Mi habitación estaba impecable, no dudaba que mis padres le pudieran a Olga que la limpiara como si aún estuviese ahí.
Me acuesto en la cama mirando el techo, tenía muchas cosas que procesar.
Para mí fueron solo unos minutos los que estuve ahí pero no fue hasta que Roger entró a la habitación cuando me di cuenta que era tarde.—¿Qué hora es?,—Pregunto recorriendome para que Roger se pueda acostar a un lado de mi.
—Las cinco,—Contesta,—Estuve un buen rato platicando con tu madre, llegué aquí a las cuatro.
—¿Ya te explicó todo?,—Pregunto y el asiente.
—Yo me siento terrible,—Confieso.—Ni siquiera sé si quiero llorar o estoy enojada. No puedo encontrar las palabras. Es que yo...
—No tienes que decir nada,—Roger empieza a acariciar mi cabello,—Cuando estés lista yo me muevo, pero no te dejaré sola.
—Gracias.
Roger no se alejó de mí en toda la tarde, mi mamá entraba cada cierto para darle comida y aperitivos. Yo no tenía apetito por lo que Roger dejó de insistir a la tercera vez que me negué a probar algo.
Después de unas horas cuando el sol se está metiendo abren de nuevo la puerta de mi habitación, esta vez era Robert.
—¿Qué haces aquí?,—Le pregunto.
—Mamá llamó,—Informa,—Perdón por no decirte.
—No es tu culpa, el te lo pidió.—Trato de sonreírle pero solo consigo hacer una mueca.
Robert se acuesta del otro lado de la cama, aún lado de mi y toma mi mano dándome aliento.
Ya más noche llegan Brian y John.—¿Qué hacen aquí?,—Pregunto y ellos también se acuestan en la cama.
—Somos tu familia, ahora estás pasando por un momento difícil,—Dice Brian.—Tu siempre has estado ahí, dispuesta a nosotros, dispuesta a ayudarnos así que ahora es nuestro turno.
Ellos se acercan a la cama y toman asiento.
Sabía que no se irían hasta que yo me sintiera bien así que no podía dejarlos ahí toda la noche.
Tomó un poco de tiempo pero cuando por fin me sentí lista me levanté haciendo que todos me miracen.—Quiero irme a casa,—Les aviso.—Además que pensaría mi madre si entra y me ve con cuatro hombres en la cama y uno de ellos es mi hermano.
Ellos ríen.
Roger se encarga de llevarme a casa, no dejó de insistir hasta que comí algo, no fue hasta que probé bocado cuando me di cuenta que en realidad estaba hambrienta y en cuanto me acosté en mi cama me quedé profundamente dormida, no soñé nada algo de lo que me alegro.
Al día siguiente me levanté tarde, eran al rededor de la una así que Roger no estaba, había ido a ver algo con Jim.
Necesitaba algo que me desconectara del mundo por un tiempo, por un rato, y lo único que me vino a la mente fue el alcohol.
Tomé una botella de la alacena, tomaba directamente de ella ahora mismo no me importaba ser recatada.
Poco a poco sentía como toda preocupación se iba, me sentía bien, me sentía anestesiada.—¿Qué estás haciendo?,—Pregunta Roger al llegar a la casa y verme en ese estado.
—Solo por hoy,—Le pido.—No puedo yo sola, solo quiero hacerlo por hoy.
—Bien,—Dice después de pensarlo.—Pero no te dejaré hacerlo todos los días.
—No, no me dejes hacerlo todos los días.
Pero no fue así, todos los días una nueva botella era tomada por mi, estaba intoxicandome a mi misma.
—Amber, tienes que dejar eso,—Sabía que Roger estaba empezando a cansarce.
Yo siempre le ponía la misma excusa, "solo será por el día de hoy" pero no era así porque ese día se convirtió en un mes y después dos.
—Es hora de que dejes eso,—Roger me arrebata la botella y va a tirarla al lavabo.—No permitiré que te sigas haciendo esto.
—Solo será por el día de hoy.
—No, sabes que no solo será por hoy,—Roger estaba muy enojado.
—¿Y porque te preocupas?,—Cuestiono.—Para este punto de la historia no me sorprendería que tú también fingieras. Dime, ¿Mi padre te pagó para que estés conmigo? ¿Para fingir preocupación?.
—No te atrevas a decir eso, sabes que yo siempre me he preocupado por ti.
—O solamente querías acostarte conmigo.—Acuso y puedo ver cómo le duele cada cosa que le digo.
—Amber, tu y yo vamos a casarnos. Hemos pospuesto la boda durante años, primero porque no era conveniente para la banda, después por tu carrera de solista, después por lo de tu padre. Si no te amara realmente ¿Crees que seguiría aquí?.
—¿Y porque no te vas?, Si no puedes esperar a que yo esté bien deberías irte.—Acuso,—Hay muchas detrás de ti.
—Ese no es el punto,—Roger lleva sus manos a su cabeza desesperado.—No es esperar a que estés bien, es ayudarte a que estés bien.
—Pues no necesito tu ayuda,—Acuso.—Nunca he necesitado de nadie y la única persona que siempre me mantuvo ya no está.
—No hagas esto.
—Te regreso lo que es tuyo.—Le doy el anillo. El no lo toma así que lo dejo en la mesa de la sala y me encierro en mi habitación.
No quería terminar con Roger pero en el estado en el que estaba no era yo la que hablaba, era el dolor.
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𝐊𝐢𝐥𝐥𝐞𝐫 𝐐𝐮𝐞𝐞𝐧
FanfictionAmber Smith la quinta integrante de la banda que rompió fronteras y revolucionó la industria de la música: Queen.