mi mente me las jugaba en contra casi siempre. Claramente podía ver una figura translúcida caminar en el mismo lugar que yo, pero su apariencia no era nítida. No me asustaba, pues era normal que mi subconsciente creara esas imágenes al estar aún alterado por el veneno. Siendo lo único interesante que ver observé mi propia alucinación y empecé a cuestionarme mi salud mental y estabilidad, era súper extraño ver algo tan reconocible como una silueta y que llevara tres días así. La puerta del establo fue abierta y me quedé de brazos cruzados recostada en una de las puertas.

—¿Quieres matar a alguien de un susto, (T/N)?—Levi no se sorprendió de verme allí dentro y no tenía ganas de responder.

—No, señor—contesté puntual sin querer entablar más conversación y su única respuesta fue lanzarme una mirada escaneándome de arriba a abajo.

(...)

Al estar a unos metros del lugar de destino frenamos abruptamente y observé a mis superiores discutir, alcé una ceja en confusión sabiendo que aún quedaba camino pendiente.