𝐂apítulo 24:Mi Roger Taylor

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Roger había sugerido ir a su casa para celebrar el regreso de Freddie y mío, el seguía viviendo en la misma casa que compramos al comprometernos lo cual me daba nostalgia pues todo estaba igual que cuando me fui y estaba segura que con una casa tan grande se sentía muy solo, los chicos se quedaron un rato pero después dijeron que tenían que irse.

—Nosotros ya nos vamos,—Dice Brian tomando su chaqueta,—Los dejaremos hablar.

—Nos veremos el lunes en los ensayos,—Se despide Freddie saliendo detrás de John.

Cuando Roger y yo nos quedamos solos ninguno de los dos dijo nada y eso me daba miedo, que la química que teníamos, la facilidad con la podíamos pasar horas hablando, la confianza se hubiera perdido en este tiempo.

—Quiero pedirte perdón,—Le digo a Roger quien levantó su mirada hacia mi,—Quiero pedirte perdón por ahogarte en mis problemas, por haber sido una carga para ti, por enfadarme, por no haber mantenido la calma, por haber sido tan insensible contigo, por no haber podido controlarme, por todo lo que tuviste que aguantar. Quiero pedirte perdón por tantas cosas que no se cómo hacerlo.

—No tienes porque pedirme perdón,—Dice el,—Tu estabas pasando por un momento muy difícil, te enteraste que viviste equivocada la mayor parte de tu vida, claro, no fue la correcta forma de desahogarte pero aveces hacemos cosas sin pensarlo, sin saber que tanto podemos dañar.

—Pero tú no te merecías todo eso, no te merecías como te traté.—El niega,—Porque tu siempre has sido bueno conmigo y lo único que he hecho es provocar que dejes de amarme.

—Yo nunca podría hacer eso,—Confiesa,—Tu podrías hacer lo que quieras con mi corazón, puedes romperlo, herirlo, tirarlo, lo que quieras pero eso no provocará que yo deje de amarte. Yo tomé el riesgo, yo sabía cómo eras y aún así insistí hasta el cansancio para que salieras conmigo, y jamás me arrepentiré de eso porque así eres tú, esa es Amber Roberts, fuerte, temperamental pero una buena persona.

Roger se acerca lentamente a mi juntando nuestros labios en un muy necesitado beso, y esa noche después de mucho tiempo me sentí llena, me sentí plena al notar que el estaba conmigo, y que al despertar el estaría abrazándome como si yo nunca me hubiera ido.

—Buenos días,—Me saluda Roger al despertar,—¿Hace cuanto que despertaste?.

—Hace como media hora,—Informo,—¿Tienes algo importante que hacer hoy?.

—No, ¿Por qué?.

—Estaba pensando que podríamos hacer unas visitas,—Sugiero,—¿Podrías acompañarme?.

—Claro.

Frente a mi tenía la casa de mi hermano, llevaba ahí alrededor de diez minutos debatiendo sobre si debería entrar o era mejor tomarme una semana más para pensar las cosas

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Frente a mi tenía la casa de mi hermano, llevaba ahí alrededor de diez minutos debatiendo sobre si debería entrar o era mejor tomarme una semana más para pensar las cosas.

—Tu puedes,—Roger toma mi mano entrelazando nuestros dedos haciendo sentir segura.

Toco la puerta escuchando la voz de mi hermano desde el interior que me pide esperar un momento, después de unos minutos el abre la puerta quedándose helado al verme ahí.

—Hola,—Saludo tratando de sonar tranquila,—Me preguntaba si Jack se encontraba ya aquí, le traje un regalo esperando que funcione para que acceda a qué sea su madrina.

Robert inmediatamente me abraza, después se separaba y me ve detenidamente como un padre ve a su hijo después de mucho tiempo. Robert había cambiado mucho, los años empezaban a notarse pero seguía siendo atractivo, se había dejado crecer la barba lo cual le daba un aspecto más grande, llevaba puesto en su mano derecha un guante de cocina por lo que supuse que había estado horneando.

—Pasa,—Se hace a un lado dejándome entrar a la casa que daba un cálido aroma y un ambiente muy amigable.—¿Hace cuanto llegaste?.

—Ayer,—Dije y el se sorprendió.

—¿Ustedes dos se arreglaron en un día?,—Pregunta.

—Lo siento pero no volveré a perder el tiempo,—Dice Roger y yo le dedico una sonrisa.

—¿Y el pequeño Jack?,—Pregunto.

—Está arriba,—Explica,—Francesca lo está cambiando, vamos a ir con mamá a festejar el primer mes de Jack por eso he horneado. ¿Vienen con nosotros?.

—Si,—Accedo,—Pensaba ir a visitarla hoy también.

—Le alegrará verte,—Asegura,—A todos nos alegra verte.

—¿Amber?,—Francesca baja las escaleras con Jack en brazos.—¿Eres tú?.

—Soy yo,—Digo acercándome a ella,—Y este debe ser mi pequeño sobrino,—Francesca me permite cargarlo y junto con Roger nos ponemos a jugar con el mientras Robert y Francesca están listos.

Cuando llegamos a casa de mi madre ella tuvo la misma reacción que Robert, se sorprendió pero me recibió inmediatamente con mucho cariño.
Al terminar la cena me dirigí al estudio de mi padre aprovechando para ver más detalladamente las cosas que ahí tenía. Podía reconocer en qué momento había sido tomadas las fotos que tenía colgadas.

—¿Todo bien?,—Pregunta Roger entrando.

—Si, solo quería ver más detalladamente,—Aviso,—¿Recuerdas este momento?,—Digo tomando una foto que estaba en el escritorio.

—Si,—Dice tomándola junto conmigo,—Gracias a ese concierto empezaron a deducir que teníamos una relación.

—Bueno tienen buen ojo,—Bromeo.

—Siento que tú le hubieras agradado,—El me mira,—A mi padre también le gustaban los autos, no tan apasionadamente como a ti pero le gustaban mucho.

—Ese fue un buen chiste pero deben olvidarlo ya,—Dice negando.

Estaba en el estudio de mi padre, en el mismo lugar en donde mi vida empezó a venirse para abajo y estar ahí ahora que estaba bien, que mi vida empezaba a estabilizarse se sentía bien porque aquellas cosas que había ahí adentro ya no me hacían sentir débil ni frágil si no todo lo contrario. Mi padre se fue viéndome cumplir mi sueño, viendo que si pude cumplirlo y que el fue parte de eso.

𝐊𝐢𝐥𝐥𝐞𝐫 𝐐𝐮𝐞𝐞𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora