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Los exámenes de finales de semestre estaban a tan solo un mes. Si bien ese no era un problema para Jaemin, quería que Jisung obtuviera una buena calificación. Aunque debía mentir si decía que no quería que se equivocara, pero no era para mal.
Lo que quería con eso era ver en dónde debían seguir enfocando sus estudios. De esa forma todo sería mucho mejor.

Esa tarde, en un pequeño descanso que se dieron en su ya acostumbrada rutina de estudio, Jaemin le contó a Jisung lo que tenía en mente. Asegurándole de que no debía tener miedo a equivocarse, que incluso, en esos momentos, servirían de ayuda para el estudio.

Jisung por supuesto que estaba de acuerdo, pero sólo pensaba que si se equivocaba sería muy vergonzoso. El chico estaba poniendo tanto esfuerzo en ayudarlo que si se equivocaba se sentiría culpable y comenzaría a pensar que las palabras de su madre tal vez eran ciertas.

Que era un inútil.

— Creo que deberíamos estudiar también los fines de semana a partir de ahora— propuso Jaemin, sacándolo de esos oscuros pensamiento. Agradeció mentalmente por eso.

— Sería una buena idea— en realidad era una increíble idea. Por alguna razón sus padres habían decidido tomarse unos días libres en el trabajo, lo que eso solo significaba «problemas»—. Pero, ¿en dónde podríamos hacerlo?

— En mi casa está bien— respondió, adoptando una pose más relajada en la silla.

— ¿A tus padres no les molestará?

— Oh, para nada— hizo un ademán con la mano restándole importancia—. ¿Mañana está bien?

— Claro. No tengo nada más que hacer.

— De acuerdo, te enviaré mi dirección. Pero para eso necesito tu número— dijo. No necesitaba dar muchas vueltas. Si había algo que quería, lo tenía.

Jisung se encogió en su lugar, solo tenía de contacto a sus padres y su tío, nadie más. Era raro intercambiar número con alguien, y más siendo un casi desconocido.

 Era raro intercambiar número con alguien, y más siendo un casi desconocido

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Jisung tocó la puerta con suavidad. Esperaba una respuesta, y por sobre todo, esperaba que que fuera Jaemin quien lo recibiera y no alguien más.
Para su suerte, así fue. Jaemin lo recibió con una sonrisa, abriendo más la puerta para que el otro pasara.

Jisung pidió permiso para entrar al vestíbulo del departamento y permiso para adentrarse al hogar en sí. Estaba siendo tan educado que a Jaemin le dió risa, no pudiendo contenerla.

— Tranquilo, no tienes que ser tan educado. Somos de la misma edad, ¿recuerdas?— inquirió con un toque de gracia.

Jisung dejó su mochila en el piso, sentándose él también en el suelo en frente de la mesa de centro del departamento. Jaemin buscó unos apuntes en su habitación, fue en ese momento que se dió un tiempo para inspeccionar el lugar.

Era todo muy moderno y parecía bastante costoso a los ojos del chico. Estaba tan impresionado que hasta había empezado a sentir miedo de romper algo. Y más si él era alguien demasiado torpe.

Jaemin volvió—. ¿Quieres algo de comer?

— No, no. Gracias, pero ya desayuné.

Jaemin asintió y comenzó a hablar—. Bien, empezaremos con Coreano, que es el primer examen que tenemos, y también haremos algo de química.

Jisung asintió y comenzó a realizar los ejercicios. Jaemin había estado preparando un cuestionario para ambos de esa forma podrían ver los errores que tenían cada uno. Jisung podría decir que Jaemin lo realizó con diligencia y de manera muy quisquillosa, haciendo que el castaño se sorprendiera.

La puerta se abrió. Jisung estaba listo para ponerse de pie y saludar a los padres de Jaemin, pero en vez de dos adultos, solo un cuerpo entró en el departamento y era obvio que era uno de los amigos de Jaemin. No recordaba su nombre pero lo había visto unas cuantas veces con su compañero de estudio, también saludando por educación cuando estaban lo suficientemente cerca.

— Jaemin, tengo hambre— anunció, estirando sus manos. Recién se levantaba y en su refrigerador estaba completamente vacío. Bueno, tenía unos huevos y bacon, pero Donghyuck no sabía cocinar.

— Hay fruta y como sabía que ibas a venir te dejé panqueques— sonrió, recordando el sabor de su desayuno en la mañana. Le había quedado exquisito.

Jisung miraba la conversación que estaban teniendo los otros dos, obviando su presencia por completo. Miraba como el moreno se sentaba en el mostrador y empezaba a devorar los panqueques.

— Jisung— llamó Jaemin— éste es Donghyuck— presentó a su amigo. El primer mencionado hizo una pequeña reverencia con su cabeza.

— Hola Jisung. NaNa me ha contado mucho de ti— sonrió, y Jisung pensó que había iluminado toda la habitación con esa mueca. El chico irradiaba luz cuando sonreía y Jisung no pudo evitar contagiarse de la sonrisa del moreno.

Cuando vió que ya se estaba haciendo un poco tarde y seguramente estaba interrumpiendo en el almuerzo de los dos chicos— Donghyuck se había quedado—, se fue a casa.
Caminaba en dirección a la parada de autobuses. Conectó sus auriculares al teléfono y luego los colocó en sus oídos, reproduciendo la música en su celular. Disfrutaba de la música y el aire fresco que había en la cuidad.

Se sentó en la banca a esperar el bus. Se sentía extraño. Había pensado que se iba a sentir incómodo. Sin embargo, el tiempo que estuvo con Jaemin se sintió bien, sentía la paz y tranquilidad que no sentía con su propia familia. Se sentía bien estar con él. Sentía algo calentito en su pecho.

Le gustaba esa sensación.

Le gustaba esa sensación

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Don't Cry [Jaesung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora