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Se supone que el día de tu cumpleaños debas pasártelo bien, con tus padres y con amigos. Los últimos entendían que no estuvieran aquí, habían dos razones para ello, uno; Jisung no le había dicho a ninguno de sus amigos que hoy era su cumpleaños y dos; era bastante tarde así que no tenía caso.

Sin embargo, eso no quitaba el hecho de que sus padres no pudieran comportarse. No debían gritar, no debían decirse horrores, como estaba sucediendo ahora.

Su padre no había aparecido en toda la tarde, ni una llamado, un mensaje, y, ahora, a las diez de la noche, aparecía. Su madre, como era de esperar, le estaba reclamando, pidiendo explicaciones que su esposo no sabía responder.

El cumpleañero estaba en su habitación, sus cascos en su máximo volumen, reproduciendo la música de su celular. Una playlist que tenía para esos momentos. Momentos de los cuales estaba cansado. Agotado.

Era el peor cumpleaños de la historia. Estaba seguro de ello. Y esperaba que no se pusiera peor.

Pero era Park Jisung, la suerte no lo acompañaba para nada. Jaemin lo estaba llamando. Y en otras circunstancias eso podría ser bueno para él, lo único bueno que pudiera pasarle, pero no hoy.

No hoy que se podía escuchar la disputa de sus padres de fondo. Pero quería hablar con él. Hoy había faltado a la escuela porque no se sentía muy bien. Necesitaba escucharlo, escuchar su voz.

En los dos meses que Jaemin y él llevaban siendo amigos, Jaemin lograba calmarlo con su voz, sus charlas telefónicas eran relajantes. Le gustaban, por mucho que, en la gran mayoría de ocasiones terminaran hablando de tonterías y cosas insignificantes. Era divertido.

Feliz cumpleaños, Jisung— dijo, el castaño pudo escuchar su risa y la de otros más del otro lado. Entonces imaginó que probablemente estaba con los demás. Lo que se le hizo extraño fue que lo felicitara.

No le había dicho ni a él, ni a nadie, que hoy era su cumpleaños. No por ser desconfiado o algo parecido. Sino que no quería que lo tomaran como que les estaba exigiendo un regalo o algo parecido.

— Gracias. Pero, ¿cómo lo sabes?— se atrevió a preguntar.

Jaemin rió suavemente, provocando calma en Jisung. Qué se olvidara por completo que este era su pero cumpleaños.

Lo vi en tu registro estudiantil. No preguntes cuándo, pero una vez lo vi. No pude felicitarte hoy porque no asistí a la escuela— explicó—. Lo siento— agregó en apenas un susurro.

— Está bien. No quiero detalles— sinceró.

Lamento haberte llamado, de seguro interrumpo algo con tu familia. Pero en serio quería felicitarte. Lo siento, otra vez.

— No te disculpes. Y descuida, no interrumpes nada. En realidad es el peor cumpleaños de todos— aseguró, su voz en un hilo, aguantando las ganas de llorar.

— Vamos, no puede ser tan horrible. A veces debemos conformarnos con cosas sim...

— Jaemin, mis padres están están peleando fuera de mi habitación porque mi papá llegó hace no menos de una hora a mi cumpleaños— soltó de golpe, rápido y sin ningún cuidado. Quería desahogarse—. Créeme, nada puede ser peor que esto.

Lo siento.

— Por favor, no te disculpes. No es tu culpa. Sin embargo sí de ellos, ni tan siquiera por ser mi cumpleaños se detienen. Es ridículo y gracioso como tus padres dicen ser los seres que más te protegerán en este mundo y al final terminan hiriéndote de manera descomunal.

Entonces una lágrima traicionera bajó por su mejilla. Mierda, no quería llorar. Pero ya no podía más. Había aguantado mucho tiempo, se había estado conteniendo por mucho tiempo. Dos años para ser precisos. Dos años sin soltar una sola lágrima por lo que pasaba. Mas eso solo ocasionó varios trastornos psicológicos en su persona. Cómo el pánico y la ansiedad.

El miedo a quedarse solo.

Después de una lágrima, siguieron más hasta terminar en sollozos que, ni siquiera por estar Jaemin escuchando, se detenían. Intentó calmarse, limpiar sus lágrimas y mentalizarse como siempre. Pero estaba vez fue imposible.

— Yo... Lo... Lo siento— dijo entrecortadamente.

Jaemin no respondió. No sabía que decir, qué hacer— ¿Jisung, quieres venir a mi casa?— preguntó, sorprendiéndose él mismo por su cuestión que había salido sin pensar o querer.

Fue algo involuntario más bien. Inconsciente.

— Yo... Yo no quiero incomodar.

— Mis padres no están. Estoy sólo, bueno, no es cierto, los chicos están aquí, pero puedo echarlos si eso quieres— su voz salía suave. Dulce, preocupada.

— No es necesario. Yo... Prefiero estar aquí, por si algo sucede— si ya de por sí estaba usando un tono bajo. Lo último lo había dicho casi en un susurro imperceptible.

— Como quieras. Pero si cambias de opinión, estoy aquí. Mis padres están de guardia en el hospital, así que no hay problema.

— Gracias. De verdad.

— A cualquier hora estoy disponible— susurró.

— Gracias otra vez, pero ya te dije, prefiero quedarme.

— De acuerdo. Nos vemos mañana, espero.

— Claro. Adiós, gracias otra vez.

— No hay problema. Qué descanses, Jisung.

— Tu igual.

Y colgó. Mordió su labio inferior. Mierda, había dicho todo sin tan siquiera pensarlo o quererlo. No sabía qué pasaría ahora. Cómo mierda hablaría con Jaemin ahora. Había confesado que no vivía en una familia perfecta.

Que eso que pasaba fuera de su habitación pasaba todos los días. ¡Joder! Que no sé quería quedar sólo.

Fue a su cama, quitó el cobertor y se acostó. Tapándose hasta la cabeza una vez ya recostado. Dispuesto a dormir.

Pero no lo hizo.

Eran ya las dos y treinta y cuatro de la mañana y no podía dormir. Hacía horas que había dejado de escuchar a sus padres, sin embargo oyó claramente como su madre había mandado al sofá a su padre, otra vez.

Dió vueltas en la cama, aburrido. Sabía que el sueño no iba a llegar a su cuerpo. Era imposible, así que hizo lo más tonto e infantil que podía. Contar ovejas.

No sirvió. Por supuesto, nunca funcionaba era un tonto truco que nunca servía de nada.

Entonces las palabras de Jaemin resonaron en su cabeza. No podía hacer eso, eran las tres de la mañana, exactas. Era muy tarde, tal vez si lo hubiera hecho hace unas horas sería posible, pero lo ahora.

No obstante, las ganas seguían ahí.

Jisung.
Sé que es muy tarde, pero sigue en
pie lo de "a cualquier hora"??
3:02

Cuando Jisung vió la confirmación de leído abrió sus ojos como platos. Sorprendido por completo. Y entonces, la esperanza se instaló en su ser.

Jaemin.
Sí, puedes venir cuando quieras.
3:02

Cómo si quieres quedarte a dormir,
pero debes traer tu uniforme ☺️
3:03

Jisung.
Gracias y, lo siento.
Voy en camino
3:03

Voy en camino3:03

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Don't Cry [Jaesung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora