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El amanecer les estaba llegando y dos recién destransformandos chicos se daban un último beso cada quien por sus respectivos balcones, dispuestos a dormir algunas horas.

La azabache entrando a la habitación, se encontró con una dormida Alya que había acaparado toda la cama, siendo removida con cuidado, pues no quería pensar en que podría despertarla.

Adrien por el contrario empujó a Nino, bruscamente y sin cuidado, con la intención de dormir plácidamente por las siguientes 2 horas.

-¿Donde estabas?

Preguntó Nino adormilado mientras el rubio tomaba la almohada y la abrazaba.

-En París.

El moreno alzó el pulgar y se volvió a recostar como si su amigo hubiera dicho algo casual.

No iba, ni quería preguntar. Después de un tiempo siendo su amigo, descubrió que los millonarios eran extraños.
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Dos jóvenes, mismos que eran en secreto los héroes más aclamados de París, acaparaban la máquina de café sin pena.

Su único objetivo era no dormirse parados.

-Você pode se mover por favor.

Habló un chico brasileño que esperaba en la fila por un café desesperado desde un rato antes, pues miraba como se tomaban como si fueran simples vasos de agua los cafés, sirviéndose una y otra vez.

Marinette al notar la presencia del enfurecido chico de habla portuguesa, le dijo con una seña que pasara, mientras ellos se retiraban lentamente con sus cuerpos despiertos.

¿Por qué se enojaba si tan solo lo habían hecho esperar más de 33 minutos mientras se tomaban el café enfrente de él? Gente sin paciencia.

Tomando la mano de su novia, el chico miró a su alrededor con maravilla, observando cómo en esa área común, había personas de todas partes del planeta.

Si no sintieran su cuerpo tan tembloroso por la cafeína, tal vez pensarían en socializar.
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Adrien y Marinette corrían con sus abrigos puestos bajo el sendero del bosque cercano al hotel, después de escapar del director que los vigilaba con detenimiento.

-Esto es lo más puro que respiraré en años.

Dijo la ojiazul dando una bocanada de aire, arrepintiendose pues estaba helado el ambiente.

Plagg y Tikki desde los gorros de sus portadores, disfrutaban de la hermosa vista, al observar como no había nadie más que ellos.

-Es lo más hermoso que he visto en mi vida.

Habló el Agreste que tomaba su cintura,  a la vez que veía como su amada miraba como bajando la colina en la que estaban, había un pequeño laberinto.

-Es precioso.

-Oh, y el paisaje también lo es.

Ella solo lo miró con una sonrisa, dando el Agreste un gritito de emoción al ver como había logrado que se sonrojara.

-¡Estas roja! Adoro cuando tus mejillas hacen eso.

Ella solo escondió su cabeza, mientras le pedía que parara, dejandose abrazar con ternura por su amor.

-¿Ves esa flor?

Le preguntó en un susurro mientras ella aceptaba.

-No es ni la mitad de linda que tu.

Solamente sintió como las mejillas de la ojiazul se calentaban aún más, sintiendo casi a la velocidad de la luz, como Marinette estampaba sus labios con los de el.

-Dupain y Agreste,  no besos bajo mi guardia.

Los kwamis que estaban libres como el viento se escondieron de un flash, mientras ambos miraban hacia todos lados de donde venía la voz de su director, dando un jadeo se terror al verlo colgar del árbol que tenían encima.

¿Por qué su director era así?

Continuara...

Tengo sueño y sigo impactada por el nuevo episodio. Fue GRANDIOSO.

En fin, disfruten.

A La Medida (Abril Mes Del Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora