Jisung había bajado sus calificaciones debido a todos los problemas que estaban sucediendo en su hogar.
Na Jaemin le ayudaría a volver a ser uno de los mejores del colegio. Pero sin tan siquiera quererlo o pedirlo, el chico se había vuelto su vía de...
Los gritos y los insultos se escuchaban claramente aún con la puerta cerrada. Jisung estaba en una esquina de su habitación, llorando. Abrazaba sus piernas con terror, miedo, furia, muchas emociones ligadas que ya no podía entender.
Trataba de pensar en algo más, cualquier cosa. Daba lo mismo, sería suficiente para intentar obviar lo que pasaba fuera de su habitación.
Casi una hora después, o así fue como él lo sintió, las discusiones secaron. Jisung se paró lentamente de la esquina en donde se encontraba. Secó sus lágrimas e intentó calmar su respiración. Salió de la habitación, encontrando a su padre en el suelo, sentado, no decía nada, no pensaba nada. La puerta estaba abierta, su madre se había ido.
Su padre lo miró, Jisung solo pudo dedicarle una mirada de decepción, indignación, asco. Ni siquiera sabía si lo que decía su madre era cierto.
En realidad, ya no sabía nada respecto a su familia, el mundo, incluso el mismo.
Ya no se conocía ni el mismo.
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