—Nosotros nos vamos por si ustedes tienen cosas que hablar,—Dice John.
—Nos vemos luego, Amber, Roger.—Se despide Brian para después acompañado de los chicos salen del departamento.
—Quiero pedirte una disculpa,—Dice Roger.—Se que me comporté como un completo idiota. La forma, el lugar y el tiempo en el que dije las cosas no era el indicado.
—También te pido una disculpa,—Le digo.—Se que dije cosas que para ti fueron hirientes, y te juzgué sin siquiera haber hablado contigo antes.—Admito.
—Entonces, ¿Tregua?.—Pregunta extendiendo su mano.
—Tregua,—Digo estrechando su mano.
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El año pasó rápido, todas las noche nos llamaban de varios clubs para preguntarnos si podíamos ir a tocar, estábamos siendo más conocidos y más requeridos. Yo seguía viviendo en el departamento de Robert y el pasaba muchísimos más tiempo conmigo, comenzaba a sospechar que algo había pasado entre el y Francesca porque estaban muy distantes.
—Arrasamos en todos los clubs nocturnos y ahora estoy comiendo un sándwich en medio de la nada,—Se queja Roger.
—Necesitamos dinero,—Dice Freddie tachando algo en el periódico.—Estuve buscando productores y disqueras, ya ha pasado un año y creo que es hora de extender el territorio, ir por cosas más grandes. Un álbum es lo que necesitamos.
—Son muy costosos, no podríamos pagarlo por nosotros mismos ni aunque juntáramos los salarios de todos nuestro empleos,—Dice John.
—¿Cuánto crees que nos den por esta chatarra?,—Pregunta Freddie.
Ese mismo día fuimos a vender la camioneta de Roger algo que no lo puso muy contento.
—Anímate Roger, después del álbum cuando nos lancemos a la fama (eso espero), podrás comprarte los autos que quieras,—Trato de animarlo.
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—¿Cómo les fue hoy?,—Me pregunta Robert una vez que llego al departamento.
—Freddie a tenido la idea de grabar un álbum, lo cual creo que es una maravillosa idea. El problema es el dinero, hoy hemos vendido la camioneta de Roger pero no es suficiente, el único de nosotros que trabaja es John quien a ofrecido su salario de un mes pero aún así faltan unos quinientos dólares,—Le explico.—Queriamos sacar el álbum lo antes posible pero creo que eso no será posible, al menos no sin el dinero necesario.
—Veré que puedo hacer por ustedes, tal vez pueda conseguir algo de dinero,—Me dice.
—¿Estás hablando enserio?,—Le pregunto.
—Claro que si, desde el momento que puse dinero para que compraras esa guitarra me comprometí a ayudarte en todo lo que necesitaras, esto es importante para ti por lo tanto también lo es para mí.
—Gracias de verdad,—Digo abrazándolo.—Ahora quiero hablar de ti.
—¿De mi?.
—Así es,—Afirmo.—¿Que es lo que pasa contigo y Francesca. Y no me digas que nada porque puedo notar que algo no está bien entre ustedes dos.
—Está molesta eso es todo,—Explica.—Está molesta porque no pude ir a una comida familiar con ella, estaba ocupado en el despacho y se me hizo imposible ir.
—Espero que pronto se arreglen,—Le digo.—Y también que pronto compres el anillo.
—Que cosas dices,—Niega con la cabeza mientras ríe.
—Solo espero que mi vestido no sea de un color muy claro,—Expreso.—Si quieres que sea tu madrina tendrás que dejarme usar un vestido negro.
—Anotado. Se hace tarde y tengo que hacer algunas cosas más,—Anúncia.—Vendre a recogerte por la mañana, iremos a desayunar juntos.
—De acuerdo, con cuidado y descansa,—Deseo.—Nos vemos mañana.
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—¿Recuerdas que veníamos aquí cuando éramos pequeños?,—Me pregunta.—Siempre pedías una enorme rebanada de pastel que no podías acabarte.
—Lo bueno es que estabas tú para ayudarme a acabarla,—Digo mientras le sonrío.
—Tengo una sorpresa para ti,—Anuncia Robert.—Conseguí esto, creo que es más que suficiente para cubrir el costo del disco y un poco más por si les hace falta algo.
Me entrega un sobre en donde veían ochocientos dólares.
—Robert,—Digo tomando el sobre.—No se que decirte.
—No digas nada, solo no te olvides de mi cuando seas famosa y la locura de los escenarios te envuelva.—Pide.
—Sería incapaz de hacer eso, gracias a ti estoy en donde estoy,—Para ese entonces era inevitable que algunas lágrimas se escaparan de mis ojos.—Eres el mejor hermano del mundo.
—Chicos, les tengo algo que dar.—Digo ya más tarde mientras recogemos nuestras cosas después de la presentación.—Ayer le conté a Robert sobre el álbum y como era que no teníamos el dinero suficiente. Hoy por la mañana mientras desayunábamos me dió esto.
Les enseñé el sobre con el dinero.
—Son ochocientos dólares para el disco y para cualquier otro gasto que pueda salir durante la producción.—Los chicos notablemente sorprendidos se acercan a abrazarme.
—Tenemos que ir a visitar a tu hermano ahora mismo, tenemos mucho que agradecerle.—Dice Freddie muy animado.
