Aclaración: Los personajes no me pertenecen, pero si la trama de está historia.
Título: El Viudo
Introducción.
Justo cuándo pensó que sus sueños se cumplían, la vida vino y le dió una merecida bofetada de realidad.
Aome ha estado enamorada de Sessho...
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"Un lobo domesticado. Un loco enamorado. Tu mascota fiel. —Joan Sebastián, Lobo domesticado"
Respiro hondo, luchando por calmarse, se había dicho que no montaría un espectáculo, aún no tenía pruebas contra él, quería estar seguro antes de proceder, aunque estaba casi seguro, sentía que había algo más, algo que no estaba viendo.
—. El señor Onigumo lo recibirá ahora— la pulcra secretaría le dio una sonrisa amable, y lo invitó a seguirla. Ella dio unos suaves toques en la puerta y un frío "pase" se escuchó del otro lado.
—. Buenos días Sesshomaru—Naraku lo saludo sin dejar de mirar los papeles que sostenía en sus manos—, puedes retirarte, no traigas nada, el señor Taisho se irá pronto— se dirigió a su secretaria, la mujer obedeció en silencio, dejándolos solos, con tranquilidad, Sesshomaru se sentó en la silla frente a él.
—. Seré breve— dijo con un tono tranquilo el peliplata—¿Porque intentaste matar a mi esposa?— Naraku dejo de mirar sus papeles, sus ojos rojos reflejaban su confusión—, ayer, mi hogar fue invadido por hombres que tenían el encargo de matar a mi esposa, responde qué aun estoy siendo amable ¿Porque lo hiciste?—intento mantener a raya su enojo, el mayor lo miró como si estuviera loco y soltó una carcajada.
—. No cabe duda de que sólo eres un niño estúpido— Naraku dijo divertido, mientras se quitaba los lentes—¿Quien diablos te crees? Vienes temprano en la mañana, y me acusas de querer matar a tu mascota— el control que tenia se esfumó cuando llamo mascota a su esposa, se levantó de un brinco y antes de darse cuenta, sus manos rodeaban el cuello del ojos rojos.
—. Te lo repetiré una vez más ¿Porque intentaste matar a mi mujer?—golpeó su cabeza contra el escritorio, este al ser de cristal soltó un crujido—¿Es por Rin?— le dio otro golpe contra la mesa, y un peñetazo de parte del pelinegro le fue atestado en su boca dejándolo aturdido, una de sus manos soltó su cuello y dejó ir un peñetazo.
—. Tu asquerosa boca no debe decir su nombre—Naraku le dio otro golpe, uno más fuerte que el anterior.
—¡¿Intestaste matar a mi mujer por culpa de esa loca?!—acuso con severidad, dándole otro golpe, los ojos de Naraku se llevaron de furia, él se libero de su agarre para darle un golpe en el estómago que lo dejó sin aire.
—¡A Rin le debes respeto maldito niño!— grito furioso.
—¿Así como ella me respetaba cuando se acostaba contigo en mi maldita casa?—respondió escupiendo la sangre en su boca, Naraku palidecio—¿Crees que no lo sabía?— sonrió burlón—, Rin solo te usaba para darme celos, era tan obvia— sacó un pañuelo de su saco para limpiarse la sangre que caía de su nariz—, tu eres la verdadera mascota, no importaba cuanto daño te hiciera siempre estuviste ahí como un estúpido perro—el cuerpo del pelinegro tembló levemente—, solo tú serias capaz de intentar algo contra mi esposa—miró como el mayor suspiraba.
