Don't Cry [Jaesung]

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Jaemin se sentía de cierto modo, patético e inútil. Aquella mañana de ese día sábado recuerda haber escuchado el sonido de una cámara, y lamenta mucho no haberse detenido a ver que era exactamente aquello. Porque, ahora sabía, que aquel falsh lo único que hizo fue perjudicar a sus amigos y, bueno, eso no le gustaba. Por supuesto.

A pesar de las bromas y las burlas que le había hecho a Jeno esa mañana, se sentía realmente mal, sin embargo, que Haechan haya sido de ayuda para descubrir a la culpable de aquel problema, lo hacía sentirse un poco inútil, si era sincero.

— ¿Sucede algo, Jaemin?— Jisung inquirió con curiosidad y preocupación, y eso sólo pudo hacer que sonriera con dulzura ante la situación.

— No te voy a negar que no— respondió después de un rato, saliendo por la puerta principal del instituto. Se irían a estudiar al departamento de los Na.

Habían retomado sus estudios hacía dos días atrás, pues, el CSAT, era ese año para ellos por lo que debían estudiar arduamente para ello.

— Verás, el sábado fui a la librería de los padres de Jeno, y, bueno, escuché el flash de la cámara cuando los fotografiaron. En ese momento no sabía que era, pero ahora sí y me siento patético por no haber ayudado y sólo haberme burlado— explicó brevemente para su acompañante quien sólo asintió comprendiendo la situación.

— Entonces, ¿viste el momento del...?, bueno, ya sabes— el evidente nerviosismo de Jisung ante las palabras que quería decir no fue pasado desapercibido por el azabache, quien fruncía el ceño al no entender del todo a que se refería el castaño.

— ¿El beso?— preguntó, cayendo en lo que quería decir el otro. Recibió un acentimiento por parte del más alto y no pudo evitar sonreír divertido ante su manera de intentar decir aquellas palabras. ¡Era tan tierno!—. Sí, lo vi.

— No creo que sea tu culpa— mencionó Jisung después de un rato. Estaban próximos a la parada de autobús. Jaemin sacó sus airpods y le tendió uno a Jisung, el castaño lo tomó dispuesto y lo colocó en uno de sus oídos y pronto la lista de reproducción creada para ambos comenzó a sonar—. No sabías que los estaban fotografiando precisamente a ellos, y además no tenías por qué reparar en la presencia de alguien que estaba haciendo cualquier cosa. Simplemente no te veo como el culpable— murmuró lo último, llegando a la conclusión de su opinión, comenzando a jugar con sus dedos.

— Gracias. Eso me hace sentir un poco mejor— aseguró. Pero como bien había dicho, sólo un poco, pues por mucho que se lo dijeran, no podría cambiar de opinión respecto a cómo se sentía en esos momentos.

Era algo que simplemente no podía y probablemente se quedaría culpándose a sí mismo durante unos días, incluso una semana.