16

167 31 10
                                    

La puerta de la vivienda de los Park fue abierta, dejando ver al progenitor de los dos adultos en el umbral de la misma. Jisung dejó su abrigo que había tomado al salir la noche anterior hacia la casa de Jaemin, quitó su calzado y se dirigió a su habitación, sin embargo, su paso se vió interrumpido por su madre, quien se interpuso en su camino.

— ¿Estás seguro de que hoy tef fuiste más temprano o te escapaste en la noche a quién sabe dónde?

Jisung se sorprendió por la manera tan severa e inquisitiva que su madre había hablado. De la manera en que lo miraba, acusadora y sin ningún tipo de afabilidad y cariño en sus ojos. Apretó las correas de su mochila, tragando duro pero sin que fuera perceptible esto para su madre por lo que había bajado la cabeza para ello.

— ¿Por qué dices eso? Ya te dije que tenía un examen hoy.

— ¿Es cierto eso? Porque llamé a la escuela en la mañana y me dijeron que no había ningún examen, sino que empezaban dentro de tres meses. Además, sumado a eso, tu cama estaba en perfecto estado cuando fui a ver porqué no te habías levantado aún.

Lo habían atrapado y Jisung sabía ello, aún así se veía en la necesidad de replicar algo que no le gustaba.

— Siempre dejó mi cama hecha cuando me voy en las mañanas— aseguró en tono bajo, procurando que su madre lo escuchara—. Pero nunca lo sabes porque ya no me despiertas en las mañanas o siquiera te fijas en sí he dejado algún libro o cuaderno. Como tampoco te despides de mí en las noches, tampoco en las mañanas cuando voy al instituto o cuando vas al trabajo. Nunca haces nada de eso. ¿Y ahora te quejas de que me haya ido de casa una noche?

A pesar de sus palabras llenas de mucho dolor y, quizá rencor, su voz seguía calmada. Neutra. Como si no mostrara emociones.

— ¿Entonces sí lo hiciste?

— Sí, lo hice. ¿Qué? ¿Me castigarás por eso?

— No— respondió incrédula—. Tu padre y yo nos vamos a divorciar— anunció, recibiendo la mirada de su hijo, sin expresión alguna.

— Ya va siendo hora— y Jisung no quiso que su tono sonara tan desinteresado y frío. En serio que no lo quiso, pero así había sido. Y eso fue lo que desconcertó a su madre.

En realidad todo en esa simple expresión lo había hecho.

— ¿Ah sí? ¿Por qué? ¿Te molesta algo de lo que hagamos?

— ¿Cómo crees?— la ironía en su tono habían crispado a su madre. La había molestado de una manera increíble. Pero eso no le importaba ahora—. ¿Cómo puedes creer que tus discusiones diarias me podrían molestar? Así como tus insultos hacia mí o los golpes de vez en cuando, no te preocupes— hizo un ademán con su mano, demostrando desinterés—. No me molesta para nada.

— No me faltes el respeto, Park Jinsug. Yo soy tu madre.

— ¡Y yo tu hijo y aún así lo haces!— exclamó, harto de esa expresión y de la cantidad de veces que su progenitora las usaba—. Honestamente prefiero que ustedes dos estén separados a que estén juntos.

— ¿Cómo puedes decir tales cosas con tanta facilidad? Hay quienes quieren todo lo contrario— reprochó, intentando que con sus palabras Jisung se retractase de lo que había dicho. Y sinceramente no sabía con que objetivo, eso no iba a cambiar la realidad con su esposo y lo que pasaría en un futuro no muy lejano.

— Pero yo no soy uno de ellos. Prefiero que estén separados con tal de no escucharlos gritarse insultos el uno al otro. Incluso hacia mí— el adolescente no quiso que su voz sonara tan desesperada, tan ronca y que se notaran sus ganas de llorar, sin embargo así había sido.

— Tú no entiendes— aseguró—. Tú no puedes entender nada.

— ¿Por qué? ¿Acaso soy sordo? Mamá, ya no soy un niño y lo sabes. No tienes que dar por hecho que no entiendo. Sí lo hago. Y en muchas ocasiones te pasas. Ayer era mi cumpleaños y ni tan siquiera pudiste detenerte. Ni tan siquiera por mí.

El silencio irrumpió en el salón de la casa de la familia Park, abrazando a madre e hijo, quienes se miraban a los ojos. Una sin saber que hacer o decir exactamente y, el otro, con lástima, súplica y tristeza. Y no por su madre o por su padre precisamente, sino por él. Por muy cruel que eso se viera, por muy egoísta que pareciera todo lo que le había dicho a su madre, creía que eso era lo correcto por tal de no ocasionar que su persona sufriera más estragos mentales como lo hacían las constantes discusiones.

Jisung bajó la cabeza, no arrepintiéndose de sus palabras, para nada. No las iba a retirar por nada del mundo. Sino para intentar que las lágrimas que se habían acumulado en sus ojos no salieran. No se mostraran.

Pero lo hicieron. Era su madre, su familia, y había cambiado tanto en estos últimos años que le daba miedo tal cambio.

— ¿Dónde está esa mamá que siempre me arropaba en las noches y me despedía con un beso en las noches y cada vez que me iba? ¿Qué pasó con ella?

La mujer no supo que responder. Solo se quedó estática en su lugar, preguntándose a sí misma cuántas veces había dejado de lado a su hijo, cuántas veces lo había apartado y se había descuidado de él emocionalmente. Ya no sabía nada de Jisung, de su Jisung. No sabía su color favorito, o tan siquiera su comida favorita. Nada. Era como si viviera con un extraño. Había estado tan concentrada en las infidelidades de su marido y en tratar de buscarlas y mostrárselas a él que simplemente había dejado a su hijo en un segundo plano. No se había preocupado por él en momentos importantes como lo eran los exámenes, por tal de poner un ejemplo.

Lo había descuidado tanto y no se había percatado lo mucho que su hijo estaba sufriendo por todo ello. A paso lento intentó acercase a Jisung, intentando envolverlo en un abrazo. Sin embargo, cuando tuvo sus pequeñas manos en el rostro contrario, el menor las apartó con cuidado. Y se fue a su habitación. Dejando a la mujer sóla.

Sin saber que hacer en esos momentos.

Y no era la única. Jisung no sabía porqué su rechazo hacia el abrazo. Eso era lo que quería. Lo que venía esperando por mucho tiempo. ¿Pero por qué no podía recibirlo?

¿Le había perdido el amor a su madre? No, para nada. Todo lo contrario, creía que el amor de ella hacia él era el que no era genuino. Espontáneo.

Necesitaba un abrazo y sabía de quién perfectamente.

Pero se quedó con las ganas de el.

Ya había molestado a Jaemin lo suficiente ayer.
Se conformaría con solo verlo mañana.

Se conformaría con solo verlo mañana

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Don't Cry [Jaesung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora