Don't Cry [Jaesung]

27

— ¿Estás libre esta tarde?

Tras cerrar la puerta de su casillero y acomodar su chaqueta del uniforme deportivo, Jisung preguntó aquello a su azabache amigo.

— Sí. ¿Por qué?

Jaemin terminó de cambiarse, listo para la clase de educación física. Le dió una mirada curiosa al más alto por su cuestionamiento, Jisung desvió la mirada hacia sus pies, recostándose a los casillero detrás de él. Habían prometido esperar a Jeno, por lo que eso hacían, esperar.

— Entonces, ¿crees que podrías acompañarme a un lugar en la tarde?

— ¿A dónde?

— Veré a mi padre en el Dream Coffe, lo estuve pensando y quizá arregle las cosas con él.

Pudo ver por el rabillo del ojo como Jaemin asentía, no supo si lo hacía a modo de aceptación a su petición o si era porque había obtenido una respuesta a su pregunta. Sin embargo, dejó la pregunta en el aire.

Ciertamente, desde que su padre habia intentado contactarlo fallidamente, y una vez le contó a Jaemin acerca de ello, no paró de pensar en el asunto y que, probablemente, si su padre qieria verlo era por algo. Esperaba algo como una excusa de sus acciones o explicaciones de las mismas, así como también un disculpa de su parte. Pero eso realmente no lo sabía, por lo que solo podía aventurarse a conjeturar al respecto y aceptar una reunión entre ellos dos.

Quizá hasta perdonarlo por su agresión física hacia él.

— Si eso quieres, eso haré.

Jaemin sonrió en grande mostrando sus dientes en el acto, y ese acto sólo causó, además de que su corazón comenzara a acelerarse, que una sutil sonrisa se dibujara en sus labios.

Jeno apareció por fin, mostrando su aura relajada de siempre. Abrió su casillero y comenzó a cambiarse. Aún tenían un poco de tiempo por lo que no llegarían tarde a su clase. Esperaba que no tuvieran que hacer mucho, pues su gusto por educación física no era escepcionalmente el mejor.

— Vaya, vaya. Un gato dejó sus rastros por los alrededores.

El comentario por parte del azabache a su lado logró confundir a Jisung. El castaño buscó por los alrededores, tratando de encontrar algún destrozo en los vestidores, pero por supuesto, nada encontró. Fue entonces que dirigió su mirada hacia Jeno y su espalda. Aquello era revelador en demasía, incluso, había logrado que un ligero sonrojo apareciera en las mejillas de Jisung aún si no era él el portador o causante de aquellos, probablemente, dolorosos arañazos.

— Cállate— demandó Lee hacia el azabache.

— Vaya, nunca imaginé que vería ésto— siguió murmurando el menor de los tres, a su lado—. Jeno, estás creciendo. Recuerden usar protección.