31: "Past"

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Cualquiera que sea el ser omnipotente en este mundo, que por favor me lleve.

Me quejé con toda libertad al sentirme tan aturdida, todo parecía estar fuera de lugar a mi parecer. Al abrir los ojos no podía enfocar mi mirada en un solo punto sin marearme. Mis sentidos estaban al Límite y hasta el sonido de mi respiración resonaba en las paredes de mi mente, cualquier sonido era capaz de hacerme sobresaltar. Me senté casi desfalleciendo en el acto y tuve que cerrar lo ojos para frenar un poco el mareo. Así me quedé unos segundos hasta que escuché pasos aproximarse y disimulé mi malestar.

—Canija, ¿Cuántos dedos ves aquí?—la capitana se acercó con rapidez y colocó su mano cerca de mi cara, por unos segundos pensé que la iba a estampar contra mi rostro. Supongo que aún estaba bajo los efectos de lo que sea que me suministraron y todo se veía más cerca.

Me costó a horrores distinguir cuantos dedos exactamente me estaba mostrando, pero suponiendo le atiné.

—Nos diste un gran susto, comenzaste a alucinar y a murmurar cosas bastante entendibles pero sin sentido aparente—alzó ligeramente mi cabeza y lo poco que había logrado enfocar de la habitación volvió a distorsionarse.

—Creo que aún sigo bajo los efectos—confirmé mareada a más no poder.

—Te dejaré descansar, pero mañana tenemos órdenes de intervenir el laboratorio donde te tuvieron. Avistaron a Kenny a un kilómetro de allí y es extraño—chequeó mis pupilas y siguió hablando—No queremos otro inconveniente de su parte, lamento decir que así estés algo aturdida aún debes ir con nosotros—El desconsiderado de Erwin ya se estaba ganando mi odio nuevamente.

Asentí recostándome otra vez cuando me soltó; quejándome aún de no sentirme bien. La situación estaba jugándome en contra al saber que dentro de unas horas se procedería a allanar el lugar donde pasé la mayoría de mis días y yo no estaba en mis mejores condiciones.
Y de hecho, creo que nunca lo he estado.
Tal vez era fuerte, poseía capacidad de regeneración casi instantánea y rápida, pero no podía reconocer que era un soldado como Levi, no era tan valiente ni mucho menos tan talentosa en el arte militar como mi superior. Las habilidades que poseía no me hacían mejor soldado ni un prodigio; una especie de vacío y frustración me estaba atormentando últimamente al saber lo que soy, y que no estaba a la altura ni cerca de estarlo. El descuido con Kenny fue otro indicio de que algo estaba mal conmigo.

Me quedé callada cuando Hanji se retiró y me sumí en pensamientos influenciados por mi estado de intoxicación por esa jodida sustancia que no sabíamos qué era ni cómo tratarla. El ritmo de mi respiración marcaba mi estado de alerta, si bien no estaba asustada, pero si me sentía algo inquieta al hacerse más notorios los sonidos provenientes del cuartel y sus alrededores. Presentía que en algún momento tendría que levantarme y acatar órdenes en el campo de batalla sin rechistar, la falsa calma en la que nos habíamos sumido los últimos días estaba empezando a hacer efecto en mi, dando paso a desear permanecer así, sin peligro, en paz; atrapados en un concepto de libertad ideado por otros.

(...)

—Erwin—Smith apartó su mirada de los papeles frente a él para posteriormente prestarme atención—Necesito el expediente de llegada de (T/N) Knox a la tropa de reclutas, solo se me dio la ficha de admisión en la legión, pero nada de su registro anterior—estaba algo impaciente por conseguir ese jodido informe, por seguridad había sido guardado para evitarnos un desliz de información que comprometiera la seguridad de la legión por retener un informe perteneciente a un sujeto de prueba.

—¿Que otra información quieres conseguir?—el maldito rubio y sus preguntas para cuestionar todo. ¿Qué le costaba darme el jodido papel y ya?

Be Brave-Levi Ackerman Donde viven las historias. Descúbrelo ahora