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Jisung abrió la puerta de su casa, completamente asustado. Entró, quitándose los zapatos en el recibidor y deshaciéndose de su abrigo y colgando la prenda en el perchero junto a la puerta.

El silencio invadía el hogar, era incómodo. Dándole a entender a Jisung que sus padres habían tenido una discusión recientemente.

— ¿Por qué mierda llegas tan tarde?— inquirió su madre, evidentemente molesta—. Sabes que tenemos una hora para cenar. ¿No ves lo tarde que es?

— Cariño, no te enojes— habló su padre con suavidad.

— No me llames cariño— espetó la mujer, girando su cuerpo hasta su marido. Mirándolo con rabia e ira—. En cuanto a ti— señaló a Jisung—, calienta tu comida y lava tu uniforme.

— Sí, madre.

Después de haber cenado y lavado su uniforme, tomó un rápido baño y se dirigió a su habitación. Estaba dispuesto a estudiar y resolver las preguntas que Jaemin le había dejado.
Al menos eso pretendía hasta que escuchó el grito de su madre. Alertando todos sus sentidos. Se paró enseguida de la silla del escritorio, para encaminarse hacia el cuarto de lavado que estaba a un lado de la cocina.

En cuanto entró al pequeño cuarto, fue recibido con su uniforme, siendo lanzado en su rostro, cayendo en sus brazos segundos después.
Su madre se acercó con rapidez, espamtándolo. Tomó el uniforme de entre sus manos.

— Mira— acercó la camisa en demasía a sus ojos. Mostrando una pequeña, casi imperceptible, mancha de suciedad—, nunca puedes hacer nada bien. Inútil. Todo lo tengo que hacer yo, pero no esta vez. Lo harás tú, no me importa la hora. Como si no lo haces, no me interesa— escupía cada palabra con odio. Jisung se sentía ansioso, sus manos sudaban y sus piernas temblaban ligeramente—. Siempre fuiste un inútil, tan débil desde pequeño. Nunca puedes hacer algo bien. Niño estúpido, eres un completo imbécil. Ojalá yo no te hubiese tenido...

Y antes de que pudiera seguir hablando, Jisung salió de ese pequeño espacio. Tirando su uniforme en el suelo y huyendo a su habitación.
Cerró la puerta con pestillo, no quería ver a nadie. Fue hacia una esquina de la habitación, dejándose caer. Juntando sus piernas a su cuerpo dejado caer las lágrimas que estaba aguantando hace ya bastante tiempo.

— Eso es— escuchó a su madre del otro lado de la puerta. Su voz siendo ahogada por la separación de las habitaciones más la puerta cerrada—, huye. Eso es lo único que sabes hacer, ¿no? Siempre huyes de tus problemas. Pero escúchame, así no vas a resolver ni una mierda.

Los insultos siguieron por un largo rato. Y todo eso por una simple mancha.

 Y todo eso por una simple mancha

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— Les digo que es algo raro— concluyó Jaemin. Se metió un poco de arroz acompañado de kimchi a la boca.

Don't Cry [Jaesung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora