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La imagen de Jaemin sentado en las afueras de su edificio con su celular en mano solo lo hizo sentirse peor que antes. Estaba buscando sentirse bien y lo único que estaba haciendo era molestar a otros para su propio beneficio.

Pero ya estaba ahí y no podía echarse para atrás. La distancia fue la que le avisó al pelinegro que el otro había llegado, despegando rápidamente la vista de su teléfono para encararlo. Sonriente.

— Pensé que te había pasado algo— murmuró Jaemin, metió las manos en sus bolsillos. Hacía frío.

— No es como que haya muchos autobuses a las... tres y treinta y ocho de la mañana— respondió después de comprobar la hora en su teléfono.

Fue gracias a la luz emitida por el aparato que Jaemin notó algo—. No tenías que venir con el uniforme puesto— mencionó, adentrándose ambos al edificio, en dirección hacia un pasillo desconocido para Jisung.

— No tenía donde meterlo.

— La mochila— respondió con obviedad, subiendo las escaleras. Al parecer el ascensor estaba fuera de servicio.

— Se estrujaría todo.

Jaemin asintió, dándole un punto a favor. Se detuvo a mitad de camino, haciendo que el otro también lo hiciera, mirándolo sorprendido. Sin comprender.

— Dame tu mochila— pidió, tendiendo ambas manos hacia el chico, haciendo un amago al cerrar solo los dedos de sus manos.

Jisung negó despacio para luego responder con palabras—. No es necesario. Puedo solo— aseguró.

— No tenemos ascensor y eso debe pesar. El horario de mañana... bueno, de unas horas, es incómodo. Además, soy más fuerte que tú.

— Es mi responsabilidad de todas formas— dijo, sosteniendo sus correas, a modo de negación rotunda.

Jaemin se acercó a él, bajando unos pocos escalones hasta quedar a uno de distancia. Lo suficientemente alto como para pasarle unos centímetros a Jisung. Quedando frente a frente, demasiado cerca a decir verdad, pero ninguno de los dos reparó en ello. Jaemin lo miraba desafiante pero con una sonrisa, demostrando su burla y jocosidad.

En un rápido movimiento el pelinegro se colocó detrás de Jisung, esta vez quedando a un escalón de altura menor. Tomó la mochila entre sus manos, pero no la quitó por completo, sino que solo la levantó en peso y luego la volvió a soltar.

Logrando con esto que Jisung perdiera el equilibrio, haciendo que su cabeza terminara en el pecho del pelinegro, mirando directamente su rostro desde abajo. Jaemin aún sonriendo con burla.

Jisung parpadeó reiteradas veces cuando sintió la falta de peso en su espalda, segundos después Jaemin ya estaba subiendo las escaleras quedando otra vez por delante. Su mochila colgada en el hombro, mirando con gracia. Jisung dejó escapar un suspiro de sus labios, no cansado o consternado de la situación.

Todo lo contrario, agradecido por ella. Se sentía cómodo, como siempre era con Jaemin. Entre ambos se creaba esa atmósfera de familiaridad que, simplemente, le gustaba.

Hacía tan solo cuatro meses que se conocían, sin embargo, Jaemin le había mostrado cosas que nadie le había enseñado. Le había brindado su amistad y la de otros más, siendo esta sincera y sin nada a cambio.

Lo había tratado bien, desde el principio. Tal vez se había acostumbrado a una vida con su madre, la cual significaba gritos e insultos hacia su persona.

Con Jaemin era todo lo contrario, a pesar de que no lo decía directamente; lo animaba. Como en la etapa de exámenes antes de acabar el año. Siempre le deseaba suerte y le aseguraba que podía hacerlo. En cambio, su propia madre lo insultaba y recriminaba por todo lo que hacía y dejaba de hacer.

Don't Cry [Jaesung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora