《Las cosas brillantes tienden a opacarse rápidamente— El Gran Gatsby 》
Durante su primer año de casados las cosas marcharon relativamente bien unos meses, después, Sesshomaru comenzó a trabajar más, y también comenzó a fumar, eso la había irritado de sobre manera, pero decidió ignorarlo, pues ella lo amaba.Para su segundo año de matrimonio las cosas ya se habían ido muy a la mierda, estaban tomando terapia de pareja, pero no parecía funcionar, las cosas se pusieron peor cuando en la boda de su suegra, Sesshomaru se desapareció con una mujer durante el resto de la noche, y él se negaba a contarle algo de esa noche, luego de eso, ella recayó con su amante.
Para su tercer aniversario, ya no dormían en la misma cama, apenas se veían, y las pocas veces que lograban coincidir era para discutir, peleaban por todo, era una situación tan tensa, que siempre la dejaba con un nudo en el estómago.
Suspiró, sintió como le acariciaban la espalda y se relajó, su cuarto aniversario estaba a la vuelta de la esquina, se preguntaba seriamente porqué seguían juntos si parecían odiarse tanto, Ah... Seguimos juntos porqué lo amo, pensó con pesar.
—¿En que piensas tanto?— la voz cariñosa de su amante la sacó de sus pensamientos, Rin miró los ojos rojos que aquel hombre.
—. En que pronto cumpliré cuatro años de casada— le respondió con sinceridad, el hombre suspiró.
—. Creo que deberías pedirle el divorcio— soltó con simpleza el hombre, Rin apretó los labios—, Rin, si te divorcias te llevare a París, y nos casaremos ahí— él la abrazo y le beso con cariño los labios—, ya no quiero compartirte más tiempo— le dijo mirándola a los ojos—, quiero salir contigo y no presentarte como mi hija, si no como mi esposa, quiero que tengamos un bebé— le habló lleno de ilusión, sintió como él se apretaba a su cuerpo buscando más contacto físico—, si nos vamos de aquí, podemos hacer de cero nuestra vida en cualquier otro lugar— le dijo mientras la abrazaba, Rin pensó en las palabras que acababa de oír, ella no amaba a su padrastro Naraku, ella amaba a Sesshomaru, no iba a divorciarse, todavía no.
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Quiso llorar, pero rápidamente sus ganas de llorar fueron sustituidas por sus ganas de vomitar, miró aterrada el test de embarazo, aquellas dos líneas rosadas parecían reírse de ella.
—. No,no,no,no— se tomó del cabello, ella siempre había sido muy cuidadosa, era una persona responsable cuando se trataba de su vida sexual—, esto no puede estar pasando— dijo en su susurró pero los ojos llenos de lágrimas.
Maldijo en voz alta, esa noche Sesshomaru y ella iban a celebrar su cuarto aniversario, intento calmarse, si lo ponía lo suficiente ebrio podría hacerle pensar que durmieron juntos, y unas semanas después ¡Sorpresa! ¡Vamos a tener un bebé!. Se dijo así misma que ese era un plan sencillo, pero si lo hacía bien podía comprar tiempo, aunque también podía practicarse un aborto, lo pensó por un largo rato, no tenías muchas opciones.
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Miró como Sesshomaru le entregaba unos papeles—. Ya no puedo con esto— dijo él con tono frío—, quiero el divorcio— Rin miró los papeles, apenas y podía creer aquello, es cierto que no eran el mejor matrimonio, pero ellos aún tenían salvación.
—Sesshomaru...— susurro impactada—¿Po-por qué?— las manos le comenzaron a temblar ¿Su esposo la estaba abandonando?—, no me hagas esto— rogó con la voz cargada de dolor, lágrimas gruesas corrieron por sus pálidas mejillas—, Sesshomaru, mi amor— ella quiso tomar su mano pero él se apartó antes de que si quiera pudiera rozar sus dedos—¿Me vas a dejar?— ella lo miró furiosa—¡Me harás lo mismo que ella!— le gritó, varías personas en el restaurante los miraron, el peliplata mantuvo la calma.
—. Rin, baja la voz, estamos en un lugar público las personas...—
—¡Me importa una mierda!— volvió a gritar—¡Prometiste amarme!— ella golpeó con sus puños la mesa—¡Me mentiste! ¡Mentiste igual que ella!— gritó más alto, en un ataque de ira, se puso de pie y tomó su copa de vino, no lo pensó, simplemente lo hizo, y le lanzó a la cara dicha copa a Sesshomaru, la fina pieza de cristal choco con la frente del peliplata, rompiéndose e hiriendo su rostro.
Rápidamente el lugar se llenó de murmullos, se mareo, ¿Ella acababa de lastimarlo? Miró como una abundante cantidad de sangre comenzó a brotar de la frente del peliplata, en cuestión de minutos su esposo estaba en una ambulancia desmayado. Ella se quedó impactada, todo había sucedido tan rápido, miró los papeles en la mesa, se habían ensuciado con comida y vino.
Los eventos caóticos de aquella noche la habían dejado en una oficina de policía donde ella contó los acontecimientos de esa fatídica noche, había admitido su falta, y luego de una llamada en la cual Sesshomaru había dicho que no presentaría cargos, ella estaba en el auto de su padrastro y amante Naraku.
—. Tranquila princesa— él le decía cosas que ella no podía, ni quería oír, su mente estaba estancada en aquellas palabras de su esposo, Sesshomaru le había pedido el divorcio...
El resto de aquella noche fue como si ella hubiera entrado en estado de coma, no oía, no hacía, ni decía nada, Naraku la había bañado y vestido, nada más se sintió abrazada por los brazos de aquél hombre ella cayó rendida en un profundo sueño.
—. Rin deberías comer— ella no dijo nada, solo miró hacia la ventana—, llevas dos días así, te puedes hacer daño— la tomó de la barbilla y la hizo mirarlo—, mi pequeña, ¿Acaso no sabes qué si te enfermas yo me sentiré mal también?— Naraku habló con voz dulce, esa que solo usaba con ella, Rin suspiró.
—. No importa lo que pase contigo— soltó en tono frío aquellas filosas palabras, Naraku sintió como sí lo golpearan.
—. Rin...—
—¡No me importas!— le gritó mientras sus ojos se llenaban de lágrimas—¡Te odio tanto! ¡Maldito viejo asqueroso!— soltó su rostro, esa no era su Rin, se cubrió los oídos, esa cosas no era su linda chica, Rin nunca le diría algo así—¡Yo solo amo a Sesshomaru!— gritó las castaña antes de romper en llanto, el mundo dio vueltas para el mayor.
—¡Mientes!¡Mientes!— se negaba a creer aquello—¡Eso es mentira!— Naraku la miró incrédulo.
—¡No es mentira! ¡No te amo! ¡Y odio profundamente a esta cosa tuya que tengo en mi vientre! ¡Te odio a ti y a tu maldita hijo!— ¿Era posible sentir ganas de morir y ganas de vivir al mismo tiempo? Naraku comprobó en ese momento que sí podía ser así, las palabras llenas de odio de Rin le quemaban en carne viva, pero también iba a ser padre, Rin le daría un hijo.
—. Rin cálmate...— intento acercarse a ella, pero lo único que recibió fue un puñetazo que le partió el labio.
Naraku la miró, ella siempre había sido muy inestable, y violenta, pero nunca lo había agredido a él...
Continuará...
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El Viudo (+18)
FanficAclaración: Los personajes no me pertenecen, pero si la trama de está historia. Título: El Viudo Introducción. Justo cuándo pensó que sus sueños se cumplían, la vida vino y le dió una merecida bofetada de realidad. Aome ha estado enamorada de Sessho...